martes, 30 de noviembre de 2010

CULTIVOS AÑO 1.800


Ensayo político sobre el reino de la Nueva España de Alejandro de Humboldt:
CULTIVOS
El cultivo de la caña de azúcar ha efectuado rapidísimos progresos en los últimos años. Los antiguos mexicanos no conocían más que el jarabe de miel de abejas, el del metl (agave) y el azúcar de la caña de maíz. Los españoles llevaron la caña de azúcar de las islas Canarias a la de Santo Domingo, desde donde pasó sucesivamente a Cuba y a Nueva España.
Pedro de Atienza plantó las primeras cañas en 1520 en las inmediaciones de Concepción de la Vega, en Santo Domingo, y Gonzalo de Velosa construyó los primeros cilindros. En 1535 ya se contaban en la isla de Santo Domingo más de treinta ingenios. Merece observarse que entre los primeros molinos de azúcar (trapiches) construidos por los españoles a principios del siglo XVI, los había ya que se movían no con caballos, sino con ruedas hidráulicas,
En 1553, la abundancia de azúcar era ya tan considerable en México, que se exportó de Veracruz y Acapulco para España y el Perú; pero esta última exportación ha cesado hace mucho tiempo, porque el mismo Perú produce más de la necesaria para su consumo.
En la Nueva España, los principales plantíos están en la intendencia de Veracruz, cerca de Orizaba y Córdoba; en la de Puebla, cerca de Cuautla de las Amilpas; en la de México, al O. del Nevado de Toluca y al S. de Cuernavaca, cerca de Celaya, Salvatierra y Pénjamo, y en el valle de Santiago; y en las de Valladolid y Guadalajara, al S. O. de Pátzcuaro y Tecolotlán.
Examinando el testamento de Cortés, ya había ingenios de azúcar cerca de Coyoacán, en el valle de México. Felizmente, la introducción de esclavos negros no ha aumentado en México en la misma proporción que el cultivo del azúcar: casi todo el azúcar mexicano lo fabrican los indios, y, por consiguiente, hombres libres.
Se observa en México que el vezou, o jugo exprimido de la caña de azúcar, es más o menos dulce si la planta se cría en las tierras bajas o en una meseta elevada. La mayor parte del azúcar que se produce en la Nueva España se consume en el mismo país; y es muy probable que este consumo, a pesar del gran número de indios, ascienda a más de 24.000,000 kilogramos por año.
El algodón es una de las plantas cuyo cultivo es tan antiguo entre los pueblos aztecas como el de la pita, el maíz y la quinoa. Lo hay de superior calidad en las costas occidentales, desde Acapulco hasta Colima; y en el puerto de Guatlán; principalmente al S. del volcán de Jorullo, entre Petatlán, Teipa y Atoyaque.
El cultivo del cacao (cacari, o cacava quahuitl) era muy común en México en tiempo de Moctezuma; allí conocieron los españoles este árbol precioso que seguidamente trasplantaron a las islas Canarias y a Filipinas.
Los mexicanos preparaban una bebida llamada chocolatl, en la que mezclaban al cacao un poco de harina de maíz, vainilla (tlilxochitl) y el fruto de una especie de pimienta (mecaxochitl). Sabían también reducir el chocolate a tablillas, y este arte, los instrumentos de que se servían para moler el cacao y hasta la palabra chocolatl han pasado a Europa. Por ello causa admiración el ver que hoy el cultivo del cacao está casi del todo descuidado. Apenas se encuentran algunos pies de este árbol en las inmediaciones de Colima y en las márgenes del Coatzacoalcos. Las plantaciones en la provincia de Tabasco son de poca importancia, y todo el cacao que México necesita para su consumo lo obtiene de Guatemala, Maracaybo, Caracas y Guayaquil.
El chocolate que se fabrica en México es de superior calidad, porque el comercio de Veracruz y de Acapulco hace refluir a la Nueva España el famoso cacao de Soconusco, en las costas de Guatemala; el de Gualan, del golfo de Honduras; el de Uritucu, en la provincia de Caracas; el de Capiriqual, de la Nueva Barcelona; y el de Esmeralda, del reino de Quito.
En tiempo de los reyes aztecas, los granos de cacao servían de moneda
Los aztecas transmitieron a los españoles el uso de la vainilla. La vainilla que se consume en Europa viene de México por el único conducto de Veracruz, y se produce en las dos intendencias de Veracruz y Oaxaca. En la primera, los distritos famosos por el comercio de la vainilla son la subdelegación de Misantla, con los pueblos indios de Misantla, Colipa, Yacuatla y Nautla, la jurisdicción de Papantla y las de Santiago y San Andrés Tuxtla. La planta florece en febrero y marzo, y la recolección dura desde marzo o abril hasta junio.
La misma falda oriental de la cordillera en donde se coge la vainilla, produce la zarzaparrilla, y el purgante de la Jalapa, que es la raíz del convolvulus jalapa. Este albohol vegeta a la altura de 1,300 a 1,400 metros en toda la cordillera que se extiende desde el Pico de Orizaba hasta el Cofre de Perote.
El cultivo del tabaco mexicano podría llegar a ser un ramo agrícola de la mayor importancia, si su comercio fuese libre; pero desde que se introdujo el monopolio, o sea desde que el visitador don José de Gálvez estableció el estanco real del tabaco, en 1764, no sólo se necesita un permiso especial para plantar tabaco, no sólo se obliga al cultivador a venderlo a la administración y al precio que ésta le fija, sino que el cultivo está limitado a solas las inmediaciones de Orizaba y Córdoba y a los partidos de Huatusco y Zongolica, de la intendencia de Veracruz.
Antes de establecerse el estanco real, la intendencia de Guadalajara, principalmente los partidos de Autlán, Ezatlán, Ahuxcatlán, Tepic, Santixpac y Acaponeta, eran célebres por la abundancia y excelente calidad del tabaco que producían.
www.antorcha.net/biblioteca_virtual

lunes, 29 de noviembre de 2010

VIRGEN DE GUADALUPE- 12 DE DICIEMBRE -


LAS ESTRELLAS DEL MANTO:

En el manto de la Virgen de Guadalupe se encuentra representado con mucha fidelidad, el cielo del solsticio de invierno de 1531 que tuvo lugar a las 10:40 del martes 12 de diciembre, hora de la ciudad de México. Están representadas todas las constelaciones, que se extienden en el cielo visible a la hora de la salida del sol, y en el momento en que Juan Diego enseña su tilma (capa azteca) al obispo Zumárraga. En la parte derecha del manto se encuentran las principales constelaciones del cielo del Norte.
En el lado izquierdo las del Sur, visibles en la madrugada del invierno desde el Tepeyac. El Este se ubica arriba y el Oeste en la porción inferior. Como el manto está abierto, hay otros agrupamientos estelares que no están señalados en la imagen, pero se encuentran presentes en el cielo. Así la Corona Boreal, se ubica en la cabeza de la Virgen, Virgo en su pecho, a la altura de las manos, Leo en su vientre, justo sobre el signo del Nahui Ollin, con su principal astro denominado Régulo, el pequeño rey. Géminis, los gemelos, se encuentran a la altura de las rodillas, y Orión, donde está el Ángel. En resumen, en el manto de la Guadalupana se pueden identificar las principales estrellas de las constelaciones de invierno. Todas ellas en su lugar, con muy pequeñas modificaciones.


LA FIESTA


Para los mexicanos la fiesta de la Virgen de Guadalupe es la más importante a nivel nacional. Un gran número de personas desde diferentes puntos del país acuden en peregrinación hasta el santuario o Basílica de Guadalupe utilizando diferentes medios de transporte, ya que estos van desde el ir en automóvil, autobús, bicicleta o simplemente a pie, lo hacen con la finalidad de dar gracias por los favores recibidos, para solicitarle ayuda o simplemente por tradición.
En la explanada de afuera del templo puedes ver danzas prehispánicos, de la época colonial o bien un tanto modernos, si bien todos los asistentes coinciden en una cosa, el gran amor que le profesan a la "morenita"; la noche previa al gran día la virgencita recibe en su casa "mañanitas" de parte de un gran número de personas, todas ellas dispuestas a manifestar ese gran amor que sienten por ella por medio de cantos (ahí puedes ver a gran número de artistas y grupos de famosos cantándole a su reina y madre del cielo).


domingo, 28 de noviembre de 2010

CIUDAD DE MÉXICO 1.910 - 1.952


En el plano internacional, la Zona Metropolitana de la Ciudad de México constituye la segunda urbe más grandes del mundo, después del corredor Tokyo-Yokohama, en Japón, que alcanza los 27.7 millones de habitantes. Le siguen muy cerca las ciudades de Bombay, en la India, y de Sao Paulo, en Brasil, ambas con17.5 millones.
El Distrito Federal aporta una quinta parte del PIB Nacional de México. Ocupa una décima parte del Valle de México en el centro-sur del país, en un territorio que formó parte de la cuenca lacustre del lago de Texcoco. México, D. F. es la ciudad más rica y poblada del país.

EFEMÉRIDES
20 de noviembre de 1910 dio inicio la Revolución Mexicana como respuesta a la enorme desigualdad social y la falta de claridad en las elecciones presidenciales.

1913 en medio de la convulsión política, la ciudad de México vio uno de su días más sangrientos en la Decena Trágica cuando un golpe de estado apoyado desde el exterior y por la jerarquía católica depuso al gobierno democrático.

1927 se inició una amplia política social con la creación de hospitales y escuelas públicas como resultado del espíritu de la revolución.

19130 - 1939 la ciudad vivió una gran efervescencia cultural que se manifestó en las decenas de murales plasmados en los muros de instituciones públicas, los movimientos literarios así como la presencia de destacadas personalidades mundiales como León Trotsky y Marcel Duchamp. Al mismo tiempo se consolidaban amplias zonas de la ciudad como la Colonia Condesa, la Colonia Roma y la Colonia Del Valle, al tiempo que se creaban nuevos fraccionamientos al poniente como Polanco y las Lomas de Chapultepec, y al sur siguiendo la traza de la Avenida de los Insurgentes.

1.940-1950 La economía de la ciudad tuvo un fuerte desarrollo que atrajo a un gran número de inmigrantes procedentes del campo, quienes al llegar a la ciudad se asentaban en barrios
irregulares sin los servicios necesarios por lo que se inició la creación de los primeros proyectos de departamentos en edificios multifamiliares, siendo el pionero el Centro Urbano Presidente Alemán al sur de la ciudad. Se fraccionaron nuevamente grandes
extensiones al sur al momento que la ciudad alcanzaba el millón de habitantes.

1952 se inaugura la Ciudad Universitaria, síntesis e ícono de los logros de la revolución y de la búsqueda de una identidad nacional que buscara el desarrollo del país por medio de la ciencia y el conocimiento al mismo tiempo que en el norte de la ciudad se
fundan los primeros fraccionamientos al estilo suburbano norteamericano y la mancha urbana sobrepasa los límites del Distrito Federal.

Mexico-DF-Sucesos-mas-Importantes

sábado, 27 de noviembre de 2010

HISTORIA DEL MEZCAL


Con la conquista y más precisamente durante la colonia, se comenzó con la destilación (introducida en América por los españoles quienes a su vez la heredaron de los árabes) dando origen a la elaboración de diferentes aguardientes que hoy forman parte importantísima de la industria licorera mexicana. Los más importantes son los mezcales, y dentro de ellos el más conocido: el elaborado en Tequila, Estado de Jalisco.

Por otro lado, la industria vitivinícola tuvo poco desarrollo, ya que por orden de la corona española, estuvo prohibida en los nuevos asentamientos americanos, como una norma proteccionista para con los productores y exportadores españoles.
Recién en la época de las luchas independentistas, se iniciaron algunos cultivos de vid, como una forma más de rebeldía hacia el yugo colonial. Luego, en la primera mitad del siglo XX, la familia Madero inició el cultivo y la fabricación de vinos en Coahuila, extendiéndose más tarde a Baja California y Aguascalientes.

HISTORIA

La palabra mezcal tiene su origen en vocablos de la lengua náhuatl.
Algunos sostienen que deriva de “mexcalli” (“metl” o ”meztl”,maguey, y de “ixcalli”, cocer ). La traducción sería entonces “maguey cocido”.
Otros dicen que deriva de un nombre diferente que se le daba al maguey: "mexcalmetl".

En la época prehispánica se hacía un uso integral de la planta. De sus jugos se prepararaban bebidas fermentadas con fines rituales o para el consumo de los ancianos o embarazadas o como medicina, o para fabricar guisados y panes.
De sus hojas se obtenían fibras vegetales que se usaban en la confección de cuerdas, sogas y ropa. De las púas de las hojas se fabricaban agujas y clavos. De las hojas secas se hacían techos o fuego. De sus hojas se preparaban remedios y se fabricaba papel para los códices.

Estas bebidas se obtenían cocinando los corazones o piñas de las plantas, luego se las machacaba para así extraer su jugo y lo ponían a fermentar. De esta misma forma se elabora en la actualidad el pulque y el mosto para destilar y obtener el mezcal.

MEZCALES

Mezcal es el nombre que se le da a toda bebida obtenida de la destilación de jugos fermentados de un agave.Según la región, llevan distintos nombres.
En Sonora se llama bacanora (agave potatorum o yaquiana), en Yucatán se llama xtabentun, en Michoacán se lo llama charanda (se lo identifica por un trozo de caña en la botella), en Chihuahua se llama sotol, en Chiapas se llama comiteco, en la costa de Jalisco, las serranías de los Altos y el oeste de Michoacán se llama raicilla (de producción casi clandestina y muy fuerte), en Oaxaca se lo llama mezcal (agave espadín de oaxaca o agave angustifolia haw, arroqueño o agave americana L. variación del oaxacensis Gentry, tobasiche o agave karwinskii zucc, barril o agave rodacantha zucc, mexicano o agave rmacrocantha, maguey cincoañero o agave cantala roxb y el agave silvestre más apreciado por la calidad de mezcal que origina es el agave potatorum zucc o tobalá) y en Jalisco se llama tequila (agave tequilana Weber azul).

TEQUILAS

Tequila es un mezcal obtenido de una sola variedad, el “agave tequilana Weber azul” (nombre científico dado por el botánico alemán Franz Weber, quién estudió las variedades del agave y en 1902 / 1903 probó que esa variedad era la más abundante y la que mejores resultados daba) y se llama así por la región donde comenzó a producirse hace ya 400 años: Tequila, población de origen prehispánico que da nombre tanto al valle que la contiene como a un volcán que la domina, en el Estado de Jalisco.

La palabra “tequila” tiene varios significados que provienen del náhuatl. ”Lugar de trabajo” (de “téquitl”: trabajo y “tlan”: lugar) y “Lugar donde se corta” (del verbo “tequi”:cortar y “tlan”: lugar)
La calidad de un tequila depende del mosto que se utiliza para la destilación. El 51%por lo menos debe provenir del agave tequilana Weber azul, deben ser cultivados en territorio mexicano y más precisamente, en los Estados autorizados de Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Nayarit y Tamaulipas, y deben ser destilados allí también. Solo de esa manera puede llamarse “Tequila”.
Solo en caso de que el mosto sea enteramente realizado con esa variedad de agave, puede mostrar en la botella, la inscripción “100% AGAVE”.
www.elportaldemexico.com



jueves, 25 de noviembre de 2010

LOS MATLACHINES


Otra de las tradiciones más arraigadas son los matlachines popularmente conocidos como matachines, que danzan en honor de la Virgen de Guadalupe el 12 de diciembre de cada año. Es tanta la pasión por danzar que existen distintos estilos de danza e indumentarias que se exhiben. Cada año crece el número de participantes, incluso son imitados por las localidades cercanas.
Los organizadores de los grupos de matachines son los viejos o sabios, quienes ya tienen experiencia en el baile, ellos son quienes convocan a los participantes y los dirigen; éstos tienen poder para amonestar a los miembros del grupo que no sigan sus indicaciones y como símbolo de ese poder portan un látigo.

El cargo de los viejos está rodeado de un aura de autoridad y prestigio; quienes conforman este grupo son especialistas en el ritual y tienen la gran responsabilidad de conducir la buena ejecución de las actuaciones de los danzantes. Usan el traje de matachín, pero portan una máscara que, generalmente, es de madera tallada, con barba y bigotes hechos de crin de caballo o pelo de cabra. Cuando la danza se ejecuta los viejos emiten unos gritos con los que indican a los danzantes ciertos cambios en los pasos coreográficos.
Otros dirigentes de la danza son conocidos bajo el nombre de monarcas; bailan con los matachines conduciendo las evoluciones, fungen como maestros de los reclutas nuevos e inexpertos y gozan también de un gran prestigio en la comunidad. El número de miembros de un grupo de matachines varía mucho; en buena medida depende del poder de convocatoria de los organizadores, del grado de tradicionalismo que conserve la comunidad en cuestión y de las posibilidades económicas de la gente. Esto último se debe a que cada matachín debe comprar su vestimenta y demás objetos concernientes a la parafernalia ritual.

La vestimenta consiste en ropa de origen mestizo, pantalones y camisas rojas que van debajo de las nawillas o faldas, las cuales
son bordadas a mano; las imágenes de las nawillas varían según el grupo. Una de las características más llamativas de la indumentaria de los matachines es la corona que llevan en la cabeza, y las sonajas y palmillas que portan en sus manos. La corona se confecciona
con espejos o con ramos de flores que pueden ser de tela, papel de china o plástico; de ella cuelga una miríada de listones multicolores. También, con paliacates, se cubren la parte posterior de la cabeza y parte de la cara, dejando al descubierto sólo los ojos y la nariz.

Los matachines portan en la mano derecha una sonaja llamada guaje que agitan constantemente, mientras que en la izquierda llevan el arco y la flecha, que simboliza las características de las tribus chichimecas, las cuales eran nómadas y cazaban para alimentarse. Las danzas se ejecutan con paso de base terciaria o binaria. La posición del cuerpo es erecta, mientras que el paso se marca con las plantas de los pies. Al frente de la procesión que se realiza va el jefe de la tribu o monarca acompañado de 2 jefes que portan los estandartes.
www.lasnoticiasmexico.com




miércoles, 24 de noviembre de 2010

PUERTOS DE VERACRUZ Y ACAPULCO


Ensayo político - Alejandro de Humboldt

Casi todo el comercio marítimo hace siglos que está reducido a Veracruz. La isla de Sacrificios, cerca de la cual los buques hacen la cuarentena, y los bajíos del Arrecife del Medio, Isla Verde, Anegada de Dentro, Blanquilla y Gallega, forman con la tierra firme, entre Punta Gorda y el pequeño cabo Mocambo, una especie de ensenada que está abierta al N. O.; así, cuando soplan los norte s con toda su fuerza, los buques fondeados al pie del castillo de San Juan de Ulúa pierden sus áncoras y derivan al E, y saliendo por el canal que separa la isla de Sacrificios de la Isla Verde, los arrojan los vientos en veinticuatro horas al puerto de Campeche.

El buen fondeadero, en el puerto de Veracruz, está entre el castillo de Ulúa, la ciudad y los arrecifes de la Lavandera. Cerca del castillo hay hasta seis brazas de fondo; pero el canal por donde se entra al puerto apenas tiene cuatro brazas de fondo y 380 metros de ancho.
Los principales artículos de exportación por Veracruz, según las declaraciones hechas en la aduana, y ordenados de más a menos según su valor en pesos, son: oro y plata, en barras, amonedado y en objetos de platería; cochinilla, azúcar, harinas, añil mexicano, carnes saladas y legumbres secas u otros comestibles, zarzaparrilla, cueros curtidos, vainilla, jabón, palo de Campeche y pimienta de Tabasco.


En 1802 entraron en Veracruz 291 buques; de ellos, procedentes de España 148, y de otros puntos de América 143; Y salieron 267; de ellos, 112 para España y 153 para otros puntos de América. En 1803 entraron 214; de España 103, y de América 111, y salieron 205; para España 82, y para América 123.
El consulado de Veracruz cuenta entre sus miembros hombres tan distinguidos por sus luces como por su celo patriótico. A la actividad del consulado se debe la empresa del camino de Perote, la mejora de los hospitales y la erección en el castillo de Ulúa de un hermoso faro giratorio, hecho en Londres según los planos del célebre astrónomo Mendoza y Ríos. A mi salida de Veracruz (7 de marzo de 1804), el consulado se ocupaba en dos nuevos proyectos igualmente útiles: proveer a la ciudad de agua potable y la construcción de un nuevo muelle que, avanzando en forma de parapeto, pueda resistir al choque de las olas.

Si el puerto de Veracruz, aunque no es sino un mal fondeadero entre arrecifes, recibe y despacha al año 400 o 500 buques, el de Acapulco, que es uno de los puertos más hermosos del mundo, apenas recibe diez. La actividad mercantil de Acapulco está reducida al galeón de Manila, conocido con el nombre impropio de nao de la China, al cabotaje de las costas de Guatemala, de Zacatula y de San Blas, y al arribo de cuatro o cinco barcos que anualmente se expiden en Guayaquil y Lima.

La bahía de Acapulco, en su vasta extensión, no presenta más que un solo arrecife, que no tiene sino cuarenta metros de ancho, y se llama de Santa Ana porque se conoció en 1781 por la pérdida inesperada del navío Santa Ana, perteneciente al comercio de Lima. Las Bajas, el Farallón del Obispo y la isla de San Lorenzo, cerca de la punta de Icacos, no presentan ningún riesgo, porque son escollos visibles.


EL PUERTO DE ACAPULCO

El ramo de comercio más antiguo e importante de Acapulco es el trueque de las mercancías de las Grandes Indias y de China con los metales preciosos de México. Este comercio, limitado a un solo galeón, es sumamente sencillo. Un oficial de la marina real tiene el mando del galeón, que generalmente es de 1,200 a 1,500 toneladas, y se hace a la vela en Manila a mediados de julio o principios de agosto. Su cargamento consiste en muselinas, telas pintadas, camisas de algodón ordinarias, seda cruda, medias de seda de China, obras de platería labradas por los chinos en Cantón o en Manila, especias y aromas.
El viaje se hace por el estrecho de San Bernardino o por el cabo Bojador, que es la punta más septentrional de la isla de Luzón; en otro tiempo duraba cinco o seis meses, pero actualmente se hace en tres o cuatro. Según las leyes actuales, el valor de las mercancías que transporta el galeón no debería exceder de 500,000 pesos, pero generalmente asciende a millón y medio o dos millones. Luego que llega a México la noticia de haberse avistado el galeón en las costas, se cubren de gente los caminos de Chilpancingo y Acapulco; los comerciantes se dan prisa para ser los primeros en tratar con los sobrecargos que llegan de Manila. Ordinariamente se reúnen algunas casas poderosas de México para comprar todos los géneros juntos. La compra se hace casi sin abrir los bultos, y aunque en Acapulco acusan a los comerciantes de Manila de lo que llaman trampas de la China, es menester confesar que este comercio entre dos países, 3,000 leguas distantes uno de otro, se hace con bastante buena fe y tal vez con más honradez que el comercio entre algunas naciones de la Europa civilizada, que nunca ha tenido la menor relación con los comerciantes chinos.
Mientras las mercancías se transportan a México, para distribuirse en todo el reino, se hacen descender del interior hacia la costa las barras de plata y los pesos que han de formar el cargamento de retorno. También suele ser considerable el número de pasajeros, y de cuando en cuando es aún mayor por las colonias de frailes que España y México envían a Filipinas. El galeón de 1804 llevó setenta y cinco; y por eso los mexicanos dicen que la nao de China carga de retorno plata y frailes.

La navegación de Acapulco a Manila se hace a favor de los vientos alisios; es la más larga que se puede efectuar en la región equinoccial de los mares, y casi triple de la de las costas de África a las Antillas; pero es agradable y de poca duración: comúnmente se hace en cincuenta o sesenta días. De algunos años a esta parte, el galeón toca de cuando en cuando en las islas Sandwich para tomar víveres y hacer agua, y como los jefes de esas islas no siempre se hallan en disposiciones amistosas con los blancos, la arribada suele ser peligrosa.
Al evaluar el comercio de Acapulco y Veracruz, he tenido que limitarme a los artículos de exportación e importación que a su entrada y salida han satisfecho los derechos reales fijados en los aranceles de 1778 y 1782, en los cuales se ha procedido con bastante arbitrariedad en cuanto al precio de todos los artículos que pueden introducirse en las colonias.

martes, 23 de noviembre de 2010

ESTADO DE MICHOACÁN

El estado de Michoacán es uno de los más famosos en México por la calidad y notable variedad de artesanía producida. Comunidades enteras se dedican a la elaboración de notables piezas que se destinan no sólo al mercado nacional, sino que al ser también apreciadas por los visitantes extranjeros, consiguieron ganar fama en el exterior.

Las etnias Nahua y Purépecha (o Tarasca), con importante presencia en la región aportan sus bellísimos tejidos.

Los muebles laqueados de Pátzcuaro, o los tallados de Cuanajo, las lacas de Uruapan, la artesanía en paja de trigo de Tzintzuntzan, la alfarería de Patamban o de Ocumicho, las guitarras de Paracho o los objetos de Santa Clara del Cobre, por citar sólo algunos ejemplos son fácilmente reconocibles y justamente apreciados por cualquier mexicano.

Joyería: las arracadas (aros) y collares de plata fundida con filigrana y cuentas de vidrio, son de Zitácuaro y Pátzcuaro.
En Pátzcuaro se elaboran además, notables peces de plata. También son afamados los joyeros de Morelia, capital del Estado.

Las mujeres purépechas usan una falda enredada, faja y blusa bordada (llamada "huanengo" o "guanengo"), rebozo, cintas de colores en las trenzas, bijouterie y adornos.

El huanengo o guanengo es un huipil corto, que consiste en un rectángulo de lienzo blanco con una abertura en el centro para la cabeza. El escote, los hombros y los bordes de las mangas están bordadas en lana, con flores y estrellas en lila y negro en punto "satín", "ojal" y "atrás". Años atrás, se solían hacer estas prendas con algodón hilado a mano y luego tejido en telar de cintura, en dos lienzos y con bordados en hombros, escote y mangas en color "solferino" (rosa mexicano).

La falda es un largo enredo o enagua, de lana azul marino con pliegues en la parte de atrás, enrollado y anudado en la cintura, con una faja. Por debajo de ella llevan una enagua blanca de algodón.

Las fajas están tejidas con técnica de "brocado de urdimbre", a mano, con entretejido de figuras humanas, animales, motivos geométricos o letras, agrupados geométricamente.

Los rebozos purépechas (o tarascos) más usados son los de color azul oscuro con rayas finas verticales en azul claro (celeste). Pueden ser confeccionados en algodón o lana. En algunos, los hilos de la urdimbre suelen ir anudados y son el fondo para los decorados (que suelen ser pedazos de cintas de colores anudadas en un fondo de red, como "mosaico de plumas" prehispánico). La terminación del tejido suele adornarse también con flecos hechos con cintas de colores. Los diseños pueden ser geométricos, pájaros o figuras humanas.

Los sarapes son tejidos en dos lienzos de lana gruesa de la región, en telar de pedal horizontal (también llamado colonial) con peine y lisos. Los decorados pueden ser muy sencillos (con guardas en marrón oscuro) o muy trabajados (con diseños tradicionales en varios colores y guardas, algunos realizados como tapicería).

Los Mazahuas fabrican morrales en tela de algodón y bordados en lana roja y negra, en punto "cruz", punto "escapulario" o puntada larga, con flores y pájaros. En Zitácuaro.
Los hombres Nahuas usan pantalón blanco bordado en los bordes de las piernas y camisa también bordada en los puños y la pechera.
Cobre: este metal fue utilizado por los tarascos, desde antes de la llegada de los conquistadores, para hacer cascabeles, máscaras y otros objetos.
Actualmente se fabrican piezas utilitarias y para decoración. Están forjadas a mano y con la técnica del martillado, que consiste en elaborarlas a partir de un solo trozo de metal al cual se va dando la forma que se quiere golpeándolo con martillos diferentes.
Platones, jarras, cazuelas, sartenes, ollas, jarros, cucharones, y otros utensilios de cocina son elaborados así en Santa Clara del Cobre. Los artesanos de ésta localidad gozan de merecida fama en todo el país.

Maderas: se usan en la construcción de las típicas casas michoacanas llamadas "trojes", que son de un solo cuarto y sin ventanas. Por arriba del techo de la habitación, hay una especie de buhardilla que es utilizada como granero. Tienen una galería o "porche" que sirve como sitio de reunión o comedor. Las columnas que sostienen dicha galería, están totalmente talladas a mano.
La cocina y los dormitorios están en "trojes" separadas, formando entre todas un conjunto habitacional. Las cocinas tienen sus paredes hechas con tablones de madera separados unos de otros, y el techo con aberturas, todo lo cual facilita la salida del humo del fogón.
Lacas: en Pátzcuaro las lacas son confeccionadas a pincel con gran delicadeza en el trazado, siempre sobre un fondo negro, marrón, púrpura, verde o naranja.
Los bordes del dibujo son delineados con oro de hoja de 24 kilates (técnica de dorado).
Las técnicas para el laqueado o "maque" siguen siendo prehispánicas.
Los motivos son en general de flores y pájaros, con reminiscencias orientales, debido a la influencia que ejerció el comercio con Asia, en los objetos y pinturas traídos a México durante el Siglo XVIII por el galeón de Manila, también conocido como "Nao de la China".
En Uruapan la laca esta caracterizada por el incrustado o embutido de los motivos sobre el fondo laqueado de las piezas o muebles (se recortan o se ahuecan los espacios que se desean rellenar con distintos colores, de acuerdo al dibujo). Esta técnica es prehispánica. Logran que los colores no se alteren con el tiempo y que perdure su brillantez, gracias a que las tierras y pigmentos naturales son fijados con la grasa de un insecto pequeño llamado "axe". Los motivos en los muebles y objetos, son similares a los de Pátzcuaro: flora y fauna de la región.
En Zinapécuaro se fabrican tinajas gigantescas, que servían para guardar aceite, agua y comestibles. Actualmente se usan también en la decoración de las casas. Están hechas a mano y en molde, pintadas de color negro y cocidas en hornos a baja temperatura.

Esculturas y adornos con paja de trigo (panikua): con el tallo de la espiga del trigo se confeccionan todo tipo de figuras de animales, personas y adornos navideños, con gran maestría en el pueblo de Tzintzuntzan, a orillas del lago de Pátzcuaro.

Juguetes articulados: con diferentes maderas se elaboran todo tipo de juguetes, que tienen movimiento y son pintados a mano. En Zirahuén y en Paracho.
Juguetes: con la hoja del elote (choclo) seca, llamada totomoxtle (chala), se confeccionan muñequitas vestidas con papel crepé y con cabellos de lana o algodón teñido. En San Juan de las Colchas.

Guitarras: y otros instrumentos de cuerdas se fabrican en el pueblo de Paracho y tienen fama de ser las mejores del país. Habitualmente son las más apreciadas por los exigentes músicos populares mexicanos.

www.elportaldemexico.com

lunes, 22 de noviembre de 2010

ALEXANDER VON HUMBOLDT


Friedrich Wilhelm Heinrich Alexander von Humboldt (Berlín, Alemania, 14 de septiembre de 1769 - 6 de mayo de 1859), conocido en español como Alejandro de Humboldt, fue un geógrafo, naturalista y explorador prusiano, hermano menor del lingüista y ministro Wilhelm von Humboldt.
Es considerado el "Padre de la Geografía Moderna Universal". Fue un naturalista de una polivalencia extraordinaria, que no volvió a repetirse tras su desaparición. Los viajes de exploración le llevaron de Europa a América del Sur, parte del actual territorio de México.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Las manufacturas indígenas de algodón podrían ser para México de gran importancia. Las de la intendencia de Puebla, en tiempo de paz, suministran al comercio interior un producto anual de 1.500,000 pesos; pero este producto no se debe a fábricas reunidas, sino a gran número de telares de algodón dispersos en las ciudades de Puebla, Cholula, Huejocingo y Tlaxcala.
En Querétaro se consumen anualmente, en la fabricación de mantas y rebozos, 200,000 libras de algodón.
En 1802 se contaban en Puebla más de 1,200 tejedores de telas de algodón y cotonados rayados.
Las más antiguas fábricas de paño en México son las de Texcoco. La mayor parte fueron establecidas en 1592 por el virrey don Luis de Velasco II. Este ramo de la industria nacional fue pasando poco a poco a manos de los indios y de los mestizos de Querétaro y de Puebla.
En agosto de 1803 visité las fábricas de Querétaro. Estas se distinguen en grandes, llamadas obrajes, y pequeñas, llamadas trapiches. Se contaban entonces veinte obrajes y más de trescientos trapiches. Sorprende desagradablemente al viajero que las visita no sólo la extremada imperfección de sus operaciones técnicas en la preparación de los tintes, sino aun más la insalubridad de los locales y el mal trato que se da a los trabajadores. Hombres libres están confundidos con presidiarios que la justicia distribuye en las fábricas para hacerles trabajar a jornal.

En el día es casi nula en México la fabricación de géneros de seda. En tiempos del viaje del Padre José de Acosta, hacia fines del siglo XVI, cerca de Pánuco y en la Mixteca se criaban gusanos de seda que se habían llevado de Europa, y entonces se fabricaban también excelentes tafetanes con la seda mexicana.

Tampoco tiene la Nueva España manufacturas de lino, ni de cáñamo, ni de papel.

La del tabaco es un derecho de regalía, y las fábricas más importantes son las de México y de Querétaro. En esta última ciudad, visité la gran fábrica de puros y cigarros, que da ocupación a 3,000 obreros, de ellos 1,900 mujeres. Las salas están limpias, pero mal ventiladas, y son muy pequeñas, y, por tanto, muy calientes.

En Puebla, México y Guadalajara, la fabricación de jabón sólido es materia de un comercio considerable. Favorece mucho esta fabricación la abundancia de sosa que se encuentra casi en todas partes de la mesa central a 2,000 o 2,500 metros de altura.
Puebla fue en otro tiempo célebre por sus fábricas de loza y de sombreros. Hasta principios del siglo XVIII, estos dos ramos de la industria vivificaban el comercio entre Acapulco y el Perú. Hoy las comunicaciones entre Puebla y Lima son casi nulas, y las fábricas de loza han disminuido de tal manera, que de cuarenta y seis que se encontraban todavía en 1693, no quedaban en 1802 más que dieciséis de loza y dos de vidrio.

La construcción de un nuevo camino desde México hasta Veracruz ha sido en estos últimos tiempos objeto de la solicitud del Gobierno. Los comerciantes de México han querido que el camino pasase por Orizaba; los de Veracruz han insistido en que pasase por Perote y Jalapa. Después de discusiones que han durado muchos años, el virrey don José de Iturrigaray ha decidido construirlo por Jalapa, y las obras comenzaron en febrero de 1804.
El antiguo camino de Jalapa se dirige desde La Rinconada, al E., por la Veracruz Vieja, llamada vulgarmente la Antigua, y después sigue la playa por Punta Gorda y Vergara, o bien, si la marea es alta, se toma el camino de Manga de Clavo, que no se acerca a la costa sino hasta el mismo puerto de Veracruz.
El camino por Orizaba es menos frecuentado: pasa por Nopaluca, San Andrés, Orizaba, Córdoba y Cotastla.
Sin el gran consumo de géneros que se hace en las minas, el comercio interior no podría ser muy activo entre provincias que gozan en gran parte del mismo clima y que tienen, por consiguiente, las mismas producciones.
Por fortuna, el cultivo del maíz anima el comercio interior mucho más que el de los cereales de Europa. El comercio del maíz es muy importante para las provincias de Guadalajara, Valladolid, Guanajuato, México, San Luis Potosí, Veracruz, Puebla y Oaxaca.
Los millares de mulos que todas las semanas llegan de Chihuahua y de Durango a México, transportan, además de barras de plata, cuero y sebo, un poco de vino del Paso del Norte y harinas, tomando en retorno lanas de las fábricas de Puebla y de Querétaro, géneros de Europa y de las Filipinas, hierro, acero y mercurio.

www.antorcha.net/biblioteca_virtual/politica/humboldt

domingo, 21 de noviembre de 2010

LOS ANTOJITOS


Es evidente para quienes conocen un poco de España y de México que hay grandes diferencias en el campo culinario. Son tantas, que difícilmente podría intentar enumerarlas en unas pocas páginas. No obstante, es posible delimitar ciertos tipos de alimentos de acuerdo con sus características. Para empezar, España pertenece a la cultura del trigo, y México, a la del maíz, de la cual es quizá el representante más
emblemático. La comida mexicana característica se sitúa dentro de esa cultura del maíz, aunque hay algunos alimentos típicos cuya base es el trigo, como las tortas, los molletes, los burritos y las sincronizadas.

ANTOJITOS:

chalupa, chilaquiles, flauta, enchiladas, gordita, huarache, quesadilla, sope, taco, tamal,tlacoyo, tostada, totopo. Todos estos alimentos pueden caber dentro de lo que en México se conoce como antojitos: comida que se ve sabrosa, por lo que “se antoja”, y es difícil resistir la tentación de paladearla.
Quizá las excepciones sean los tamales, los chilaquiles y las enchiladas, aunque también son comidas típicas mexicanas y se antojan. Los antojitos son como tentempiés que se consumen para resistir el hambre antes de la comida importante del día. En cambio, los tamales, por su tamaño, pueden equivaler a un platillo principal.
Los antojitos se hacen con masa de maíz o masa por antonomasia, que se obtiene del nixtamal. El nixtamal se prepara dejando las semillas del maíz en reposo en agua mezclada con un poco de cal. Tras una noche, las semillas reblandecidas se dejan escurrir y se muelen en un metate, que aún se usa en poblados pequeños, sobre todo indígenas. El metate ha sido sustituido a través del tiempo por molinos de mano o molinos públicos de motor, donde se produce la masa a partir del nixtamal.
Para hacer los diferentes antojitos, la masa se moldea previamente y después se cuece o se fríe en un comal, o se cocina al vapor. A diferencia del trigo, el maíz nunca toma la forma de harina para prepara estos alimentos, pues se transforma directamente en la masa con la que se preparan. Dentro de los antojitos de consistencia dura están los totopos, pedazos fritos de tortilla de maíz –la tortilla mexicana por antonomasia.
También pueden utilizarse para untarles un poco de salsa picante (salsa de aquí en adelante), guacamole, frijoles refritos u otras pastas que se ponen en la mesa.

Las chalupas se hacen con masa a la que, antes de freírla, se le da forma cóncava y ligeramente alargada. Son también duras, como los totopos, aunque algunas tienen consistencia blanda, pues no se fríen. Su forma permite que se rellenen con frijoles refritos, carne de pollo deshebrada y otros guisos. Al final se rematan con salsa, queso desmoronado, lechuga y cebolla picadas.

Las tostadas, a diferencia de las chalupas, son planas. Se hacen de tortillas que se endurecen al freírlas o al tostarlas. Pueden cubrirse de diferentes salsas y guisos. También se acostumbra añadirles cebolla picada, cilantro, queso y salsa al gusto del comensal.

Las flautas se hacen con dos tortillas que se enrollan juntas, una a continuación de la otra, y después se fríen. Previamente se rellenan con carne de res o de pollo, o con papa. Se presentan adornadas con crema y cubiertas con tomate, queso y cebolla.

Dentro de los alimentos de consistencia blanda, en comparación con los anteriores, están los chilaquiles, que son pedazos pequeños de tortilla seca que se fríen antes de cocinarlos en salsa verde o roja, las más populares. Se sirven en un plato acompañados de frijoles, carne o huevo. Además, es frecuente que se les añada queso y cebolla picada. Son un platillo típico de los desayunos –almuerzos, podría llamárseles, por la abundancia– que se toman normalmente después de las nueve de la mañana.

Las enchiladas, de mayor tamaño que los chilaquiles, se sirven en plato, al igual que estos. Se hacen con tortillas fritas que se bañan en diferentes salsas, incluso en mole. Se pueden presentar dobladas o enrolladas, en forma de taco. A veces se rellenan de queso o de carne, sobre todo de pollo. Por afuera se acostumbra ponerles queso y cebolla picada. A diferencia de las enchiladas, los demás antojitos blandos tienen como base la masa cocida o frita seca–no guisada o bañada en alguna salsa–. Los sopes, de forma redonda, son relativamente delgados, al igual que los tacos, las quesadillas y los huaraches, en comparación con los antojitos que he considerado gruesos, como las gorditas y los tlacoyos.

Los sopes se presentan tal como se cocinan, y se cubren con frijoles refritos o diferentes guisos a los que se les añade a veces salsa, queso y cebolla picada.

Los tacos –un indudable símbolo de identidad nacional– pueden hacerse de cualquier tipo de guisado que se tenga a mano. La única condición es que se ponga sobre la tortilla que después se enrolla. De acuerdo con el relleno, incluso pueden volverse especialidades de fin de semana, como los de barbacoa o de carnitas; o de temporada, como los de hongos. El comensal añade salsa y da el toque final al taco enrollando la tortilla antes de comérselo sujetándolo con la mano.

Las quesadillas se preparan de masa a la que se le da forma circular. Cuando ya está cocida, se le añade el relleno, que puede ser queso o guisos diversos, y finalmente se dobla en semicírculo. Son muy populares en el altiplano mexicano.

Para hacer los huaraches (o guaraches), a la masa se le da una forma ovalada, que recuerda la suela de este tipo de calzado. Se sirven cubiertos con salsa a la que se le añade cebolla picada, queso o, de acuerdo con el cliente, un pedazo de carne asada.

Dentro de los alimentos de consistencia blanda que se presentan secos están, finalmente, los de mayor grosor, como la gordita, de forma circular. La gordita puede prepararse cocida o frita, pero siempre lleva un relleno que se le incorpora generalmente antes de cocinarla; después se abre en forma horizontal para añadirle salsa, cebolla, cilantro y a veces queso.

También es grueso el tlacoyo, pero de forma ovalada. A diferencia de la gordita, el tlacoyo se prepara añadiendo a la masa aplanada una pasta de frijoles refritos, papas o queso. Luego el relleno se cubre con la masa y se procede a cocerlo. El cliente puede añadirle salsa, cilantro y cebolla picada.

Los tamales, por último, son el único alimento del grupo que se prepara al vapor. Los tamales se hacen con manteca de cerdo que sirve para batir la masa, la cual se extiende sobre una hoja de maíz o de plátano que servirá de envoltura. Sobre la masa se pone algún guisado o carne de cerdo o de pollo como relleno. A continuación se enrolla la masa, se cubre con la envoltura que se ata y se coloca en una lata que sirve como vaporizador. Los tamales más conocidos son los de salsa verde, de mole y de dulce. Los tamales son muy populares. Se consumen prácticamente todos los días por las mañanas, pues no falta una señora que los venda junto con el atole, una bebida espesa, también de maíz, que se toma caliente.

descargas.cervantesvirtual.com

sábado, 20 de noviembre de 2010

MÉXICO INDEPENDIENTE


A partir de la independencia de México, las gastronomías mexicanas fueron consolidando las características que hoy las identifican. Muchos de los sucesos históricos que ocurrieron en México en el siglo XIX dejaron su impronta en la cocina de los mexicanos. Recordemos por ejemplo, que la Primera Intervención Francesa en México es conocida también por Guerra de los Pasteles, conflicto ocasionado —según la leyenda— por la deuda que dejaron unos soldados de la República a un pastelero francés de Tacubaya.

Durante la Guerra de Intervención Estadounidense, los soldados invasores inventaron el pan de caja; y años más tarde, las tropas que acompañaron a Maximiliano y Carlota en su aventura imperial en México introdujeron el consumo de la carne de res molida.

Desde luego que no todos los contactos que enriquecieron el repertorio gastronómico mexicano tuvieron que ver con sucesos bélicos. A partir de la segunda mitad del siglo XIX, el gobierno mexicano se empeñó por convertir a México en un destino de los emigrantes europeos, de un modo similar como habían hecho los Estados Unidos o la Argentina. A pesar del poco éxito que tuvieron estos empeños, los extranjeros que llegaron al país trajeron costumbres culinarias que fueron asimiladas a las nacionales en sus platillos de comida mexicana. Es el caso, por ejemplo, de los pastes del estado de Hidalgo, originados en las empanadas que acostumbraban los mineros ingleses. Otros casos similares son los de los quesos franceses e italianos que comenzaron a manufacturarse en ciertas regiones del oriente de México (como Chipilo) donde se fundaron colonias importantes de origen galo o italiano.

Por aquella misma época, entraron al país trabajadores asiáticos que trajeron también sus propias costumbres alimenticias, que en México se reprodujeron por generaciones. Proliferaron los «cafés de chinos» en varias partes del país, especialmente en la capital y aquellas regiones donde los orientales fueron llevados para trabajar en la construcción de ferrovías. De su cocina, quizá el pan es el que dejó una huella mayor en la gastronomía mexicana, al grado que persisten en muchos sitios del país los «panes chinos», una especie de mantecada con nueces y ralladura de naranja.

También en el Porfiriato las clases altas comenzaron a mostrar preferencia por las cocinas europeas. Ello trajo como consecuencia el relajamiento de la comida mexicana más sofisticada a los ámbitos de la comida casera, pero no implicó el abandono total de costumbres antiquísimas como la ingesta de tortillas de maíz. Al concluir la Revolución Mexicana, la gastronomía nacional fue ensalzada nuevamente como parte del programa nacionalista de los gobiernos emanados de esa guerra civil.
A partir de la última década del siglo XX se ha desarrollado un movimiento gastronómico conocido como «alta cocina mexicana». La nueva cocina mexicana —como también se le conoce— retoma una parte importante del repertorio de ingredientes de la cocina mexicana tradicional. Sin embargo, no se limita a la reproducción de recetas populares: toma de ellas lo necesario, con el propósito de reelaborarlo y dar nueva vitalidad creativa a la gastronomía del país.

Fuente: www.wikipwdia.org

viernes, 19 de noviembre de 2010

EL METATE


Metate es el nombre que recibe en América y en especial en México un mortero de piedra tallada de forma rectangular. El metate se compone de dos elementos, la plancha rectangular, llamada normalmente metate y otra pieza cilíndrica con extremos de menor diámetro para poder asir con seguridad conocido como metlapil o mano, el cual se usa contra el metate para moler los granos u otro elemento presionándolos entre ambos para romper el grano. Puede encontrarse en diferentes tamaños, algunos miden pocos centímetros y otros llegan a medir más de un metro de largo.
El metate como instrumento ha tenido un papel muy importante en la economía, ya que hasta la invención de los molinos eléctricos y las licuadoras eléctricas, era el medio principal para obtener harinas, salsas y moliendas de una gran infinidad de elementos, como los colorantes a base de tierras, en el mundo entero se encuentran variaciones infinitas por lo que debe ser uno de los instrumentos más antiguos del hombre.
En cuanto a elemento de molienda, el metate se hace de elementos muy duros y con muy pocas porosidades, ya que esto permite limpiarlo adecuadamente para evitar la mezcla de sabores, por esto tradicionalmente se le fabrica con piedra volcánica de baja porosidad, también se le encuentra hecho con barro cocido o piedra sedimentaria como granito, siendo este ultimo de un costo mucho mayor, en la antigüedad era una de las piezas más caras de la casa por lo que no era raro que estuviera adornado con grabados y frases que hicieran fácil su identificación, en algunas culturas formaba parte de las dotes matrimoniales y romper el de alguna casa se consideraba una gran afrenta.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

SI ME PUEDEN AYUDAR - GRACIAS -

De las fábricas textiles de Puebla dispongo de alguna información más bien poca. Pero, de la que más me interesa conocer su historia es de la fábrica “La Teja”. En septiembre de 1.927 aun trabajaba mi abuelo en ella. Tiempo después regresó a España temporalmente y ya no pudo regresar al estallar aquí la Guerra Civil.
Por favor si alguna persona de las que tienen a bien visitar éste blog pudiera informarme de algo de su historia, les quedaría eternamente agradecida. Pueden dirigirse a mí por medio de mi correo. WWW.elventanprendes@hotmail.com

martes, 16 de noviembre de 2010

"LA CONSTANCIA MEXICANA"


"La Constancia Mexicana"

Con el propósito expreso de construir una fábrica de hilados y tejidos de algodón, don Esteban compró la hacienda de Santo Domingo, ubicada en las riberas del Río Atoyac; ahí se localizaba un molino de trigo que con la edificación apropiada se transformó, en la primera fábrica textil en América Latina que utilizó la fuerza hidráulica para mover su maquinaria.

Don Esteban consumió su capital en la construcción del edificio y tuvo que pedir ayuda al Banco de Avío para comprar en el extranjero una maquinaria de 3840 husos. En 1833 la maquinaria se embarcó con destino a Puebla, llegando a esta ciudad un año más tarde. Con admirable heroicidad y esmero don Esteban inauguró su fábrica el 7 de enero de 1835, a la que bautizó con el nombre simbólico de "La Constancia Mexicana".

La factoría empezó a operar sólo con el departamento de hilatura y así, sin desaparecer aún la producción artesanal, se inició la industria mecanizada en el país. Dos años después, al intentar comprar más maquinaria, la empresa sufrió pérdidas por tres naufragios, pero a pesar de ello don Esteban consiguió que en 1839 su fábrica tuviera en operación 7 686 husos y en el área de tejido 90 "telares de poder"; mas tarde, en el año de 1843, esta cifra aumentó a 113; producían 600 piezas de manta semanalmente. Tanto el consumo como el costo de la fibra se incrementó considerablemente, lo que ocasionó el cierre temporal del establecimiento entre 1842 y 1843.

Por doce años don Esteban dirigió su empresa; después de su muerte, la fábrica estuvo administrada por sus herederos, fue entonces cuando las utilidades disminuyeron. Esta situación se agravó aún más con las deudas que había dejado su fundador, correspondientes al abastecimiento de algodón y préstamos en efectivo que le fueron proporcionados por su principal proveedor, Pedro Berges de Zúñiga, comerciante y agiotista francés radicado en Veracruz, quien se adjudicó en 1865 "La Constancia Mexicana", dándola posteriormente en arrendamiento a diversos empresarios y con diferentes periodos de locación. El último arrendatario fue Joaquín Haro y Ovando, empresario que con el fin de aumentar la producción de hilo y piezas de manta amplió el equipo productivo, invirtió en maquinaria nueva y usada, pero ésta la retiró en 1895, cuando los herederos de Pedro Berges vendieron la fábrica a Antonio Couttolenc, quien instaló telares modernos.

EL ATOLE


El atole (del náhuatl atolli 'aguado', de atl agua y tol, diminutivo despectivo), conocido también como atol en algunas regiones; Es una bebida de origen prehispánico consumida principalmente en México, Guatemala y otros países de Centroamérica. En su forma original es una cocción dulce de harina de maíz en agua, en proporciones tales que al final de la cocción tenga una moderada viscosidad y que se sirve lo más caliente posible.
Es muy común que la bebida sea condimentada con especias aromáticas (cacao, vainilla, canela, anís, azahar, hojas de naranjo) y otros saborizantes (chocolate, jugo o pulpa de frutas dulces), para aumentar su degustabilidad.
Tradicionalmente se endulza con piloncillo, azúcar o miel. También suele prepararse con leche en lugar de agua. En la actualidad se le puede encontrar con muchos sabores como son: fresa, vainilla, chocolate, guayaba, piña, zarzamora, ciruela, mango, coco, canela, nuez y queso.

Los aztecas preparaban el atole simplemente hirviendo masa de maíz hasta espesar, condimentada con cacao, chiles y miel de abeja, ya que para la época no conocían otro endulzante.Hernán Cortes en sus Cartas de Relación lo distinguía como una bebida muy energética, este estilo de atole no fue de particular gusto para los españoles, por lo que fue modificado agregándole leche o simplemente agua el cual es uno de los más tradicionales el llamado champurrado el cual se bate vigorosamente para darle una consistencia espumosa, otro similar es el simple o blanco el cual era solo hecho con agua y masa de maíz, en el caso de darse como comida era común en la época colonial que se le endulzara con piloncillo.
Los atoles muchas veces se toman con pan de sal o pan dulce, sobre todo bolillos o conchas.

Esta bebida es habitual y relativamente fácil de encontrar a la venta en comercios en las calles de varias ciudades de México, especialmente por las mañanas, donde suele ser el acompañante ideal de otro platillo: los tamales.
Originalmente se elaboraba únicamente a base de la masa de maíz, pero hoy se le puede encontrar como fórmula lista para hacer, a base de sémola de maíz, trigo o arroz, de las variantes conocidas son las preparaciones a base de arroz o trigo los cuales tienen una aplicación más enfocada a su uso medicinal, como el atole de arroz en agua, con canela y azúcar que sirve para estabilizar y dar líquidos al paciente que padece diarrea.
En Puebla, Oaxaca, Veracruz, Michoacán y otros estados del centro de México, se prepara un guiso llamado chileatole, de sabor salado y basado en chile, epazote, granos de elote y algunas otras especias. En ocasiones lleva carne o pollo.
Refranes que usan el vocablo atole

La mayoría de estos refranes son de origen y uso mexicano, pero también se usan en otros países de habla hispana.

•Dar atole con el dedo: Significa embaucar, engañar, defraudar.

•Tener sangre de atole: Puede significar ser frío, flemático, o ser lento.

•Con la que entiende de atole, escoba y metate, con ésa cásate: Busca una esposa que sea hacendosa, que sepa cocinar y llevar un hogar. Esta recomendación se acostumbra en los pueblos y las zonas rurales.

•Más vale atole con risas que chocolate con lágrimas: Es preferible vivir pobre y feliz, que con lujos y desdichado.

•No se puede chiflar y beber atole: Mejor hacer cosa por cosa bien, que mucho al mismo tiempo, pero mal. Es parecido al refrán no se puede chiflar y comer pinole.

•Si con atolito vamos sanando, pues atolito vámosle dando: Si un método o comportamiento es efectivo, hay que seguirlo en lugar de inventar uno nuevo.

•Como dueño de mi atole, lo menearé con un dedo: Puedo hacer con lo mío lo que me plazca.

•Contigo la milpa es rancho y el atole champurrado: Contigo la vida me parece maravillosa.

lunes, 15 de noviembre de 2010

PARROQUIA DE SANTA CATARINA VIRGEN Y MÁRTIR


Santa Catarina Virgen y Mártir
Fue en febrero de 1931 cuando se le declaró a este inmueble como Monumento Artístico.

Un grupo de religiosos establecieron una cofradía bajo la advocación de Santa Catarina Virgen y Mártir, por lo que pensaron construir una casa que sirviera de hospital con su respectiva iglesia. Todo esto pasaba en 1536.
El 12 de enero de 1537, las autoridades les otorgaron un solar cerca del monasterio de Santo Domingo; el estreno de lo que en principio era una pequeña capilla fue al año siguiente para que 30 años después, se convirtiera en parroquia en virtud de lo populoso del barrio.

Ubicada en lo que son hoy las calles de Nicaragua y Brasil, en pleno Centro Histórico del Distrito Federal, esta parroquia se deterioró severamente con un inundación ocurrida en 1629.
Por lo anterior, fue necesario reedificarla. Doña Isabel de la Barrera, mujer de Don Simón de Haro fue determinante en el proyecto gracias a sus aportaciones económicas. Se abrió al culto público en enero de 1662.
Empero, a los pocos años fue derrumbada: circularon dos argumentos para dicha acción: uno en el sentido de que no era lo suficientemente amplia para los feligreses, y la otra que carecía de la solidez necesaria en sus cimientos, por lo que era peligrosa y podría caer de un momento a otro. Lo cierto es que se erigió un nuevo inmueble que se abrió a los feligreses en febrero de 1740.

Su fachada es un matiz de la transición entre la severidad del barroco español y los inicios de la llamada churriguería mexicana, misma que se manifiesta en la pequeña puerta lateral. Esta puerta principal se halla orientada hacia el poniente y está encuadrada entre cuatro pilastras estriadas.
El templo es de planta en forma de cruz latina, limitada con muros de mampostería de tezontle, con piso de madera en las capillas laterales y de mosaico hasta el presbiterio. La cubierta es de bóveda de cañón seguido con lunetos y el crucero está cubierto con una cúpula octagonal con su propia linternilla.
En ambos lados del crucero hay dos altares de madera que en sus extremos tienen dos pilastras; en la parte del centro hay dos columnas unidas por un arco de clave adornada e interrumpida por impostes.
Pilares empotrados se ubican en los muros laterales, con semi-columnas con capiteles y cornisas de orden Toscano, que se prolongan de modo ojival en los arcos torales.
Respecto al altar mayor, éste se sostiene con el cimborrio con seis columnas con capiteles dorados de orden Corintio. Junto se puede admirar la capilla dedicada a la Virgen del Rayo.

El inmueble comprende la capilla mayor denominada de "La Preciosa Sangre", junto con otras dos conocidas como de los "Dolores" y del "Sagrado Corazón de Jesús.
Del segundo cuerpo de la iglesia, presenta un nicho aconchado ocupado por una escultura de piedra de Santa Catarina, montada en un pequeño pedestal. Más arriba, se encuentra una ventana rectangular entre otras dos ventanas elípticas y corona la fachada, un perfil curvo que tiene como remate un reloj público.
En el ángulo sureste del inmueble, se yergue la torre sobre la base alta rectangular con dos campanarios que tienen vanos en sus cuatro costados, con un cupulín con una cruz.
El atrio se extiende hacia el costado sur y está limitado por una verja de hierro, colocada sobre un rodapié de piedra, que a su vez está sostenido en tramos por pequeñas columnas equidistantes.
Fue en febrero de 1931 cuando se le declaró a este inmueble como Monumento Artístico.

Sin embargo no todo es color de rosa en la historia de esta parroquia; en 1933 fueron detectadas dos inclinaciones: una de sur a norte y otra de poniente a oriente, además de un hundimiento en el muro norte por el gran peso de la cúpula.
Debido a lo anterior, se han realizado obras de conservación casi permanentemente, ya que en 1949 aparte de que se encontraba en pésimo estado, se estaba hundiendo. Por si fuera poco, en 1974 hubo un incendio cerca del inmueble que afortunadamente no dañó la estructura del templo.
Indudablemente, la parroquia de Santa Catarina Virgen y Mártir tiene un significado muy especial en el Centro Histórico.

domingo, 14 de noviembre de 2010

EL ORIGEN DEL CHARRO


En el Virreinato de la Nueva España, a los indígenas les estaba prohibido montar o poseer caballos, con excepción de los tlaxcaltecas nobles y otros caciques aliados y sus descendientes. Para las labores de ganadería, sin embargo, era necesario emplear vaqueros preferentemente mestizos y en pocos casos indígenas; entre las condiciones para otorgarles permisos para montar estaban el ser empleados en un hacienda, utilizar sillas distintas a las militares y vestir con cuero o gamuza por lo que a éstos vaqueros se les llamaba "cuerudos".
Con el tiempo, tanto los terratenientes como sus empleados conformaron, primero en el Altiplano Mexicano y después en casi todo el país, un estilo hípico nuevo adaptado a las características de este variable y accidentado territorio.
Después de la independencia, proliferaron los hombres "de a caballo" propietarios de pequeñas granjas y arrendadores independientes que por su condición de mestizos con rasgos mulatos o indígenas eran conocidos como chinacos mientras que a los empleados de las haciendas se les llamaba simplemente "caporales" y "vaqueros".

Los hacendados ricos gustaban de ornamentaciones similares a las de los aristócratas y de los oficiales de caballería en trajes con un corte totalmente distinto haciendo alarde de sus riquezas, mientras que los jinetes menos acaudalados los hacían adornar con bordados de "pita" proveniente de la fibra del maguey ó con grecas y calados en gamuza.
El general Ignacio Zaragoza en 1861, durante el gobierno de Benito Juárez, crea el primer "Cuerpo de Rurales", que eran auxiliares del ejército así como encargados de perseguir asaltantes de caminos y poblados rurales. Durante período de Porfirio Díaz, se caracteriaron por garantizar la seguridad y también por sus abusos. Eran jinetes muy experimentados y estaban uniformados con trajes de charro de color gris y sombrero. Sus armas las componían el machete, la reata, pistola, carabina de montar y una larga lanza; temibles en el uso de ésta última, se dice que "con el lazo y con la lanza se forjó el Charro"
Para mediados del Siglo XIX, los "de a caballo" en México se enfrentaron en la Guerra de Reforma, los charros de abolengo se acercaron al "Príncipe extranjero" Maximiliano de Habsburgo que buscaba rodearse de ellos para integrarse a México y a sus tradiciones, incluso se le atribuye la modificación al pantalón de Charro. Por otra parte, los Plateados, que eran rancheros acaudalados pero liberales y los chinacos peleaban por la República.
El marqués de Guadalupe Carlos Rincón Gallardo es considerado el padre de la charrería y es antepasado de muchos charros notables y jugadores de polo.
El personaje histórico más representativo del charro mexicano, es el General Emiliano Zapata, quien aún antes de la Revolución era conocido en la región del Sur de México por ser un extraordinario jinete y arrendador de caballos.
Se dice que la charrería se originó en el estados de Jalisco y México, pero es hacia la década de 1930 con la migración del Campo principalmente hacia la Ciudad de México cuando surge la Charrería como un deporte reglamentado y se construyen los Lienzos Charros.
Cultura y Espectáculo

El Charro cancionero y alegre del cine mexicano no es tan ficticio como sus críticos pretenden, ya que antes de la era de los medios masivos de comunicación, la gente del campo se entretenía haciendo música y bailes, esto es la fuente del folclore.
En México la cultura de la fiesta y de la convivencia, hicieron del charro un personaje alegre, un tanto fanfarrón y un ente completamente social a diferencia del (parco) aunque también machista vaquero estadounidense.
La influencia de la cultura de la charrería esta presente en el México actual en múltiples expresiones, por ejemplo la palabra lana como sinónimo de dinero ya que esta fibra era distintivo de las clases dominantes en el campo. Expresiones como "no te bajes del caballo" o sea: "no cedas"; o bien el imperativo "picale" (con las espuelas al caballo) para significar "corre" o "apúrate". Este "pícale" también ha derivado en "ándale" con la misma función.
Los cuadros del pintor Ernesto Icaza retratan diversas escenas de charrería en el campo, documentando las costumbres y características de la charrería de finales del Siglo XIX y principios del XX.
En el cine, el charro ha sido tema tan recurrente como el "cow-boy". Algunos de los charros cinematográficos han sido: Pedro Infante, Luis Aguilar, Javier Solís, Tito Guízar, Miguel Aceves Mejía, Francisco Avitia entre otros.
Jorge Negrete, el Charro Cantor es considerado el mejor representante del Charro Mexicano en el cine.
Notable por sus brillantes espectáculos ecuestres ha sido Antonio Aguilar posiblemente el último representante genuino del charro en la industria del entretenimiento
Wikipedia.


LOS MERCADOS MAS ANTIGUOS DE MEXICO


“En medio del lago de Texcoco se ubicaba Tenochtitlan —en su tiempo la ciudad más poblada de América y una de las de mayor densidad del mundo—, antigua urbe que estaba dividida en cuatro barrios principales, los cuales contaban con su propio mercado; actualmente sucede algo similar, porque existe uno de estos espacios comerciales en cada colonia”. Actualmente en la Ciudad de México hay poco más de 300 mercados públicos.
“Estos mercados prehispánicos se abastecían de lo que generaban las comunidades alrededor del lago: leña, chile, tortillas, tamales, atole, sal, cal para nixtamal, cerámica, algodón, petates, pino para antorchas y tochomite o pelo de conejo para indumentaria”.
Además de los centros de abasto de víveres, había otros que estaban especializados en ciertos productos, como el de Azcapotzalco que estaba dedicado a la venta de esclavos; el de Cholollan que era exclusivamente para el comercio de joyas, piedras preciosas y plumas de aves; el de Tetzcoco enfocado a la ropa, jícaras y loza; y el de Acolman donde sólo se comerciaban perros para domesticar y comer.
los mercados prehispánicos llegaron a ser tan grandes y tan diversos que al llegar Hernán Cortés a Tenochtitlan en 1519, se sorprendió y en sus crónicas describió: “Tiene esta ciudad muchas plazas, donde hay continuo mercado y trato de comprar y vender”.

Respecto al mercado de Tlatelolco, el más grande de la ciudad tenochca, Cortés dijo: “Tiene otra plaza tan grande como dos veces la ciudad de Salamanca, toda cercada de portales alrededor, donde hay cotidianamente sesenta mil ánimas comprando y vendiendo; donde hay todos los géneros de mercadurías que en todas las tierras se hallan, así de mantenimientos como de vituallas, joyas de oro y de plata, de piedras, de huesos, de conchas, de caracoles y de plumas”, parafraseó la especialista del INAH, al revelar que, de acuerdo con las crónicas, en este centro de comercio se llegaban a reunir hasta 50 mil personas en un día.
fue en 1703 cuando se inauguró el Parían, el primer mercado construido con piedra, a diferencia de los anteriores hechos de tablas, “en éste los gremios de carpinteros, herreros, alfareros, zapateros, panaderos y pulqueros, entre otros, vendían sus productos y manufacturas. Además había vendedores ambulantes que pregonaban sus mercancías”.

En 1792 el segundo conde de Revillagigedo inauguró el mercado de El Volador, ubicado en el sitio que hoy ocupa la Suprema Corte de Justicia y que en poco tiempo se convirtió en el principal centro de abasto de la antigua ciudad de México.
La proliferación de los mercados se detuvo a causa de la guerra de Independencia y fue hasta 1850 cuando se inauguró un nuevo mercado, el de San Juan o Iturbide. Trece años después se edificó el mercado de La Merced, que pocos años más tarde fue remodelado, como parte de una política porfirista para la modernización de mercados.
Actualmente, en todo el país y principalmente en la Ciudad de México, existe gran cantidad de mercados que aún guardan características prehispánicas. “Todavía se conserva la especialización en ciertos productos, como el de la Candelaria, en dulces; el de San Juan, en carnes; o el de Xochimilco, en plantas”.

Otra de las tradiciones prehispánicas que aún sobreviven en los mercados es la colocación de un altar con una imagen religiosa, ya sea de una virgen o un santo. “Los mexicas acostumbraban tener sobre un momoztli (altar) un ídolo al que le ofrendaban parte de los alimentos que iban a vender”.

(Por la etnohistoriadora Amalia Attolini)
www.inah.gob.mx

viernes, 12 de noviembre de 2010

DULCES MEXICANOS ORGULLO NACIONAL

Desde la época prehispánica ya se preparaban algunos de los dulces que hoy se consideran representativos de México, estos estaban hechos a base de frutas con miel, semillas o especias, y gracias al aguamiel extraído del maguey, así como la melcocha obtenida del jugo de tuna concentrado y del mezquite, en combinación con otros productos como el maíz, cacao y amaranto, se originaron dulces como el pinole, chocolate y la alegría.

Conozca a continuación algunos detalles sobre la historia que guardan los dulces típicos de México, así como su origen y cómo fueron creados.
La mayoría de los dulces típicos mexicanos están elaborados con frutas nativas, ya que no surgieron sino hasta después de la colonización española.
Los conventos fueron cuna de varios de los dulces tradicionales, pues en ellos las monjas combinaron las costumbres culinarias europeas e indígenas. Gracias a la vasta producción de frutas tropicales, se preparaban postres muy sabrosos con el jugo y el azúcar de ésta, mientras el ingenio daba paso a extrañas y complicadas combinaciones de azúcar con leche, huevo, nueces, almendras, piñones y demás productos originarios de ambos países.
A pesar de la industrialización de los dulces, las cajetas de Celaya, los ates de Morelia, los camotes de Puebla, los mazapanes de Veracruz, las cocadas de Jalisco, los pellizcos de Colima, las charamuscas de Querétaro y Guanajuato y las trompadas de Morelos, siguen teniendo éxito porque ninguna otra golosina los han podido superar.

En México existe una tremenda diversidad de formas, colores, ingredientes, sabores y graciosos nombres como merengues, cacahuates garapiñados, cocadas, palanquetas, pepitorias, calabazates, higos, acitrones, limones rellenos de coco rallado, gaznates.

Muchos postres mexicanos tam bién son producto del mestizaje, por ello, tanto en España como en México, se les llama igual a los alfajores, churros, buñuelos y torrejas o torrijas; otros han variado sus nombres, por ejemplo, el membrillete de Morelia es mejor conocido en España como carne de membrillo; a las morelianas se les llama roscos de Loja, y a los borrachos, borrachuelos.

REFRANES GASTRONOMICOS

• «Mujer que guisa, se casa aprisa»
• «A comer y a la cama, una vez se llama»
• «A falta de pan, tortillas»
• «Al mejor cocinero se le va un tomate entero»
• «Las cuentas claras y el chocolate espeso»
• «Del plato a la boca se cae la sopa»
• «A comer y a misa, una vez se avisa»
• «Donde no hay harina, todo es muina»
• «Las penas con pan son menos»
• «Entre menos burros, más olotes»
• «Para todo mal, mezcal. Para todo bien, también»
• «Cuando como no conozco»
• «Están primero los dientes que los parientes»
• «A los hombres por el estómago se les conquista»
• «Ya comimos, ya nos fuimos»
• «Ya llegué y vine a cenar»
• Ya comí, ya bebí, ¿qué hago aquí?

jueves, 11 de noviembre de 2010

LA LLORONA


Leyenda Mexicana del Periodo Virreinal
Consumada la conquista y poco más o menos a mediados del siglo XVI, los vecinos de la ciudad de México que se recogían en sus casas a la hora de la queda, tocada por las campanas de la primera Catedral; a media noche y principalmente cuando había luna, despertaban espantados al oír en la calle, tristes y prolongadísimos gemidos, lanzados por una mujer a quien afligía, sin duda, honda pena moral o tremendo dolor físico.
Las primeras noches, los vecinos contentábanse con persignarse o santiguarse, que aquellos lúgubres gemidos eran, según ellas, de ánima del otro mundo; pero fueron tantos y repetidos y se prolongaron por tanto tiempo, que algunos osados y despreocupados, quisieron cerciorarse con sus propios ojos qué era aquello; y primero desde las puertas entornadas, de las ventanas o balcones, y enseguida atreviéndose a salir por las calles, lograron ver a la que, en el silencio de las obscuras noches o en aquellas en que la luz pálida y transparente de la luna caía como un manto vaporoso sobre las altas torres, los techos y tejados y las calles, lanzaba agudos y tristísimos gemidos.

Vestía la mujer traje blanquísimo, y blanco y espeso velo cubría su rostro. Con lentos y callados pasos recorría muchas calles de la ciudad dormida, cada noche distintas, aunque sin faltar una sola, a la Plaza Mayor, donde vuelto el velado rostro hacia el oriente, hincada de rodillas, daba el último angustioso y languidísimo lamento; puesta en pie, continuaba con el paso lento y pausado hacia el mismo rumbo, al llegar a orillas del salobre lago, que en ese tiempo penetraba dentro de algunos barrios, como una sombra se desvanecía.

"La hora avanzada de la noche, - dice el Dr. José María Marroquí- el silencio y la soledad de las calles y plazas, el traje, el aire, el pausado andar de aquella mujer misteriosa y, sobre todo, lo penetrante, agudo y prolongado de su gemido, que daba siempre cayendo en tierra de rodillas, formaba un conjunto que aterrorizaba a cuantos la veían y oían, y no pocos de los conquistadores valerosos y esforzados, que habían sido espanto de la misma muerte, quedaban en presencia de aquella mujer, mudos, pálidos y fríos, como de mármol. Los más animosos apenas se atrevían a seguirla a larga distancia, aprovechando la claridad de la luna, sin lograr otra cosa que verla desaparecer en llegando al lago, como si se sumergiera entre las aguas, y no pudiéndose averiguar más de ella, e ignorándose quién era, de dónde venía y a dónde iba, se le dio el nombre de La Llorona."
La tradición de La Llorona tiene sus raíces en la mitología de los antiguos mexicanos. Sahagún en su Historia (libro 1º, Cap. IV), habla de la diosa Cihuacoatl, la cual "aparecía muchas veces como una señora compuesta con unos atavíos como se usan en Palacio; decían también que de noche voceaba y bramaba en el aire... Los atavíos con que esta mujer aparecía eran blancos, y los cabellos los tocaba de manera, que tenía como unos cornezuelos cruzados sobre la frente". El mismo Sahagún (Lib. XI), refiere que entre muchos augurios o señales con que se anunció la Conquista de los españoles, el sexto pronóstico fue "que de noche se oyeran voces muchas veces como de una mujer que angustiada y con lloró decía: "¡Oh, hijos míos!, ¿dónde os llevaré para que no os acabéis de perder?".

La tradición es, por consiguiente, remotísima; persistía a la llegada de los castellanos conquistadores y tomada ya la ciudad azteca por ellos y muerta años después doña Marina, o sea la Malinche, contaban que ésta era La Llorona, la cual venía a penar del otro mundo por haber traicionado a los indios de su raza, ayudando a los extranjeros para que los sojuzgasen.
Poco a poco, al través de los tiempos la vieja tradición de La Llorona ha ido, como decíamos, borrándose del recuerdo popular. Sólo queda memoria de ella en los fastos mitológicos de los aztecas, en las páginas de antiguas crónicas, en los pueblecillos lejanos, o en los labios de las viejas abuelitas, que intentan asustar a sus inocentes nietezuelos, diciéndoles: ¡Ahí viene La Llorona!

Del libro: Las calles de México, Leyendas y sucedidos. Luis González Obregón



miércoles, 10 de noviembre de 2010

VALSES MEXICANOS


Aunque existe un documento eclesiástico de 1815 que reprueba el “obsceno baile”, se suele aceptar que a partir de la intervención francesa (1862), se popularizaron en México las formas europeas del vals, que no sólo se aclimataron, sino dieron lugar a que muchos compositores, de la capital pero sobre todo de la provincia, hicieran ensayos muy afortunados del nuevo género.

El vals mexicano tuvo desde un principio características propias. Perdió el vértigo danzable, se hizo más lento y adecuado para escucharse. Aunque se convirtió muy pronto en predilecto de la sociedad metropolitana, lo cierto es que la gran mayoría de sus autores nacieron en el interior del país, aunque muchos de ellos se hayan mudado a la ciudad de México en busca de mejores condiciones de vida.
El ritmo del vals tiene tal arraigo, que no se limita a crear un género específico, sino que se convierte en una de las esencias de la canción mexicana, donde se encuentra con mucha frecuencia el típico compás ternario. Es el caso, por ejemplo, de melodías regionales tan peculiares como “Las chiapanecas”, que no son otra cosa que un vals.
La hegemonía del vals mexicano se inicia en la segunda mitad del siglo XIX y se extiende hasta la tercera década del siglo XX, aunque hasta hoy sigue habiendo compositores que abordan ese género.
Aunque los valses que hay llegado hasta el presente están ligados a formas orquestales, en particular de la llamada “orquesta típica” donde la cuerda habitual está reforzada por salterios, vihuelas y bandolones, no se debe olvidar que la mayoría de las partituras originales de esta música son de piano, y que a partir de ellas los valses se tocaban de oído, y así se siguen tocando en cantinas y cafés donde se reúnen ejecutantes de muy diversos instrumentos, con la única constante del piano, base insustituible, y a veces del salterio. Entre las modernas transcripciones de valses para orquesta sinfónica, vale mencionar las del destacado compositor Manuel Enríquez.
Se asocia el vals, con mucha razón, a la época porfiriana (hacia 1880-1910). Fueron décadas de florecimiento de autores que cobraron prestigio tan grande como el de Juventino Rosas, cuya paternidad del vals “Sobre las olas” no acaba de ser discutida. Subsisten algunos que continúan creyendo que se trata de música argentina o europea.
Las formas del vals mexicano son variadas. Corresponden a conceptos diversos, entre ellos el del “vals de concierto” para piano, que tiene máximas expresiones en el “Capricho” de Ricardo Castro y en la paráfrasis de “Sobre las olas” hecha por José Rolón.

www.luzam.com




martes, 9 de noviembre de 2010

TALAVERAS DE PUEBLA


El nombre de Talaveras de Puebla se aplica a la loza hecha en aquella ciudad mejicana que lleva una cubierta estannífera y que desde el siglo XVI ha tenido continuidad hasta hoy día.
A la llegada de los españoles se producía en la zona central de lo que después sería Méjico, una cerámica bruñida y pintada con engobes coloreados con minerales o con plantas, en las que dominaba el rojo, y cuyos elementos decorativos estaban sacados de su mitología y leyendas: tal cerámica alcanzó notable nivel técnico, al igual que otras artes de la cultura Mixteca.
La llegada de los españoles supuso una ruptura con esta tradición, pues los ceramistas de Talavera de la Reina que primero se instalaron allí, aportaron el torno, unos hornos más evolucionados, que alcanzaban mayor temperatura, y sobre todo el recubrimiento de las piezas con óxido de estaño que las impermeabilizaba: todos estos avances técnicos produjeron el abandono de la cerámica tradicional a favor de la estannífera que desde entonces tomó carta
de naturaleza en Puebla.

La ciudad conoció muy pronto un inusitado esplendor, por estar estratégicamente instalada, en una zona de confluencia de rutas. En efecto, allí concurría el comercio procedente de China, por el galeón de Manila que llegaba a Acapulco, y el de España por el galeón de Indias que desde Sevilla llevaba hombres y mercancías a Veracruz. Las ferias de esta ciudad fueron famosas y no es de extrañar que atrajese a comerciantes y artesanos de otros lugares de Europa, como pueden ser los ceramistas ligures.
Con estas premisas se comprende la amalgama de influencias que recibe la cerámica poblana: la española, con su tradición islámica, la china y la italiana, plasmada unas veces en las formas y otras en las decoraciones.
PUEBLA DE LOS ÁNGELES
La fundación de la ciudad de Puebla de los Ángeles se encuentra registrada en una real cédula firmada por Carlos V e Isabel de Portugal el 18 de enero de 1531. Durante la época colonial fue la segunda ciudad de México, gracias a su situación estratégica entre los puertos de Veracruz y Acapulco, donde confluían las rutas marítimas que conducían hasta el nuevo mundo los productos de España y Oriente. Esta doble influencia dio lugar a una potente tradición alfarera que desplazó las manufacturas prehispánicas.
LOZA COLORADA

En su Historia verdadera de la conquista de la Nueva España (1567), Bernal Díaz del Castillo escribió que Moctezuma II, quien fue el emperador de los aztecas entre 1502 y 1520, comía en “loza colorada de Cholula”. La exposición se abre con una selección de copas, platos, vasos y un recipiente trípode de época prehispánica, procedentes de la zona arqueológica de Cholula, a 7 kilómetros de la ciudad de Puebla. Las más antiguas son del siglo XII, de la cultura Mixteca Puebla. Las más recientes de la época postclásica, realizadas por los mismos años de la llegada de los españoles, en el siglo XVI.
Una de las actividades más famosas del área comprendida entre Cholula y la antigua Cuetlaxcohuapan (la actual ciudad de Puebla) fue la producción de terracotas realizadas y decoradas a mano. Esta tradición fue sustituida por la llegada de nuevas técnicas: el torno y el vidriado blanco de óxido de estaño que, al impermeabilizar la superficie porosa de la arcilla, permitió eliminar el gusto y el olor y evitar enfermedades.

LOS AZULEJOS DE PUEBLA

Los alfareros de Puebla desarrollaron una industria del azulejo que fundía la tradición arábigo-andaluza con los motivos decorativos del cristianismo: todo junto bajo la interpretación particular que hacían los indígenas que trabajaban en las manufacturas. Los dorados suntuosos de las iglesias que transportan hacia el esplendor de los altares, son uno de los elementos más
destacados. En la Ciudad de Puebla patios y fachadas, cúpulas y fondos están recubiertos con azulejos de colores.

museodeamerica.mcu.es