"INTENTO RECOPILAR LOS LUGARES DEL MÉXICO EN QUE VIVIERON LOS ABUELOS Y DONDE NACIERON TODOS SUS HIJOS. UN PEQUEÑO HOMENAJE, A AQUÉL GÜAJE QUE EMBARCO CON TAN SOLO CATORCE AÑOS"
lunes, 26 de diciembre de 2011
LA ISLA DE JANITZIO
La maravillosa Isla de Janitzio en el estado de Michoacán, México, es conocida mundialmente por su belleza, la gente que vive en este lugar, indios tarascos, se dedican mayoritariamente al turismo y la pesca. Janitzio es sin lugar a dudas un pueblo típico lleno de sabor, color y tradiciones mexicanas.
Su mayor atractivo es la estatua de Morelos, quien es altamente respectado por los vecinos de lugar, incluso algunos lo llaman “tata” (padre o papá). Este monumento se puede ver desde Pátzcuaro, es por ello que los habitantes de Janitzio se sienten orgullosos de la majestuosidad del mismo, que por cierto en su interior tiene murales que cuentan un poco la vida del caudillo insurgente.
Los pecadores de este lugar también son reconocidos mundialmente por sus redes, pues son una herramienta única en el mundo. Los peces capturados son pequeños peces blancos, alrededor de un tercio del tamaño de sardinas.
Fuente visitada.
www.mexicolindoyquerido.com
Realmente bonito
ResponderEliminar¿Tarascos? Ahí deben pasalo bien, ya se sabe que no hay fiesta sin tarasca, jajaja.
ResponderEliminarISLA DE JANITZIO
ResponderEliminarLa diestra en lo alto,
a tu gloria exalto,
el puño en el cielo,
buscando un anhelo.
Isla de Janitzio
de la paz resquicio,
cabello de elote,
el lago tu escote.
Lugar de unos cuantos,
algunos muy santos,
de sangre lacustre,
territorio ilustre.
De Pátzcuaro orgullo,
Michoacán es tuyo,
México y el mundo
te siguen el rumbo.
Estás presente en la mente
del viajero, de la gente,
Jarácuaro y Urandén,
no sienten por ti desdén.
¡Porque engrandeces el sitio!,
porque estás desde el principio
al centro de la región
y en turismo eres bastión.
Desde arriba patos,
que vuelan muy gratos,
me dan bienvenida
hasta mi partida.
Te miro junto a Tecuena,
donde quise a mi morena,
bella Yunuen y Pacanda,
a esa virgen una manda.
Tu acuático lirio
querer con delirio,
como terso anzuelo
para un desconsuelo.
Mariposas redes,
quedo a sus mercedes,
mi enamoramiento
hasta el firmamento.
La barca se mece,
el verte enternece,
en el frente el faro
y un lecho preclaro.
Las boyas me guían,
pues en mí confían,
hacia vida aislada
por agua rodeada.
Cintilan las luces
de tu alrededor,
la corte de peces
se forma en tu honor.
Janitzio y montañas,
canto a sus hazañas,
bóveda celeste,
firmamento agreste.
De plata es la luna,
con figura de uña,
que, como ninguna,
tu destino acuña.
En comercio y pesca;
gente pintoresca,
amable, agradable,
¡que su casta hable!
Purépecha idioma
que el oído aroma,
lengua cantarina
que la voz afina.
Son blancas tus casas,
algunas grisáceas,
rojizas sus tejas,
focos candilejas.
Todo hermano visitante
se encariña en un instante,
de tus lindos rinconcitos,
de tus oleajes bonitos.
Cualquier alma apasionada
busca en ti cordial posada,
tierno amor a la medida
que no tenga despedida.
Muchas fiestas,
baile, orquestas,
la comida ni se diga,
¡Jesucristo te bendiga!
En noviembre, día de muertos,
brillan tumbas, frescos huertos,
redimidos corazones
con latidos de ilusiones.
Te llevo en mi pensamiento,
te lo juro que ya siento . . .
la ilusión de ver a Dios
antes de decir . . . ¡adiós!
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Isla de Janitzio, Michoacán, 02 de noviembre del 2010.
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