jueves, 29 de diciembre de 2011

LA DANZA DEL VENADO


Esta danza yaqui también se le conoce en la región como "Juego del Venado y los Coyotes" y es una expresión ritual en la que se se venera a la naturaleza.

La figura principal de la danza es un venado, y el danzante que lo representa porta sobre la cabeza, sujeta con correas bajo la barbilla, una cabeza de venado disecada.

La danza inicia con el sonido de un tambor y un bule de agua que toca un músico, mientras que el danzante que representa al venado se coloca un paño blanco y encima de él, la cabeza disecada del animal. Luego, el mismo danzante toma dos sonajas de bule y las hace sonar, rítmicamente, mientras realiza movimientos que muestran al animalito en actitud de carrera, observación, reposo y temor.

Después de esta introducción llega el turno de la entrada de los coyotes, ante los cuales el venado se retira algunos pasos; a continuación se da una persecución en la que el coyote, con movimientos precisos y cautelosos, acecha y ataca al venado, quien huye, haciendo evoluciones violentas y nerviosas. Ambos muestran una extraordinaria agilidad y hacen gala de su buen humor. Esta representación termina con la muerte del venado.

La danza del venado no obedece a una coreografía detallada y pre-establecida ya que los danzantes más bien crean de manera libre sus paasos y sólo se sujetan al ritmo de la música. Los instrumentos usados son la flauta o bule de agua, el tambor, el raspador y los cascabeles y tenabaris (capullos de mariposa secos). Los dos últimos los lleva el danzante: hacen sonar los cascabeles que cuelgan de un cinturón colocado sobre una faja azul con la que se sostienen el enredo que les cubre las piernas. Las tiras de tenabaris las llevan atadas a los tobillos.
La cabeza del venado está adornada con cintas de color, mascadas, flores de papel o naturales. El danzante lleva el torso descubierto y en el cuello se cuelga rosarios o collares de chaquiras blancas con medallas.

Fuente visitada.
popularte/esp

lunes, 26 de diciembre de 2011

LA ISLA DE JANITZIO


La maravillosa Isla de Janitzio en el estado de Michoacán, México, es conocida mundialmente por su belleza, la gente que vive en este lugar, indios tarascos, se dedican mayoritariamente al turismo y la pesca. Janitzio es sin lugar a dudas un pueblo típico lleno de sabor, color y tradiciones mexicanas.
Su mayor atractivo es la estatua de Morelos, quien es altamente respectado por los vecinos de lugar, incluso algunos lo llaman “tata” (padre o papá). Este monumento se puede ver desde Pátzcuaro, es por ello que los habitantes de Janitzio se sienten orgullosos de la majestuosidad del mismo, que por cierto en su interior tiene murales que cuentan un poco la vida del caudillo insurgente.
Los pecadores de este lugar también son reconocidos mundialmente por sus redes, pues son una herramienta única en el mundo. Los peces capturados son pequeños peces blancos, alrededor de un tercio del tamaño de sardinas.

Fuente visitada.
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viernes, 23 de diciembre de 2011

FELICES FIESTAS




"¡Feliz, feliz Navidad, la que hace que nos acordemos de las ilusiones de nuestra infancia, le recuerde al abuelo las alegrías de su juventud, y transporte al viajero a su chimenea y a su dulce hogar!" (Charles Dickens)

jueves, 22 de diciembre de 2011

HISTORIA DE LOS MERCADOS EN MEXICO



Numerosos vestigios arqueológicos han demostrado que los olmecas no estuvieron confinados a los litorales del Golfo de México, como antes se creía, sino que llegaron a lugares mucho más distantes en el centro del actual territorio nacional. Estos contactos constituyen los primeros intercambios comerciales de la época prehispánica. Más tarde, dos culturas establecidas –los teotihuacanos y los mayas– llevan a la práctica relaciones formales de comercio.
Con el creciente poderío militar y político de los aztecas se inicia y desarrolla lo que se podría llamar el comercio exterior mexica. Los mercaderes traían a su capital desde remotas tierras valiosos productos como el jade, el algodón, el cacao y los metales preciosos. El oficio de los comerciantes iba a lograr un insospechado desarrollo.
La plaza principal de México, que casi corresponde a la actual, se trazó en la época de Moctezuma Ilhuicamina y en ella se estableció el mercado de la ciudad. Conforme fue creciendo la urbe, ese mercado resultó insuficiente, pues su único acceso acuático para introducir mercancías a la isla era un canal, pues la plaza no era ribereña. Cuando los aztecas dominaron Tlatelolco, construyeron allí el mercado principal, ya que contaba con facilidades de comunicación a través de La Lagunilla, especie de caleta o pequeña bahía en la cual cabían varios miles de canoas.
También había mercados especializados en ciertos productos, como el de sal en el barrio de Atenantitlan, el de perros para comer en Acolman y los de esclavos en Azcapotzalco y en Iztocan.
Hoy en día, en pleno siglo XXI, casi todos los mercados tienen un altar con una imagen de la Virgen o de Cristo; esa religiosidad tiene viejas raíces que rebasan la tradición católica, pues también los prehispánicos ponían aras allí para honrar a sus dioses.

Al llegar los españoles quedaron fascinados ante la visión que ofrecían los mercados nativos, que eran al aire libre, o sea tianguis. En el siglo XVI hubo pocos cambios en los mercados. Los comerciantes indígenas traían y llevaban mercancías dentro del extenso territorio de lo que fue el imperio azteca. Continuaron vendiéndose productos autóctonos, a los que se adicionaron algunos provenientes de España, sobre todo manufacturas. Las semillas de cacao siguieron fungiendo como moneda, a la par que las metálicas que se empezaron a acuñar; el cacao conservó su valor monetario hasta principios del siglo XIX.
A partir de 1580, con el pósito y la alhóndiga, la intervención del gobierno en la comercialización de granos básicos es abierta. Por su parte, el clero empezó a cobrar importancia como productor de alimentos y en los dos siglos siguientes llegó a ser muy poderoso. La preponderancia comercial de los españoles civiles y religiosos no eliminó a los indígenas.
En 1703 se inaugura El Parián, mercado ubicado dentro del Zócalo capitalino. 1778 marca el inicio de la apertura comercial española: se termina con el sistema de flotas exclusivo entre Cádiz y Veracruz, abriéndose el comercio para otras doce ciudades hispanas. No obstante, el uso de otros puertos mexicanos además de Veracruz se dio hasta 1820.
Al finalizar el periodo virreinal, la actividad comercial capitalina tenía como centro la Plaza Mayor y contaba con El Parián, los portales de Mercaderes, las Flores y la Diputación, además del mercado de El Volador, donde hoy está la Suprema Corte de Justicia.
En el siglo XIX continuaba la cacería de aves acuáticas en los lagos del valle, calculándose que los capitalinos consumían cerca de un millón de patos anuales. El mercado de Tlatelolco ya había cedido su preeminencia al de San Juan.

Durante el siglo XIX hubo un creciente deterioro en materia de abasto de alimentos, derivado de las convulsiones políticas. El porfiriato, aunque fue una era dictatorial, trajo consigo mejores condiciones para el comercio. Es cuando empiezan a surgir los tendajones o estanquillos.
En 1850 se inaugura el nuevo mercado de San Juan o Iturbide. En 1863 se edificó el mercado de La Merced, junto a la acequia mayor. El puente de Roldán era el muelle del canal de la Viga donde desembarcaban las mercancías provenientes de Xochimilco, Chalco y Texcoco. En 1893 abre el mercado de la Lagunilla.
Aunque la desecación de los lagos del valle de México estaba muy avanzada a mediados del siglo XIX, todavía se les aprovechaba para la transportación acuática de mercancías hacia la ciudad.
La Revolución Mexicana trajo consigo gravísimos problemas, uno de los cuales fue la brusca disminución en la producción agropecuaria, tanto por la falta de mano de obra, como por el abandono de las haciendas por parte de sus propietarios. También afectó al comercio, pues la dificultad en las comunicaciones impedía el flujo normal de las mercancías.
Durante la primera mitad del siglo XX no se construyeron más mercados sino que empezaron a proliferar en las nuevas colonias y fraccionamientos los estanquillos o misceláneas y las verdulerías. En los años cincuenta el gobierno empezó a sustituir numerosos mercados, que eran barracas de madera y lámina, por edificaciones modernas. López Mateos construyó 88 mercados en la ciudad de México.
El mercado de La Merced empezó su gran auge como centro introductor y distribuidor mayorista desde la época colonial, pues allí estaban los embarcaderos a donde llegaban las mercancías por la vía fluvial, pero su excesivo crecimiento en el siglo XX provocó grandes problemas de salubridad, seguridad y congestionamiento de vehículos. A esto se debió que en 1982 el mercado mayorista se trasladara a la nueva Central de Abastos de Iztapalapa.
La situación actual del comercio al menudeo en las ciudades mexicanas ofrece un contraste muy marcado: por un lado está el pequeño comercio –ineficientes misceláneas y expendios de abarrotes que venden a precios muy elevados- y por el otro están las modernas cadenas de autoservicio surgidas en la segunda mitad del siglo XX.

Los mercados sobre ruedas se iniciaron en 1969 como una solución para combatir el intermediarismo. No se puede decir que este intento haya sido del todo afortunado, pues con frecuencia no son productores agrícolas quienes expenden allí sus mercancías.
En todo caso -y para nuestra fortuna- aun subsisten los tradicionales mercados mexicanos. Los tianguis de provincia no difieren mucho hoy en día de los que había en la época prehispánica.
Siguen siendo notables algunos mercados capitalinos: para frutas y verduras, carnes y mariscos, el de San Juan, uno de los más finos y bien surtidos del mundo; el mercado que continúa en La Merced para menudeo; el de Xochimilco y el de Jamaica son famosos por la cantidad y variedad de sus productos; el de la nueva Viga que se especializa en pescados y mariscos, el Sonora, donde se consiguen animales vivos y toda clase de hierbas medicinales; el de La Lagunilla con gran surtido de muebles, y el de Tepito, de antigüedades.

Fuente visitada.
http://www.sic.gob.mx/ficha.php?table=gastronomia&table_id=106&estado_id=

domingo, 18 de diciembre de 2011

LA NAVIDAD Y LOS NACIMIENTOS


Antes del 25 de diciembre, día de la Navidad, se inicia la colocación del Nacimiento, ritual familiar que lleva consigo una profunda dosis de alegría y encanto. Elementos esenciales son el humilde portal hecho de pequeños trozos de varas, troncos y cortezas, con heno colgando del tejamanil, que se venden en todos los mercados del país. Las numerosas figuras que comienzan con el Niño Dios en su pesebre, San José y la Virgen rodeados por los Reyes Magos. Una abigarrada mezcla de ángeles, santos, ermitaños y diablos con pastores que conducen sus rebaños, hombres y mujeres que venden todo tipo de mercancías: pescado, verduras, frutas, carbón y muchos más, todos ellos caprichosamente distribuidos en un paisaje de casitas, puentes sobre riachuelos y caminos serpenteados en medio del musgo que circunda, también, los indiscutibles lagos hechos con un trozo de espejo en el que pasean elegantes cisnes.

Los nacimientos se producen a lo largo del territorio mexicano con todos los materiales posibles: barro, cera, madera, conchas marinas, totomoxtle u hojas de maíz, cerámica, pintados, bordados, etc. Se puede decir que no hay material del universo artesanal, por modesto que parezca, que no sea transformado por las habilidosas manos del artista popular, en estos conjuntos de personajes que fusionan la tradición religiosa con el espíritu creativo del pueblo mexicano y el profundo placer del grupo al hacer los montajes. En el capítulo Mes a Mes brindamos mayor información acerca de la gran variedad de Nacimientos hechos en México, sin embargo, para este tema hemos de destacar dos: los de cera, hechos en Salamanca, Guanajuato, y los de barro, hechos en Tlaquepaque, Jalisco.

La cera, de virreinal tradición, se asocia al trapo para convertirse en figuras para Nacimientos en la región del Bajío en el estado de Guanajuato, donde se confeccionan los más extraordinarios Nacimientos con este material. Particularmente en la ciudad de Salamanca, existe una tradición tan arraigada que puede considerarse como el lugar más importante de la República en esta especialidad, sin dejar de reconocer el excelente trabajo que se hace en otras ciudades como Celaya, Apaseo y Guanajuato, en el mismo estado, y en Pátzcuaro y Morelia, en Michoacán.

Algunas de las familias que continúan la tradición, conservan antiguos moldes de yeso, metal o barro. Caras, pies y manos requieren de un especial cuidado, pero no son menos importantes las texturas y calidades de los animales, borregos, caballos, camellos elefantes y toda la fauna asociada a los pasajes bíblicos. En ocasiones son necesarias algunas armazones de alambre, en otras las aplicaciones textiles con trozos de telas finas y adornos de pasamanería dorada.

Otros Nacimientos son elaborados en Tlaquepaque, Jalisco, donde se conserva una de las más bellas tradiciones en la escultura popular mexicana de barro, en algunos casos con moldes del siglo XIX. A las figuras clásicas del Nacimiento, incluyendo al Niño Dios, a la Virgen María y San José, y a los Reyes Magos, se agregan infinidad de “tipos populares”, figuras humanas representando a campesinos, jinetes, vendedoras de frutas, lecheros, pescadores, borrachitos, niños jugando, inclusive algunos duendes.

Se tienen moldes para las cabezas, pies y manos, y se modelan a mano los cuerpos y detalles finos de la obra, se policroman con acrílicos industriales. Lo significativo de estas piezas es que conservan un profundo sabor mexicano. Si bien la familia Panduro es la más famosa de las productoras de los Nacimientos y tipos populares -toda vez que conservan finos moldes del siglo XIX-, hay decenas de familias más que compiten por darle a este arte una secuencia histórica inagotable.

Fuente visitada.
popularte/esp

domingo, 11 de diciembre de 2011

DÍA DELA VIRGEN DE GUADALUPE


En México y en muchos otros lugares del mundo, el 12 de diciembre de todos los años se celebra el Día de la Virgen de Guadalupe, en honor de la imagen que tiene la tradición católica más importante y con mayor culto en México. Se atribuye en esa fecha su aparición a Juan Diego en el cerro del Tepeyac en el año de 1531, sitio que es visitado en su recinto de la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe en la Ciudad de México y en los templos e iglesias dedicadas a su culto a lo largo del país por millones de peregrinos y fieles. Representa una de las celebraciones religiosas tradicionales más significantes del calendario litúrgico de la región.
Se tiene por costumbre que tales peregrinaciones no sólo incluyan fieles y organizadores, sino danzantes diversos (la Danza de Matachines y los concheros), quienes lideran las procesiones hasta llegar a la Basílica.
Dentro de la tradición Mexicana esta que los niños y niñas que nacen en este día se le pone por nombre Guadalupe, en honor a la Virgen.

Títulos de la Virgen de Guadalupe-
La imagen de la Virgen de Guadalupe de México tiene varios títulos y distinciones:

•patrona de la ciudad de México (1737)
•patrona de los ciudadanos de la ciudad de Ponce, en Puerto Rico (1757)
•patrona de la Nueva España (1746) Patronato reconocido por Roma en el año de 1754 a través del Papa Benedicto XIV
•Coronación Pontificia de la Virgen de Guadalupe (12-oct-1895)
•patrona de América Latina (1945)
•patrona de los estudiantes del Perú (1951), por el papa Pío XII
•reina de México y emperatriz de América (2000), por el papa Juan Pablo II.
•Nuestra Señora de Guadalupe es también la patrona de una Paroquia en Río Claro, Golfito, Puntarenas, Costa Rica, en la Diócesis de San Isidro del General.
•La basílica de Nuestra Señora de Guadalupe es el segundo santuario católico más visitado del mundo (después de la Basílica de San Pedro en el Vaticano), con más de 14 millones de visitantes todo el año en innumerables peregrinaciones desde todas las partes del país, aunque en 2006 superó a la Basílica de San Pedro en número de visitantes, convirtiéndose durante un año en el santuario católico más visitado del mundo.

El gran templo en que se venera esta imagen ha sido declarado basílica y santuario nacional por el Vaticano, siendo este recinto uno de los primeros santuarios marianos de América. Se encuentra en La Villa de Guadalupe (conocida popularmente como «La Villita») en el norte de la ciudad de México.
La fiesta de Guadalupe
La fiesta de la Virgen se celebra el 12 de diciembre. La noche del día anterior, las iglesias en todo lo ancho y largo del país se colman de fieles para celebrar una fiesta a la que llaman «las mañanitas a la Guadalupana» o serenata a la Virgen. El santuario de Guadalupe, ubicado en el cerro del Tepeyac en la ciudad de México, es visitado ese día por más de 5 millones de personas.
Se tiene por costumbre que tales peregrinaciones no sólo incluyan fieles y organizadores, sino danzantes llamados matlachines, quienes lideran las procesiones hasta llegar a la basílica.

Fuente Wikipedia.


viernes, 9 de diciembre de 2011

LA ESFERA DE NAVIDAD


La esfera es uno de los elementos que nunca faltan en la decoración navideña mexicana. En nuestro país, ésta es elaborada con la técnica del vidrio soplado y es considerada una artesanía por el empeño y creatividad que aplican los fabricantes. Además de la herencia que ha traspasado este arte de generación en generación y que lo ha enriquecido tanto en técnica como en creatividad, ya que es posible encontrar tantos tipos y diseños como la imaginación lo permita.

En México existen dos destinos pioneros en la producción de esta artesanía; el Pueblo Mágico de Tlalpujahua, en Michoacán, y Chignahuapan, en Puebla. Te invitamos a descubrirlos:
Tlapujahua, manos maestras
Este bello pueblo fue fundado en el siglo XVI. De acuerdo con algunas tradiciones, es desde el año 1558 que se han explotado los metales preciosos de esta región. Sin embargo, tras la decadencia de la minería en los años treinta del siglo XX, Tlalpujahua estaba lista para convertirse en pueblo fantasma. Pero tres décadas más tarde una nueva industria la devolvió al camino de la prosperidad: la fabricación de esferas navideñas. Hoy, gran parte de la población local se gana la vida haciendo éstas, así como todo tipo de adornos para fin de año.

Aquí, es común encontrarse con tiendas y talleres por doquier. La variedad de los arreglos, objetos decorativos y esferas es enorme, y suele costar la mitad o menos de lo que vale en las tiendas del resto del país. Te recomendamos revisar con calma varias tiendas para encontrar la mercancía de tu gusto. Noviembre y diciembre son obviamente los principales meses de venta y en ellos se llevan a cabo ferias y exposiciones adicionales. Además, el invierno es la mejor temporada para hacer una visita al cercano Santuario de la Mariposa Monarca.

Si durante esta temporada quieres también ser testigo del proceso de fabricación de las esferas, te recomendamos mejor ir a Tlalpujahua entre semana, ya que los productores prefieren pasar sus fines de semana vendiendo sus creaciones. Otras artesanías que se producen en esta localidad son los cuadros en popote, el arte plumario (semi extinto), las esculturas de cantera y los alambroides. ¡Pregunta por ellos!

Tlalpujahua se encuentra a 138 km al este de Morelia. Para llegar, es necesario tomar la autopista núm. 15 con rumbo a Maravatío y continuar por una carretera estatal que lleva a Tlalpujahua.
Chignahuapan, donde la esfera se hace color
Es un poblado de riqueza natural y cultural; famoso por sus toros de lidia, su balneario de aguas termales y sus iglesias. Ahí, el Santuario de la Inmaculada Concepción resguarda una estatua de Nuestra de Señora de 12 m de altura. También son interesantes la Parroquia de Santiago Apóstol con sus bellos retablos barrocos y la Iglesia del Honguito, llamada así por la imagen de Cristo crucificado que está plasmada en un hongo petrificado.

Pero no es lo único que le da fama a Chignahuapan; las esferas navideñas le han dado trascendencia nacional e internacional debido a que aquí se producen más de 60 millones de esferas al año.

En el pueblo hay alrededor de 100 talleres que se han creado a partir de las generosas enseñanzas de don Rafael Méndez Núñez, dueño del primer centro esferero de Chignahuapan.

En la actualidad, durante la primera semana de noviembre se realiza la Feria Nacional del Árbol y la Esfera, donde los fabricantes de esta famosa artesanía y otros adornos navideños, muestran todas sus obras a los visitantes que llegan con la expectativa de sorprenderse y llevarse algo a casa.

Fuente visitada.
mexicodesconocido.com

jueves, 8 de diciembre de 2011

LACAS Y MAQUES


La llamada laca o maque es una técnica de decoración tan importante en el arte popular de México, que se considera como una rama independiente de los objetos que se decoran. La palabra laca es de origen persa (lacks) y maque es de origen árabe (summac). La técnica consiste en decorar objetos con una mezcla hecha de diversos materiales -minerales, vegetales y animales-, especialmente aceites y tierras de diversos colores.

La práctica del maque es de origen prehispánico. Los cronistas españoles dieron fe de la presencia de diversos objetos y su decoración durante la época colonial, por ejemplo, Fray Bernardino de Sahagún, (mediados del siglo XVI) mencionaba distintas clases de jícaras que vendían los comerciantes, entre las cuales había unas “untadas con barnices que les dan lustre”, refiriéndose sin duda al aje y a la chía, materias primas utilizadas hasta la fecha.

Fray Jerónimo de Mendieta, llegado a México en 1554, precisaba que se hacían vasos “…de ciertas calabazas muy duras y diferentes de las nuestras, y es fruta de cierto árbol de tierras calientes…las pintan hoy día de diversas figuras y colores muy finos…Son vasos muy lucidos y vistosos.” Hacia 1580, Fray Diego Durán aludía a las “xícaras ricas” que se vendían en los tianguis y ferias ordenadas por los reyes indígenas. Castaño de Sosa en 1589 se refería a unas “xícaras muy galanas”. Torquemada (1609), hacía referencia a “un vaso muy pintado hecho de calabaza, que llaman xicalli”.

No podía ser más elocuente el asombro de los cronistas sobre este arte aplicado a objetos de uso cotidiano. Tal era su fuerza, que ni el tiempo ni la presencia del conquistador, pudieron desaparecerlo; por el contrario el arte de las lacas se enriqueció con la decoración de otros artículos elaborados por los carpinteros, oficiales que aparecieron durante el virreinato.

No obstante los testimonios de los cronistas españoles, todavía en el siglo XX había quienes pensaban que las lacas mexicanas eran de origen chino; como decía Gutierre Tibón hacia 1960: “Existen…inocentes que sostienen el origen chino de las lacas mexicanas o que hablan del 'secreto de fabricación de las lacas que tan celosamente guardan los indios'. Las lacas de Olinalá, las de Chiapa de Corzo y las de Uruapan, son de origen genuinamente autóctono; se han encontrado, en tumbas precortesianas, fragmentos de tecomates y jícaras laqueadas. Sin duda se produjeron lacas entre los mayas y su técnica era conocida desde tiempos inmemoriales en Mesoamérica.

Olinalá, cabecera municipal ubicada en la montaña de Guerrero, es quizás el más importante centro productor de lacas en el país. Notable desde la época colonial, allí se produce una cantidad considerable de objetos: arcones, cajas, charolas, joyeros, bateas, bules, jícaras, máscaras, marcos, biombos y otros muebles de excepcional calidad. Es conveniente mencionar que para la elaboración de los arcones y las cajitas se utiliza la madera aromática de lináloe que impregna con su agradable olor todo lo que se guarda en su interior.

Existen dos técnicas de decoración en Olinalá, el “rayado” y el “dorado”. En ambas destaca una gran variedad de motivos ornamentales: grecas, flores, animales y paisajes; así como diversidad de colores y combinaciones que le dan su sello propio.

El “rayado” consiste en aplicar con una cola de venado, una primera capa de tierra base a la pieza ya alisada; esta capa se asienta con una piedra para lograr uniformidad y para que se adhiera a la pieza por medio de los aceites que funcionan como fijadores. Luego se aplica una segunda capa de polvos de otro color que se pule con la mano. La pieza se deja secar y se le da una segunda capa de color. Una vez seca, se delinean los motivos con la punta de una espiga de maguey, cuya dureza es semejante a la de una piedra; después se levanta el maque de la capa superior, dejando ver el color de base original, creando el contraste, entre una capa y otra, por medio de la decoración.

La otra técnica es la denominada “dorado”. En Olinalá se sustituyeron los filos dorados de la decoración antigua, por unos de pintura amarilla. El uso intenso del oro que se hizo antaño derivó en el verbo “dorar”, que en el lenguaje actual de los artesanos olinaltecas significa, simplemente, decorar con pincel. En esta técnica, las pinturas son preparadas con la misma mezcla de tierras y aceite. El decorado se aplica sobre una base de maque preparada igual que en la técnica anterior y se combinan los colores como en la técnica del óleo. Una variante de esta técnica es la de aplicar el decorado sobre una base de oro de hoja en lugar del maque. Si bien esta técnica estaba a punto de extinción, el esfuerzo de varios artesanos ha permitido su florecimiento en los últimos años.

Fuente visitada.
uv.mx/popularte

domingo, 4 de diciembre de 2011

LAS POSADAS EN MÉXICO


Las posadas son fiestas populares que en México se celebran durante los nueve días antes de Navidad, o sea del 16 al 24 de Diciembre. Estas fiestas recuerdan el peregrinaje de María y José desde su salida de Nazaret hasta Belén donde buscan un lugar donde alojarse para esperar el nacimiento del niño Jesús. En el México prehispánico celebraban el advenimiento de Huitzilopochtli (Dios de la Guerra) durante la época invernal o Panquetzaliztli, que iba del 17 al 26 de diciembre, que coincidía con la época donde los europeos celebraban la Navidad. Estas celebraciones fueron cambiando una vez que el pueblo fue evangelizado y la imagen de Huitzilopochtli fue sustituida por la de José y María.
Amenizadas con cánticos o villancicos, las posadas reaniman el espíritu religioso de los participantes, están llenas de emoción, alegría y amistad que siempre se respira durante este tiempo. Las posadas tradicionales tienen ligeras variantes de acuerdo al lugar en donde se celebren y han ido cambiando con el tiempo, sin embargo los aspectos comunes más importantes son el pedir posada con los villancicos tradicionales, el rezar el rosario, el romper la piñata, y claro que nunca pueden faltar los aguinaldos, el ponche, las velas, la fruta, las luces de bengala y en algunas ocasiones la cena y los regalos.
Para empezar En varias poblaciones las posadas se celebran en las calles las cuales previamente se adornan con hilos de heno y faroles. Y en otras muchas poblaciones se sustituyen los tradicionales peregrinos de barro por elementos vivos, causando mayor emotividad entre los asistentes.
No existe templo, parroquia o capilla por pequeña que sea que durante el período del 16 de Diciembre al 6 de Enero, que no levante un nacimiento en ocasiones con verdaderas joyas escultóricas o figuras de barro realizadas en Tonalá o Tlaquepaque y celebren las posadas con cantos religiosos, guijolas, panderos, triángulos, etc., para crear mayor alegría en los asistentes.
A la hora de pedir posada, la tradición nos dice que José y María tuvieron que ir de puerta en puerta pidiendo posada, este hecho podría no ser muy relevante ya que es muy probable que no hayan sido los únicos peregrinos que no encontraban lugar para pasar la noche, pero el caso de José y María es muy especial ya que María se encontraba embarazada y a punto de dar a luz.
Para representar este acontecimiento, dos voluntarios se pueden vestir como José y María, o pueden utilizar figuras de los peregrinos de las que se colocan en los nacimientos.
Los peregrinos acompañados por un grupo de invitados a la posada salen de la casa y piden posada en la puerta, entonando los villancicos. Las personas que se quedaron en el interior de la casa deben negar la posada obligando a los peregrinos a pedir posada dos o tres veces, hasta darles hospedaje con los cantos tradicionales (villancicos).
Esta actividad esta repleta se símbolos y analogías…. La piñata debe ser una piñata de 7 picos que representan los 7 pecados capitales pero además debe estar llena de dulces que representan la gracia de Dios, la venda en los ojos representa la fe, el palo representa a Dios y los que gritan representan a la iglesia católica.

El acto de romper la piñata puede interpretarse más o menos de la siguiente forma: Cada uno de nosotros con una fe ciega (ojos vendados) en la ayuda de Dios (el palo) nos disponemos a combatir el pecado (intentar golpear la piñata), nuestros hermanos nos ayudaran y nos indicaran el camino a seguir para lograrlo más fácilmente (los gritos de la gente) y cuando finalmente logremos vencer al pecado (romper la piñata) la gracia de Dios (los dulces) se derramaran sobre nosotros.

La posada termina con una convivencia en la que se puede dar de cenar a los invitados e inclusive puede haber bebida. Hay quien dice que la cena es para celebrar que se venció al pecado (se rompió la piñata). Los 9 días tradicionales de posadas se hacen en honor a los 9 meses de embarazo que vivió María.

Estas fiestas se realizan todos los días desde el 16 de diciembre hasta la noche del 24. En las colonias la gente se reúne en diferentes casas, al principio se forma una pequeña peregrinación donde al frente van dos o varias personas cargando pequeñas estatuas de José, María, el Ángel y a veces un burro (en muchos lugares se llega a representar en vivo con gente personificada). Originalmente se rezaba un rosario antes de empezar o durante la posada; después se reparten velas y se prenden para cantar la letanía, se camina hasta el frente de una casa y se canta para pedir alojamiento (posada) para José y María, después las personas que ya estaban dentro de la casa cantan para negar el asilo hasta que ven que son José y María quienes lo piden; se deja entrar a toda la gente cantando "entren santos peregrinos", y aquí es donde comienza la diversión.

Luego toca el turno a romper la piñata. La piñata se hace con una olla de barro que se cubre con papel de muchos colores y se rellena de dulces y fruta, esta representa al demonio con los colores llamativos para cautive al hombre y seda a la tentación. Las piñatas originales constaban de siete picos que representaban los siete pecados capitales. Para romperla primero se cuelga, los niños esperan su turno para pegarle con un palo y finalmente romperla; pegarle a la piñata con los ojos vendados representa la fe como una virtud que nos permite creer sin tener que ver; el palo con el que se le pega representa la fuerza de la virtud para romper las tentaciones del mundo. Una vez que se rompe la piñata caen los dulces y fruta que contenía y finalmente todos se lanzan a fin de recoger una parte; el relleno de la piñata representa el amor de Dios ya que al destruir al mal se obtienen los bienes anhelados. A las personas que no pueden acercarse a recoger dulces se les reparten "aguinaldos", que son bolsitas con dulces, galletas y fruta para que nadie se quede sin los beneficios de la piñata.

Fuente visitada.
mexicolindoyquerido.com.

jueves, 1 de diciembre de 2011

LA COMIDA DE LAS POSADAS


La costumbre de estas fiestas típicas mexicanas se inició en los templos agustinos en tiempos de la Colonia, con el propósito de evangelizar a los indígenas. La representación del peregrinar de María y José termina el día 24 de diciembre, cuando finalmente son recibidos y ahí se prepara el Nacimiento y la fiesta.

Los anfitriones representan a los hosteleros y los invitados a la posada, representan a los “peregrinos”, quienes piden posada con un cántico.

Ya adentro de la casa o del patio en donde se celebra la posada, comienza la fiesta, en la que se rompen las piñatas, construcción artesanal hecha en barro y papel china, que deberán tener la forma de una estrella de siete picos, que representan los siete pecados capitales en la religión católica. Se debe de romper con un palo que representa la fortaleza y fuerza de Dios, y al romperse caen dulces, llamados colaciones (dulces muy duros hechos de azúcar, pintados de blanco, rosa o azul pálido y algunas veces rellenos de cacahuate o cáscara de naranja confitada) y frutas tales como mandarinas, tejocotes, cacahuates y limas. Estas son recompensas y dones por vencer al pecado.

Mientras se rompe la piñata, los anfitriones reparten jarritos de barro, llenos de delicioso ponche hecho a base de frutas como manzana, ciruela pasa, tejocote, caña de azúcar, guayaba, naranja, limón, vino tinto, té, agua y azúcar; y para los mayores se le añade un chorrito de aguardiente, de ron o de tequila. Ya con las frutas y las colaciones de la piñata en la mano o mejor dicho en un bolsita, para poderlos llevar consigo, comienza la merienda que generalmente consiste en tamales, atole, chocolate, buñuelos aderezados, ya sea con azúcar y canela en polvo o con miel de piloncillo, a la que se le habrá añadido canela en rama.

Todo esto acompañado por música de mariachis, ya sea en vivo o grabado, y por supuesto, por los acostumbrados cuetes, que se oyen tronar por todos los pueblos y las ciudades en esas noches de diciembre.

¿Por qué duran 9 días las posadas?
Aunque el peregrinar de José y María no duró nueve días, los frailes, lo acomodaron así para conseguir una novena y se le dio a cada día un significado:

1. La humildad para convivir con armonía.
2. La fortaleza para realizar los deberes diarios.
3. El desprendimiento para rechazar todo deseo que desvíe de la fe cristiana.
4. La caridad, amar al prójimo.
5. La confianza en la misericordia divina.
6. La justicia para obrar con rectitud.
7. La pureza para rechazar al Maligno.
8. La alegría para alcanzar el cielo.
9. La generosidad para entregarse al servicio de Dios.

Fuente visitada.
mexicodesconocido.com