"INTENTO RECOPILAR LOS LUGARES DEL MÉXICO EN QUE VIVIERON LOS ABUELOS Y DONDE NACIERON TODOS SUS HIJOS. UN PEQUEÑO HOMENAJE, A AQUÉL GÜAJE QUE EMBARCO CON TAN SOLO CATORCE AÑOS"
jueves, 8 de diciembre de 2011
LACAS Y MAQUES
La llamada laca o maque es una técnica de decoración tan importante en el arte popular de México, que se considera como una rama independiente de los objetos que se decoran. La palabra laca es de origen persa (lacks) y maque es de origen árabe (summac). La técnica consiste en decorar objetos con una mezcla hecha de diversos materiales -minerales, vegetales y animales-, especialmente aceites y tierras de diversos colores.
La práctica del maque es de origen prehispánico. Los cronistas españoles dieron fe de la presencia de diversos objetos y su decoración durante la época colonial, por ejemplo, Fray Bernardino de Sahagún, (mediados del siglo XVI) mencionaba distintas clases de jícaras que vendían los comerciantes, entre las cuales había unas “untadas con barnices que les dan lustre”, refiriéndose sin duda al aje y a la chía, materias primas utilizadas hasta la fecha.
Fray Jerónimo de Mendieta, llegado a México en 1554, precisaba que se hacían vasos “…de ciertas calabazas muy duras y diferentes de las nuestras, y es fruta de cierto árbol de tierras calientes…las pintan hoy día de diversas figuras y colores muy finos…Son vasos muy lucidos y vistosos.” Hacia 1580, Fray Diego Durán aludía a las “xícaras ricas” que se vendían en los tianguis y ferias ordenadas por los reyes indígenas. Castaño de Sosa en 1589 se refería a unas “xícaras muy galanas”. Torquemada (1609), hacía referencia a “un vaso muy pintado hecho de calabaza, que llaman xicalli”.
No podía ser más elocuente el asombro de los cronistas sobre este arte aplicado a objetos de uso cotidiano. Tal era su fuerza, que ni el tiempo ni la presencia del conquistador, pudieron desaparecerlo; por el contrario el arte de las lacas se enriqueció con la decoración de otros artículos elaborados por los carpinteros, oficiales que aparecieron durante el virreinato.
No obstante los testimonios de los cronistas españoles, todavía en el siglo XX había quienes pensaban que las lacas mexicanas eran de origen chino; como decía Gutierre Tibón hacia 1960: “Existen…inocentes que sostienen el origen chino de las lacas mexicanas o que hablan del 'secreto de fabricación de las lacas que tan celosamente guardan los indios'. Las lacas de Olinalá, las de Chiapa de Corzo y las de Uruapan, son de origen genuinamente autóctono; se han encontrado, en tumbas precortesianas, fragmentos de tecomates y jícaras laqueadas. Sin duda se produjeron lacas entre los mayas y su técnica era conocida desde tiempos inmemoriales en Mesoamérica.
Olinalá, cabecera municipal ubicada en la montaña de Guerrero, es quizás el más importante centro productor de lacas en el país. Notable desde la época colonial, allí se produce una cantidad considerable de objetos: arcones, cajas, charolas, joyeros, bateas, bules, jícaras, máscaras, marcos, biombos y otros muebles de excepcional calidad. Es conveniente mencionar que para la elaboración de los arcones y las cajitas se utiliza la madera aromática de lináloe que impregna con su agradable olor todo lo que se guarda en su interior.
Existen dos técnicas de decoración en Olinalá, el “rayado” y el “dorado”. En ambas destaca una gran variedad de motivos ornamentales: grecas, flores, animales y paisajes; así como diversidad de colores y combinaciones que le dan su sello propio.
El “rayado” consiste en aplicar con una cola de venado, una primera capa de tierra base a la pieza ya alisada; esta capa se asienta con una piedra para lograr uniformidad y para que se adhiera a la pieza por medio de los aceites que funcionan como fijadores. Luego se aplica una segunda capa de polvos de otro color que se pule con la mano. La pieza se deja secar y se le da una segunda capa de color. Una vez seca, se delinean los motivos con la punta de una espiga de maguey, cuya dureza es semejante a la de una piedra; después se levanta el maque de la capa superior, dejando ver el color de base original, creando el contraste, entre una capa y otra, por medio de la decoración.
La otra técnica es la denominada “dorado”. En Olinalá se sustituyeron los filos dorados de la decoración antigua, por unos de pintura amarilla. El uso intenso del oro que se hizo antaño derivó en el verbo “dorar”, que en el lenguaje actual de los artesanos olinaltecas significa, simplemente, decorar con pincel. En esta técnica, las pinturas son preparadas con la misma mezcla de tierras y aceite. El decorado se aplica sobre una base de maque preparada igual que en la técnica anterior y se combinan los colores como en la técnica del óleo. Una variante de esta técnica es la de aplicar el decorado sobre una base de oro de hoja en lugar del maque. Si bien esta técnica estaba a punto de extinción, el esfuerzo de varios artesanos ha permitido su florecimiento en los últimos años.
Fuente visitada.
uv.mx/popularte
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Muy hermoso, me alegro de que se recupere esta artesanía.
ResponderEliminarHace un tiempo recuerdo que me habían regalado una. Muy interesante.
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