viernes, 6 de julio de 2012

CORTÉS Y EL VINO


En un texto periodístico de 1992, publicado en Revista de Revistas, Jorge Laso de la Vega menciona que “La Nueva España se convirtió en el principal destino para los vinos y licores de la península ibérica. Tan sólo durante el gobierno de Cortés dieciséis barcos hispanos llegaban cada año procedentes de Cádiz cargados hasta las bordas con Jerez de Chiclana y Puerto Real y licores de Sanlúcar de Barrameda y Sevilla... Se ha establecido con certeza que no menos de cincuenta navíos de alto bordo, cargados con toneles de vinos arribaban cada año a la Villa Rica de la Veracruz, además de las dieciséis embarcaciones de Cádiz”.

 En América, y sobre todo en las tierras llamadas la Nueva España, los colonizadores encontraron uvas silvestres, diferentes de la Vitis vinífera europea, la especie apropiada para producir vinos de grato sabor. En las Indias Occidentales había especies diferentes del género Vitis, como la Vitis rupestris, Vitis labrusca, Vitis berlandieri, con las cuales se elaboraban vinos en los primeros tiempos del periodo colonial, ásperos y muy poco gratos al paladar.

Ordenanzas para los viñedos.
 Corresponde a Hernán Cortés el mérito de haber sido el primer promotor del cultivo de la Vitis vinífera en México, el primer sitio del continente americano donde comenzó a ser cultivada regularmente la vid. El 20 de marzo de 1524 –otros dicen que el 24 de marzo del mismo año– firmó las Ordenanzas de buen gobierno dadas por Hernán Cortés para los vecinos y moradores de la Nueva España. Luis Hidalgo, enólogo español, afirma que estas Ordenanzas se hallan en el Archivo del Duque de Terranova y Monteleone, en el Hospital de Jesús, de la Ciudad de México. En el decreto signado por Cortés queda asentado que.

(“Cualquier vecino que tuviese indios de repartimiento sea obligado a poner en ellos en cada año, con cada cien indios de los que tuviera de repartimiento, mil sarmientos, aunque sean de la planta de su tierra, escogiendo la mejor que pudiera hallar. Entiéndase que los ponga y los tenga bien pesos y bien curados, en manera que puedan fructificar, los cuales dichos sarmientos pueda poner en la parte que a él le pareciere, no perjudicando terceros, y que los ponga en cada año, como dicho es, en los tiempos en que convienen plantarse, hasta que llegue a dicha cantidad con cada cien indios cinco mil cepas; so pena que por el primer año que no las pusiere y cultivase, pague medio marco de oro.  Que habiendo en la tierra plantas de vides de las de España en cantidad que se pueda hacer, sean obligados a engerir las cepas que tuvieren de las plantas de la tierra”).

 Resulta admirable advertir el método empleado por los españoles para hacer de la profusión de vides silvestres el cultivo de la Vitis vinífera. Es evidente que sobre las cepas silvestres se procedió a injertar las vides españolas. Por ello el juicio de Luis Hidalgo es certero al afirmar: “Es indudable la gran visión de Hernán Cortés al llegar a establecer, en el año 1524, la injertación de la Vitis vinífera como práctica vitícola, cuando ello no se realizaba en el resto del mundo, con más de 350 años de anticipación a cuanto la mencionada práctica se hizo necesaria en el cultivo de la vid, como consecuencia de la invasión filoxérica en Europa”. Si bien se carece de información fidedigna respecto de los lugares donde fueron sembrados los primeros viñedos en la Nueva España, a partir del decreto firmado por Cortés en 1524, se tiene conocimiento que el cultivo de la vid se propagó a Puebla, Michoacán, Guanajuato, Querétaro y Oaxaca. Más tarde fue llevado a tierras septentrionales de las provincias de Nueva Galicia, Nueva Vizcaya, Nueva Extremadura y Baja California.
 1.- Los misioneros, quienes tuvieron a su cuidado la evangelización de los habitantes de las tierras recién incorporadas a la corona de España, requerían del vino para celebración de la misa, por lo que comenzaron a producirlo en México con el varietal de uva llamada Misión. A ellos les corresponde el mérito de haber sido impulsores de la vitivinicultura en las colonias españolas en América.

 2.- La casa enológica más antigua de toda América es Casa Madero, fundada en 1597 (más de 410 años de antigüedad), ubicada en Parras, Coahuila. Su fundador fue el señor Evaristo Madero, abuelo de Francisco I. Madero, personaje importante de la Revolución Mexicana y antiguo presidente de nuestro país.

 3.- La historia del vino mexicano cuenta que durante la época de la colonia, la corona española prohibió la producción de vino en la Nueva España (ahora México) debido a que éste comenzaba a ganar mercado en España. Sin embargo, se decidió introducir cepas de vid novohispanas en España, lo que significó la perdición para los viñedos españoles, pues las vides novohispanas vivían en simbiosis con un microorganismo que resultó mortal para los viñedos españoles.

4.- En México ya existían vides antes de que llegaran los españoles a tierras americanas, lamentablemente eran silvestres y no daban uvas de buena calidad. 

5.- Actualmente México exporta este elixir de la vid a alrededor de 26 países, entre los que se encuentran Japón, EE UU, Inglaterra, Francia, Canadá, España y Alemania.

 Fuente visitada.mexicodesconocido.com

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