miércoles, 23 de junio de 2010

XOCHIMILCO

XOCHIMILCO


Sus hijos Alfredo y Luis (mi padre) Hacen su comunión en la ciudad de México. Siempre guardará el grato recuerdo de aquél día, que finalizaría llendo a comer a Xochimilco en una barcaza.

HISTORIA DE CANOAS Y TRAJINERAS-
Las tribus nahuatlacas en su medio lacustre construyeron un medio para navegar por los lagos y canales de Gran Tenochtitlan, llamado "acallis".

Con la llegada de los españoles a Tenochtitlan, el nombre de acalli desapareció y se introdujo el nombre de canoa, cuyo nombre proviene del antillano.

La construcción de estas embarcaciones dependía de la capacidad y el uso para el que eran empleadas; se construyeron de diferentes tamaños, ejemplo de ello es:

Jumbillos o tulillos. Estas canoas medían 1.50 metros de largo por 40 centímetros de ancho; se construían en la zona cerril de Xochimilco, específicamente en Malacatepec, hoy Momozco, Milpa Alta.

La chalupa o chalupita. Estas eran construidas en tiras de maderas o tablones traídos de la montaña, medían 4 metros por 50 centímetros. Estas embarcaciones eran construidas en el barrio "de los carpinteros", hoy barrio de San Cristóbal.

Chalupón o canoa mayor. Era elaborada por tablones de cedro blanco traído de la montaña; sus medidas eran de 5 por 1.20 metros. Estas embarcaciones eran fabricadas en el Barrio de San Cristóbal y la Asunción.

La pequeña canoa (de porte) cayuco. Esta embarcación era parecida al kayac.

Canoa esquimal. Se hacia de un tablón con refuerzos de hierro forjado que medía 5 metros por 1.30 metros.

Canoa mediana. Era construida de tablón de cedro blanco y encino, reforzada en sus esquinas con hierro forjado. Su capacidad era de 8 a 12 personas, su extensión de 7 por 1.80 metros. Su fabricación se realizaba en el barrio de Santa Crucita.

Canoa ¾ de porte. Hecha para 20 personas, construida de tablón de cedro blanco, con refuerzo en las cabeceras de encino con hierro forjado y clavos del mismo metal. Su medida era de 8.50 metros por 2.10 metros.

Canoa de aporte. Con capacidad de 25 a 30 personas. Elaborada con tablones de cedro blanco y encino con refuerzos de hierro forjado y clavos del mismo metal. Estas canoas durante la colonia se les llamó de 10 ½ varas. Eran usadas para el transporte de personas y carga pasada para navegar por los canales de Xochimilco.

Estas canoas ya han desaparecido por la falta de grandes árboles de donde se obtenía la madera para construirlas. La falta de madera, ha hecho que paulatinamente desaparezcan, la chalupita, el chalupón, el cayuco (cayuquito); solo quedan en el lago de Xochimilco la canoa chica y grande, aunque de vez encunado podemos observar navegar algún ejemplar que antes existía.

Las canoas chicas y grandes son usadas para el transporte doméstico y el turístico. La trajinera aparece en el porfiriato, por necesidad de agradar a los catrines que comenzaron a visitar los canales de Xochimilco.

Las primeras trajineras eran adornadas con arcos de florales y con ramas de ahuejote, con collares de flores amarrados con tule o chacaltule, que eran colocadas en la parte de enfrenten de la trajinera.

Como los catrines, en ese tiempo, se quejaban del sol, se adaptó un techo de manta y unas sillas medianas de madera tejidas de tule para disfrutar del bello paisaje de esa época.

Con el tiempo, las trajineras sufrieron transformaciones en su decoración, el arco fue cambiado por una portada hecha por un colchón de zacate, el cual se coloca en un bastidor de madera.

En esa época, Xochimilco era nombrado "lugar de Jardines Flotantes" porque sus chinampas siempre estaban llenas de flores, por lo tanto las portadas eran enfloradas cada dos o tercer día a la semana.

Los nombres de Lupita, Margarita o Juanita fueron colocados a petición de los catrines para festejar alguien con ese nombre o simplemente para engalanar el nombre de alguna de sus prometidas o novias.

Otro de los cambios que sufrieron las trajineras fue el techo de manta por uno de lámina, que actualmente conocemos. Se instalaron mesa y sillas de madera tejidas de tule. Las portadas actuales son hechas con la misma técnica, solo que la flores, por economía, se sustituyeron por flores pintadas sobre papel mache y pasta.

Actualmente existen astilleros que construyen canoas y trajineras en los barrios de Caltongo, Xaltocan, la Santísima y la Asunción, donde también son reparadas.

(Profesor Sebastián Flores Farfán
Cronista de la Delegación de Xochimilco.)

martes, 1 de junio de 2010

LA ALAMEDA

LA ALAMEDA CENTRAL


Uno de los recuerdos, que mi padre siempre mantuvo vivo...
Las hileras de puestos instalados en la Alameda para la venta de "piñatas", ollas vestidas con papeles de colores, semejando personas, animales y un sin fin de caprichosas figuras. Todo era movimiento y bullicio...

Desde hace 400 años la Alameda central ha sido, es y seguirá siendo parte del paisaje urbano de la Ciudad de México. La fundación tuvo en un principio orígenes humildes, cuando el trazado de la ciudad que albergaría estaba recientemente definida, pero el Virrey Don Luis de Velasco comprendió la importancia de dar a los pobladores de la capital de la Nueva España un lugar que al mismo tiempo fuera para "salida y recreación de los vecinos”.
La petición del Marqués de Salinas realizada a principios de 15921 , fijó el lugar para el emplazamiento, mismo que con algunas modificaciones aún conserva, un cuadrado dentro de lo que era la plaza o Tianguis de San Hipólito, al sur de la Calzada de Tacuba y enfrente de la iglesia y hospital de la Cofradía de la Santa Veracruz. Tiempo después, a esta primera traza se agregaría una ampliación sobre el sitio donde estaba el Quemadero de la Santa Inquisición, dilatándose sobre las plazuelas de Santa Isabel y San Diego. Para lograr el efecto de parque se mandaron sembrar olmos blanco y negros, traídos de la villa de Coyoacán, y para completar este plan original, el sevillano Francisco de Avis diseño los jardines y se construyó una pila de cantera labrada que lucía como remate una esfera de bronce. La Alameda estaba circundada por una ancha Acequia que sirvió para evitar el paso de los visitantes indeseables, ya se tratara de personas o animales, en sus inicios la entrada se realizaba por una sola puerta, al oriente, donde se encontraba la plaza de Santa Isabel.
hacia 1625 el fraile inglés Tomas Gage hace una descripción donde señala que "Los galanes de la ciudad se van a divertir todos los días, sobre las cuatro de la tarde, unos a caballo y otros en coche, a un paseo delicioso que llaman La Alameda, donde hay muchas calles de árboles que no penetran los rayos del sol. Se ven ordinariamente cerca de dos mil coches con Hidalgos, damas y de gente rica. Los Hidalgos llevan una docena de esclavos africanos y otros con un séquito menos, pero todos los llevan con librea muy costosa, y van cubiertos de randas, flecos, trenzas y moños de seda, rosas en los zapatos, y con el inseparable Espada al lado. Las señoras van también seguidas de sus lindas esclavas que andan al lado de la carroza tan espléndidamente ataviadas como acabamos de decir, cuyas caras, en medio de tan ricos vestidos y de sus mantillas blancas, parecen como dice el refrán español:"moscas en leche". Es el siglo en que se dan grandes cambios en la Ciudad .

Siguiendo los preceptos clásicos, en 1770 el Virrey Carlos Francisco de Croix impulsó la transformación de la vieja alameda, dándole un mayor tamaño al extenderla sobre las plazuelas de Santa Isabel y San Diego, se le agregan fuentes y plazoletas, así como rotondas menores. El proyecto le fue encargado al capitán de infantería de Flandes Alejandro Dancourt quien no pudo terminarla, para que finalmente bajo la administración de Antonio María de Bucareli y Ursúa se diera por terminada. La forma y diseño son los que conocemos en la actualidad. La descripción del poblano Juan de Viera se detiene en los detalles que adornan la fuente central, pero gracias al testimonio gráfico de José María de Labastida y a otras pinturas se puede establecer con bastante exactitud el aspecto de La Alameda:su forma rectangular, las puertas de mampostería, las glorietas y rotondas circulares, la pequeña Acequia que la rodea, las blancas, cuatro fuentes con esculturas de personajes mitológicos y la central que representa a Glauco. Hacia fines del Siglo XVIII, La Alameda comparte honores con el Bosque de Chapultepec y el paseo Bucareli, que son también lugares muy concurridos y visitados por numerosos paseantes.
Poco a poco los aspectos de la modernidad van ganando espacios, los logros de la ciencia y la técnica, tan en boga en las ciudades europeas, impregnan a gobernantes y ciudadanos; por consiguiente, la Alameda es objeto de cambios en su iluminación, para finales de la centuria ya es eléctrica, riego, sustitución de árboles, demolición de antiguas bancas para sustituirlas por otras de hierro fundido al estilo Eiffel, las fuentes del Siglo XVIII fueron cambiadas y se agregaron otras, algunas de las cuales permanecen actualmente con el agregado de las esculturas que las identifican bajo el formato de los dioses romanos como Neptuno o Mercurio, además de Venus y las náyades. También el entorno se va modificando con la demolición del acueducto de Santa Fe, iniciado en el año de 1852, la apertura del Paseo de la Reforma.


Fue evidente que durante el Siglo XIX, sobre todo después de la segunda mitad, la sociedad mexicana se va abriendo a nuevas costumbres y usos, aspecto que se reflejó en una mayor presencia femenina en los paseos y una pronunciada necesidad de esparcimiento. En la Alameda se llevaron a cabo, partir de 1842, los festejos de las principales fiestas cívicas y a medida que se acercaba el fin de siglo fue también más heterogéneo el tipo de diversiones y eventos sociales que tuvieron lugar en los jardines, tal como lo imprimieron en sus páginas los periódicos de la época como El Mundo Ilustrado.

Kioscos construcciones provisionales de madera y tela, instalaciones de circos o de juegos para niños, teatro, conciertos de música, venta de juguetes y comida por los llamados ambulantes son algunos de los elementos pintorescos.
(WIKIPEDIA)