miércoles, 7 de septiembre de 2011

LA LAUDERÍA MEXICANA


La laudería mexicana es una tradición viva que ya tiene fama internacional. Hoy en Querétaro se encuentra la Escuela de Laudería del Instituto Nacional de Bellas Artes.
Este difícil pero artístico oficio es el encargado de crear o recuperar los instrumentos de las maderas más preciosas y darles el balance y forma perfecta para que la música salga de forma clara y limpia al oído del intérprete de la misma y del público en general.
Nacido en Italia y perfeccionado por Nicoló Amati, Antonio Stradivarius y Andrea Guarnerius en los siglos XVII al XVIII, el oficio de la laudería es muy dedicado y delicado. "En la restauración y la laudería intervienen todas las profesiones: hay que conocer la madera, el origen del instrumento y su escuela, el autor y sus condiciones personales; el terminado del barniz, los colores, el uso experto de las herramientas y suma concentración pues cualquier error puede destruir una obra de arte" explica Pinheiro, quien empezó formalmente como laudero a la edad de 14 años. "Un laudero debe tener dos cualidades: la mente y la habilidad manual para este oficio" afirma.

En suma los lauderos mexicanos son una parte importantísima en los recitales musicales pues depende en gran parte de su trabajo que la música tenga el magnetismo desde la elaboración mismo del instrumento o la restauración del mismo.
Los violines son sin lugar a dudas los más interesantes instrumentos musicales, incluso algunos maestros lauderos y músicos dicen de este maravilloso instrumento que es el único que si se toca con perfección da las notas más limpias que la música pueda tener.
En Querétaro el maestro Pinheiro está aplicando también un taller superior de restauración a los alumnos de la Escuela de Laudería, quienes restauraron ocho instrumentos, incluyendo dos joyas italianas del siglo XVIII pertenecientes al Conservatorio Nacional de Música. Pinheiro se encuentra satisfactoriamente halagado por el trabajo de los jóvenes, quienes aprovecharon al máximo la oportunidad de trabajar bajo la guía de tan eminente maestro estos dos violines históricos. "Estos instrumentos son muy importantes y los alumnos tuvieron mucha avidez de observar y compenetrarse en la restauración hasta el punto en que me encuentro sorprendido del trabajo que han hecho", reconoció en entrevista este laudero nacido en 1939 discípulo de Henry Viret y Jacques Français.

En la Escuela de Laudería se forman lauderos de alto nivel profesional capaces de construir, reparar y restaurar instrumentos musicales de cuerda frotada (violines, violas y violoncellos), con base en la aplicación de los conocimientos y técnicas tradicionales de la laudería combinados con los conocimientos científicos actuales. Esto, aunado a los conocimientos obtenidos desde el campo artístico dota al egresado de una formación multidisciplinaria que le prepara para un desempeño profesional en los ámbitos nacional e internacional con un alto perfil de desempeño, coadyuvando a la conservación del patrimonio cultural que representan los instrumentos musicales antiguos y de factura reciente.

Fuente visitada.
mexicolindoyquerido.com.mx

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