Teotihuacan es ese lugar. El "Lugar donde los hombres se hacen dioses" o Teotihuacan es una de las zonas arqueológicas más importantes de Mesoamérica, un centro ceremonial imponente, ocupado por una cultura que influyó a muchas otras tanto en su arquitectura, aunque, contradictoriamente, poco se sabe de los teotihuacanos.
Se encuentra entre San Juan Teotihuacán y San Martín de las Pirámides, a 48 kilómetros al norte del Distrito Federal. Se dice que el esplendor de la cultura se dio entre los siglos III y IV de nuestra era. Actualmente el sitio ocupa 2.5 kilómetros cuadrados, pero en aquella época abarcaba alrededor de 20 kilómetros cuadrados. En su época de oro fue habitada por más de 200,000 personas, era una sociedad bien organizada, con clases sociales y políticas bien establecidas, de hecho se habla de un "Estado Teotihuacano" de tipo teocrático, no era un imperio. La clase más importante y privilegiada era ocupada por los sacerdotes, el resto de la población se dedicaba a actividades diversas como la agricultura y la alfarería. Los templos eran los lugares donde los sacerdotes habitaban, el resto vivían en casa de adobe y madera.
Eran politeístas y sus principales dioses eran Tlaloc, dios de la lluvia, y Quetzalcóatl, la serpiente emplumada o dios creador. La decadencia de los teotihuacanos no es muy clara. Al parecer sucedió entre el 650 y el 750 y se habla de un desajuste en el ecosistema o, algo más simple, de que fueron invadidos y destruidos. Para el año 800 el lugar estaba deshabitado. Los vestigios encontrados actualmente son los que han demostrado la importancia y grandeza de sus habitantes.
Se habla mucho de las pirámides, pero también existe una característica muy importante en sus construcciones: la pintura mural, la cual muestra mucho de la vida religiosa que llevaban. El Sitio: Al centro, la Calzada de los Muertos le da la bienvenida al visitante. La Ciudadela, los templos de Quetzalcoatl y Tlaloc acompañan su paso para llegar a la primera pirámide: la del Sol, una de las más grandes del mundo, con una base de 225 metros y una altura de aproximadamente 63. Los osados turistas pueden subirla, aunque hay que decir que los escalones son estrechos y empinados. Al final de la calzada está la pirámide de la Luna, que también se puede escalar.
Existe una llamada "Leyenda de las pirámides" que habla de la zona, y dice así: "Cuando todo en el mundo era tinieblas, se reunieron los dioses en lo que hoy es Teotihuacán y decidieron poner luz en este mundo, para lo cual uno de ellos debía arrojarse al fuego. Fue designado Tecuciztécatl para que se arrojase y si él no lo hacía, nombraron a Nanahuatzín como su reemplazo. Los dos fueron a orar en distintos sitios y luego se presentaron para la prueba. Tecuciztécatl no se atrevió a lanzarse, entonces Nanahuatzín se lanzó sin vacilar y al ver esto Tecuciztécatl lo siguió, convirtiéndose los dos dioses en el Sol y la Luna respectivamente.
Para conmemorar este hecho trascendental, se levantaron las pirámides en los sitios donde oraron estos dos héroes antes del sacrificio, de allí el nombre de pirámide del Sol a la pirámide mayor o Tonatiuh Itzacualli, que significa ´Casa del Sol´, y a la pirámide menor, Pirámide de la Luna o Meztli Itzacualli, que significa Casa de la Luna".
Fuente visitada.
travelbymexico.com
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