(La leyenda de la Llorona nace donde hoy se encuentra la Ciudad de México).
Existen dos versiones conocidas.
La primera es la más conocida y difundida en México:
Existió una mujer indígena —criolla en algunas versiones— que tenía un romance con un caballero español. Fruto de esta pasión, nacieron tres niños, que la madre atendía siempre en forma devota. Cuando la joven comienza a pedir que la relación sea formalizada, el caballero la esquivaba, quizás por temor a lo que dirán. Un tiempo después, el hombre dejó a la joven y se casó con una dama española de alta sociedad. Cuando la mujer se enteró, dolida y totalmente desesperada, asesinó a sus tres hijos ahogándolos en un río o apuñalándolos, según la versión. Luego se suicida porque no soporta la culpa. Desde ese día, se escucha el lamento lleno de dolor de la joven en el río donde esto ocurrió. Luego de que México fuera establecido, comenzó un toque de queda a las once de la noche y nadie podía salir. Es desde entonces que dicen escuchar un lamento cerca de la plaza de la Patria, y que al ver por las ventanas para ver quien llamaba a sus hijos de forma desesperada, veían una mujer vestida enteramente de blanco, delgada y que se esfumaba en la Presa Calles.
La segunda es la versión que precede a la anterior, a pesar de esto es poco conocida y es la versión más antigua de todas las leyendas de la Llorona:
Antes de la llegada de los españoles a lo que ahora es México, la gente que habitaba la zona del lago de Texcoco, además de temer al dios Viento de la Noche, Yoalli Ehécatl, podía escuchar en las noches los lamentos de una mujer que estaría por siempre vagando y lamentando la muerte de su hijo y la pérdida de su propia vida. La llamaban «Chocacíhuatl» — del náhuatl «choka», llorar, y «cihuatl», mujer —,y ella era la primera de todas las madres que murió al dar a luz. Allí flotaban en el aire las calaveras descarnadas y separadas de sus cuerpos (Chocacíhuatl y su hijo), cazando a cualquier viajero que hubiese sido atrapado por la oscuridad de la noche. Si algún mortal veía estas cosas, podía estar seguro de que para él esto era un presagio seguro de infortunio o incluso muerte. Era esta entidad una de las más temidas del mundo nahua desde tiempo antes de la llegada de los españoles.
Fray Bernardino de Sahagún recoge la leyenda de Chocacíhuatl en su obra monumental, «Historia general de las cosas de Nueva España» (1540-1585) e identifica a este personaje con la diosa Cihuacóatl. Según el Códice Aubin, Cihuacóatl fue una de las dos deidades que acompañaron a los mexicas durante su peregrinación en busca de Aztlán, y de acuerdo con la leyenda prehispánica, poco antes de la llegada de los españoles emergió de los canales para alertar a su pueblo de la caída de México-Tenochtitlán, vagando entre los lagos y templos del Anáhuac, vestida con un vaporoso vestido blanco, y sueltos los negros y largos cabellos, lamentando la suerte de sus hijos con la frase «...¡Aaaaaaaay mis hijos... Aaaaaaay aaaaaaay!... A dónde iréis....a dónde os podré llevar para que escapéis a tan funesto destino....hijos míos, estáis a punto de perderos...».
Posterior a la Conquista de México, durante la época colonial, los pobladores reportaban la aparición del fantasma errante de una mujer vestida de blanco que recorría las calles de la Ciudad de México, lanzando tristes alaridos, pasando por la Plaza Mayor (antigua sede del destruido templo de Huitzilopochtli, el mayor dios azteca e hijo de Cihuacóatl) donde miraba hacia el oriente, y luego seguía hasta el lago de Texcoco, en el cual se desvanecía entre las sombras.
Fuente visitada Wikipedia.
"INTENTO RECOPILAR LOS LUGARES DEL MÉXICO EN QUE VIVIERON LOS ABUELOS Y DONDE NACIERON TODOS SUS HIJOS. UN PEQUEÑO HOMENAJE, A AQUÉL GÜAJE QUE EMBARCO CON TAN SOLO CATORCE AÑOS"
martes, 31 de diciembre de 2013
martes, 19 de noviembre de 2013
EL SÓTANO DE LAS GOLONDRINAS - SAN LUIS DE POTOSÍ
El Sótano de las Golondrinas es un abismo natural localizado en el poblado de Aquismón perteneciente al estado mexicano de San Luis Potosí. En particular, es una cueva de origen kárstico, formada por la erosión del agua en una falla impermeable de una planicie de piedra caliza que tiene la característica de tener una abertura exterior notoriamente más estrecha que el fondo, dándole una forma general cónica. La profundidad de dicho abismo es de unos 376 metros. La abertura superior se encuentra a nivel del suelo y tiene un diámetro cercano a los 60 metros, mientras que el fondo tiene una apertura máxima de unos 300 metros por 60 en su parte más angosta. Este sitio también tiene la peculiaridad de ser un refugio natural de aves, y que contrariamente a lo que su nombre implica, no son golondrinas. Esta aparente contradicción se debe a que las especies que pueden ser encontradas en el Sótano de las Golondrinas, son en realidad vencejos, que suelen ser confundidos con las verdaderas golondrinas. En la cueva es también posible encontrar una especie de loros (Aratinga holochlora), localmente llamadas Cotorras de cueva.
Por mucho tiempo el Sótano de Golondrinas fue considerada la caverna de un sólo tiro más grande del mundo con sus 512 metros de profundidad, 376 de ellos en una caída libre.
Hoy en día espeleólogos de diferentes nacionalidades consideran a Golondrinas como el sótano o caverna vertical más bella del planeta. El descenso a este submundo de película inicia al amanecer con el espectáculo del vuelo de miles de vencejos y cotorras que salen en espiral con precisión matemática El fondo del sótano tiene las dimensiones de tres campos de fútbol, en vertical cabe sobradamente la Torre Eiffel.
Este accidente orográfico fue dado a conocer en 1966, por un equipo de ornitólogos de la universidad de Texas, que estaban realizando un estudio detallado de las aves en las fosas de la Huasteca potosina. Dave Whitacre, Devi Ukrain, y otros ornitólogos descubrieron en esta fosa un ejemplo más que elocuente de la importancia que tienen tales fosas para las poblaciones de aves de la región, al proveerles en sus escarpadas paredes refugio contra los predadores.
Pese al inicial interés meramente científico, la fosa pronto comenzó a atraer a espeleólogos en busca de una experiencia interesante, y posteriormente a turistas, debido a la espectacularidad del descenso y de las vistas. Sin embargo es posible que el lugar fuese víctima de su propia popularidad, pues estudios ornitológicos posteriores han constatado una paulatina disminución de la población de aves en el interior de la gruta, quizás debida a esta afluencia de nuevos visitantes. Actualmente el sótano y otras fosas similares están consideradas como reservas de la biósfera por el gobierno de México, estatus que les otorga una relativa protección legal, privilegiando al mismo tiempo la explotación mesurada del sitio.
Fuente visitada. Wikipedia.
lunes, 28 de octubre de 2013
TRADICIONES DEL DÍA DE MUERTOS
Gracias a que México es un gran mosaico de tradiciones y manifestaciones artísticas, durante estas celebraciones a los muertos lo mismo podemos encontrar solemnidad y burla, que silencio y algarabía, reflejados en la música y en las oraciones. Por si esto pareciera sorprendente, lo será aún más el saber que en San Andrés Mixquic es precisamente su panteón, el que ha hecho famoso a este pueblo localizado al sur de la Ciudad de México.
En efecto, año con año se dan cita en el camposanto de San Andrés, miles de personas para decorar las tumbas de sus difuntos, las cuales, durante el 1 y 2 de noviembre se visten con flores de cempasúchil, calaveras de azúcar y algunos platillos en honor a los fieles difuntos.
Durante el primer día del mes, cuando llega la noche, el júbilo permea el ambiente con la música de grupos tropicales y mariachis que amenizan los concursos de calaveras de cartón con leyendas satíricas, mientras, otras personas acompañan a un cortejo fúnebre escenificado, en donde la viuda lanza frases picarescas a la gente por la pérdida de su esposo quien se halla dentro de un ataúd simulando su muerte; algunas de esas frases picarescas son: el muerto al pozo y el vivo al gozo... o tan bueno y tan fiel..., etc.
Durante su trayecto hacia el panteón estos personajes van solicitando apoyo económico para la sepultura, haciendo bromas a los concurrentes y, una vez que arriban y que están a punto de enterrar al supuesto "cadáver", éste salta del ataúd y corre despavorido entre la multitud ocasionando la risa de los asistentes.
Así, con un aire de burla muy mexicano, el culto a los muertos comienza para después tomar un aire más solemne: las ofrendas siguen realizándose y las veladoras y cirios le dan ya al panteón de Mixquic un toque mágico, mientras que en las casas las puertas se abren para que las ánimas de los muertos saluden a sus deudos, y los visitantes puedan disfrutar de las coloridas ofrendas del lugar.
Al día siguiente continúa la danza de las almas de los muertos en la tierra, pero ahora toca lugar a las de los adultos: el panteón sigue dominado por ofrendas y comienzan a llegar hombres, mujeres y niños con cubetas, escobas y ramos de flores con la intención de barrer y arreglar las tumbas correspondientes esperando a que el párroco del pueblo llegue para dar la bendición a los asistentes y a las tumbas de los "difuntitos".
De esta manera, en medio de una gran solemnidad y alegría, los días de celebración a los muertos transcurren en Mixquic para recordarle al mundo que entre los mexicanos, la convivencia con la muerte, es algo común...
Fuente visitada. mexicodesconocido.com.mx
viernes, 18 de octubre de 2013
ALIMENTOS TÍPICOS CON MAÍZ
El maíz no sólo se convierte en tortillas, se transforma en una amplia gama de variantes regionales: desde los tamales en sus cientos de tipos diferentes, hasta los panuchos y salbutes; desde los atoles, pozoles y chilatoles, hasta las memelas, los huaraches y chalupas; desde las picadas, las corundas y gorditas, hasta los molotes, los sopes y dobladas; desde los uchepos, los tlacoyos y garnachas, hasta las enchiladas, los zacahuiles y tostadas; desde las hojarascas, los tecocos y pemoles, hasta los etabinguis, los padzitos y xocoatoles; desde los piltamales, los xajoles y papadzules, hasta las pellizcadas, los nacatamales y xocotamales; desde los pitaules, los nolochis y totomoches, hasta los chocoles, los tapataxtles y puxis; desde los nejos, el pinole y champurrados, hasta los peneques, los cuatoles y quesadillas; desde las paseadas, los timbales y martajadas, hasta las cazuelitas, los garapaches y barquitas; desde las canastillas, las memechas y boronitas, hasta los turuletes y los ¡ahogaperros!
En fin, este universo de productos del maíz va desde los totopos, las infladas, bocoles y chilaquiles hasta un vasto repertorio derivado del maíz que sería prolijo inventariar aquí. Eusebio Dávalos Hurtado citaba que existen en México no menos de 700 formas de consumir el maíz.
Casi todas las maneras de comer este cereal implican un proceso previo de precocido llamado nixtamalización. Su fundamento y procedimientos no han variado con los siglos. Quizás son milenios.
Independientemente de que el nixtamal vaya a ser molido con agua y manipulación artesanal para producir masa, o con modernos métodos de secado en grandes instalaciones fabriles para producir harina, de cualquier manera la nixtamalización es básicamente igual: consiste en remojar el maíz en agua caliente con cal de piedra viva o en polvo hidratada (100 partes de maíz por una de cal), sustancia que al unirse al agua produce una reacción química exotérmica (genera calor) que ablanda la cutícula u hollejo (piel delgada) que cubre al grano; esto propicia que se aglutinen las partículas de la gramínea y que la consistencia y textura de las tortillas sea la adecuada.
Para decirlo en términos de tortillero: ese producto circular debe tener "correa", es decir, flexibilidad suficiente para doblarse sin quebrarse.
Salvo contadas excepciones, nuestros antojitos se elaboran a partir del nixtamal. En algunos casos la masa se manipula cruda para dar lugar al antojito; en otros cobra su forma a partir de una tortilla gruesa o delgada, grande o chica. Después de los tacos y los tamales, las quesadillas pueden considerarse el antojito más frecuente.
Sus primas, las empanadas, están hechas de harina de trigo, en tanto que la quesadilla es de maíz y este nombre se aplica aunque su relleno no sea de queso, pues por extensión de la palabra se ha convertido ya en un genérico.
Los contenidos más usuales son el mencionado queso, el requesón, papa sola o con longaniza, sesos o pancita de res, en ambos casos con cebolla, chile serrano y epazote; picadillo, huitlacoche, rajas de chile poblano, chicharrón prensado, pollo deshebrado y flor de calabaza. Las quesadillas se cuecen fritas o en comal. Suele agregárseles alguna salsa.
Fuente visitada. mexicodesconocido.com
lunes, 9 de septiembre de 2013
EL COMERCIO EN EL VALLE DE TENOCHTITLAN
El mantenimiento del poderío azteca se debía en parte al dominio militar que ejercían sobre las ciudades conquistadas a las cuales se les obligaba a pagar un tributo, pero también el comercio fue utilizado como medio de dominación y de existencia. Es así que la forma de abastecimiento de la ciudad de Tenochtitlan tenía sus orígenes en estas dos vías, el tributo y el comercio.
la ciudad de Tenochtitlan era considerada como un punto estratégico y sobre todo simbólico para los indígenas, hizo todo lo posible por edificar sobre las ruinas el nuevo gobierno de la corona española mediante un virreinato, no obstante, las recomendaciones de sus allegados eran de que constituía un peligro fundar la capital del virreinato sobre esta ciudad indígena, ya que tendrían problemas de terrenos pantanosos, estarían constantemente expuestos a inundaciones, que se enfrentaría a problemas graves de suministro de agua y de mercancías, y que el trato con los indios serían de excepcional intimidad.
Ya confirmado Cortés como Gobernador en 1522, la ciudad se organizo como un Ayuntamiento y fue cuidadosamente planeada, la concepción de su ciudad nos describe las ideas políticas y sociales de la dominación española en América. La traza de la ciudad original de Tenochtitlan se conservaría con algunos ajustes, el cuadro con sus calles anchas los edificios alrededor de la plaza central como el de gobierno, la Catedral, las acequias principales y los comercios. No importando las dificultades del terreno, incluso se construyo sobre ruinas y antiguos templos indígenas. La construcción de esta ciudad se llevaría a cabo por los mismos indígenas, así como los servicios y el abastecimiento correrían por cuenta de ellos mismos.
El acomodo de la población recién instalada, el repoblamiento de la capital y el incremento de la tasa demográfica hizo que la organización política y administrativa de la ciudad fuera evolucionando, así como también se desarrollo la infraestructura urbana necesaria para responder a las necesidades de la población. Como ya había dicho el abastecimiento de la ciudad estaba a cargo de los indígenas, a quienes se les permitía el comercio de sus productos a cambio de un impuesto real por el lugar ocupado, por el traslado de la mercancía, por el producto mismo y por el tiempo y los días en los que se comerciaba. Pero para que esto sucediera, es decir para que se diera el correcto cobro de impuestos era necesario la ordenación del abasto en la ciudad, tarea nada fácil.
En un principio el comercio se daba en casi cualquier punto de la ciudad, pero sobre todo en la plaza central y en las acequias por medio de más de mil canoas. También el abasto se introducía por los grandes canales que provenían de los embarcaderos en las afueras de la ciudad (Chalco, Atenco, Ayotzingo, Xochimilco, Iztapalapa, y sobre todo el de Mexicalcingo), y se comerciaba con gran diversidad de productos como es el trigo, maíz, frutas, verduras, leña, hierba para caballos, pescados, carne, pan, zacate y flores.
A finales del siglo XVIII, el mercado de la plaza mayor era insuficiente para albergar a más comerciantes, y a tantos más productos, aunado a esto los regateros provocaban inseguridad en los compradores así como la sobreutilización de las acequias provocaba la inmundicia y desorganización del tránsito por estas avenidas acuáticas.
Era necesario pues, tomar las decisiones adecuadas para administrar este comercio de manera que se ejerciera de manera funcional y con una mejor dirección, sobre todo para higienizar la ciudad, y ordenarla. Así el Segundo Conde de Revillagigedo ordena la concentración de mercados y comerciantes para tener control absoluto del comercio y para cobrar los impuestos de manera más eficiente. De esta manera se traslada el mercado de la plaza mayor a un rincón del centro de la capital, aproximado a la acequia real, en un lugar donde ya se ejercía el comercio pero de forma atomizada. Así nace el mercado de El Volador ubicado enfrente de la universidad, en la esquina del edificio de gobierno para una mejor vigilancia y para comodidad de los habitantes de la ciudad y teniéndolo cerca, esta plaza de El Volador debe su nombre a que en ese lugar se llevaba a cabo el antiguo juego del volador de fascinación mexica, el dueño de la plaza era el Marques del Valle de Oaxaca, Duque de Terranova y Monteleone quien arrendó el lugar al Barón de Santa Cruz Representante del ayuntamiento de la ciudad en Noviembre de 1789 por cinco años y por 2500 pesos anuales, de esta manera se limpio el lugar, se arreglo y se acondiciono para ejercer el comercio e incluso para llevara a cabo corridas de toros para las ocasiones especiales como la llegada o nombramiento de los virreyes, la entrada a la plaza se empedró y enlosó, se acomodaron cajones y tinglados de madera que más tarde constituirían un peligro por los incendios que su deterioro ocasionaba.
Debido a fallas en la administración y en la dirección de este mercado se hizo necesario un reglamento general de los mercados y mercaderes, que se llevó a cabo en noviembre de 1791 por el intendente Bernardo de Bonavia, para el “buen funcionamiento y orden del mismo” que constituye un punto de referencia para el estudio histórico de los mercados.
Así se constituyo el principal centro de abastos de la ciudad de México después del de la plaza mayor y el de Tlatelolco en la época de la colonia, al que le seguiría el de La Merced ubicado en el antiguo convento del mismo nombre, y el de otra plazas como el mercado de San Juan uno de los más amplios y más concurridos, el de Loreto en la plazuela del mismo nombre, el de Santa María la Redonda que venía de la calzada de Guadalupe, el de Jesús, Sta. Catarina y Cruz del Factor.
Fuente visitada. www.tuobra.unam.mx
lunes, 26 de agosto de 2013
LAS HACIENDAS MEXICANAS
México cuenta con una riqueza cultural, histórica y turística que no es superada por ningún otro país del mundo. Tiene una posición geográfica privilegiada y dispone de una excelente infraestructura hotelera y de servicios. Del Pacífico al Caribe, del desierto a la selva tropical, del altiplano a los volcanes nevados, México ofrece en su increíble variedad de luz, de color y de paisajes, una profunda unidad como nación que se adapta al progreso conservando con orgullosa dignidad, las raíces de sus ancestrales culturas.
Ningún otro país del "Nuevo Mundo" ofrece al turismo riquezas similares: Gastronomía, playa, sitios arqueológicos grandiosos, historia, folklore y arte colonial.
Aunque Jalisco, Yucatán, Hidalgo y Campeche son los estados con mayor número de haciendas, por todo el país pueden encontrarse estos rehabilitados edificios históricos, fundamentalmente casas palaciegas y antiguos monasterios, construidos entre los siglos XVI y XIX.
Las haciendas mexicanas, formaban parte de un sistema económico iniciado por los españoles en el siglo XVI Se trataba de eficientes granjas y centros manufactureros en los que se producía carne y otros productos para la exportación: azúcar, alcohol, vino, trigo, pulque... En ocasiones eran también, como en el caso de las de Guanajuato, sede de las empresas dedicadas a la explotación de oro y plata.
Como en las plantaciones sureñas de Estados Unidos, en las haciendas se ponía de manifiesto el sistema de castas, con los hacendados y los indígenas, que habitaban edificios bien diferenciados: la lujosa casona principal y las pobres viviendas. Unos inmuebles que compartían espacio con las edificaciones que servían de cuarto de máquinas, de almacén... y que en muchos casos todavía hoy se conservan.
En el siglo XIX, la mayor parte de las haciendas, sobre todo las de Yucatán, producían soga de henequén, una fibra natural variedad del cactus de agave para producir cordeles que adquirió gran demanda en el siglo XX, en el período de entreguerras, y que enriqueció a los propietarios de estas fincas.
Así, con el paso del tiempo, las haciendas fueron reflejando el nivel económico alcanzado por sus propietarios y se convirtieron también en fincas de recreo, símbolos de salud y cultura: Un apogeo que derivó en un desarrollo arquitectónico espectacular, acompañado en el interior de muebles, antigüedades y obras de arte procedentes de todo el mundo, y en el exterior de la plantación de bellos jardines con fuentes, capillas, claustros y todo tipo de sofisticados detalles, incluso en ocasiones pequeños acueductos.
Fuente visitada. elalmanaque.com
miércoles, 21 de agosto de 2013
HISTORIA DE LOS MERCADOS MEXICANOS
Envueltos en olores, colores, sabores y significados, los mercados más que un simple espacio de compra y venta para el abastecimiento diario, son una síntesis de la cultura y la historia de una región, así como de las relaciones comerciales que tiene ésta con otras poblaciones.
La red de comunicación mesoamericana era extensa y por los caminos llegaban no sólo productos, sino usos y costumbres, formas artísticas, conocimientos científicos y tecnológicos, diferentes lenguas y formas de ver el mundo, dice Attolini Lecón. “A través de los restos arqueológicos que se han encontrado se sabe que el intercambio de diversos productos entre las culturas antiguas fue muy importante. Teotihuacan y Tula, cada una en su tiempo, establecieron relaciones comerciales y culturales muy cercanas con la zona maya, lo cual se ve reflejado en la arquitectura, los entierros y objetos de diversos usos. El intercambio más activo de toda Mesoamérica se daba en la Cuenca de México, a través de la red de lagos que permitió la comunicación por medio de embarcaciones, favoreciendo el comercio y el crecimiento de la economía en la altiplanicie central. En medio del lago estaba Tenochtitlan, en su tiempo la ciudad más poblada de América y una de las de mayor densidad del mundo. Estaba dividida en cuatro barrios principales, los cuales contaban con su propio mercado, como sucede actualmente con cada colonia.
La Nueva España-
Una vez consumada la conquista vino un largo periodo de ajuste, absorción y mestizaje en todos los órdenes de la vida colonial. Sin embargo, se mantuvo el expendio de mercancías tradicionales a las que se adicionaron algunos productos provenientes de España. Así mismo, las semillas de cacao siguieron fungiendo como moneda, al igual que las metálicas que en esa época se empezaron a acuñar. Hay que destacar que la tecnología europea llegó a revolucionar la agricultura americana, aumentando la producción y disminuyendo el trabajo humano, así se introdujo gran variedad de verduras, leguminosas, hortalizas, cereales, frutas, cítricos, caña de azúcar y más tarde café y arroz. Una de las características del comercio en la Ciudad de México al iniciarse el siglo XVII fue la agrupación de gremios en determinadas calles, plazas y barrios, como antiguamente acostumbraban los grupos prehispánicos. Así se podía localizar a los carpinteros, cerrajeros y herreros en la calle de Tacuba; a los gamuceros, en La de Palma; a los curtidores, en los barrios de San Hipólito y San Sebastián, en un principio, y más tarde en el barrio de San Pablo. En la Plazuela de San Diego o Santo Tomás, a los caoneros; a los alfareros en la calzada de Santa María y, en tanto que sastres, tocineros, zapateros, albañiles, panaderos, confiteros, pulqueros, posaderos, etcétera, estaban esparcidos por toda la ciudad. En el siglo XVII se creó el mercado de El Volador, en donde hoy se encuentra la Suprema Corte de Justicia; fue el primer mercado como tal y en poco tiempo se convirtió en el principal de la ciudad de aquellos años.
En 1703 se inauguró el Parián, donde los gremios comerciaban sus diversas manufacturas; además había vendedores ambulantes que pregonaban sus mercancías por toda la ciudad, antecedente de cómo ahora vemos que en los mercados y tianguis gritan los productos que venden. En 1793 se inauguró el mercado de la Cruz del Factor, que con el tiempo se le llamó el Baratillo Menor. Al finalizar el periodo virreinal, los mercados y tianguis de la ciudad de México se agrupaban en tres categorías: la primera correspondía a un núcleo principal ubicado en la Plaza Mayor, como El Parián, los portales de Mercaderes, las Flores, la Diputación y El Volador. También había un grupo de mercados con cajones y puestos fijos de madera ubicados en la periferia, como en las plazuelas de Santa Catarina Mártir, la Cruz del Factor y de Las Vizcaínas, considerados como de segunda importancia. El tercer grupo se extendía en numerosas plazas y plazuelas sobre petates o bajo la sombra, con puestos no fijos, entre éstos estaban los tianguis de Jesús, La Cal, Santa Ana, Carbonero, Burros, Mixcalco, La Paja o de El Maíz, ubicados en lo que hoy es Pino Suárez esquina con República del Salvador.
En 1841 el gobierno inició la construcción de un nuevo mercado, el de San Juan o Iturbide, el cual fue inaugurado en 1850. En 1863 se edificó el mercado de La Merced, sustituido más tarde por la construcción porfirista que marcó el inicio de una decidida política para la modernización de mercados. En 1869 se estableció el mercado Guerrero. Ya en 1887 había 9 mercados para abastecer a la capital: en el norte, el de Santa Catarina, Santa Ana y Guerrero; al sur, el de San Juan; al oriente, el de La Merced y San Lucas; al poniente el Dos de Abril y el de San Cosme.
En 1889 se inauguró el mercado de Loreto, en 1893 el de La Lagunilla y dos años después el de Martínez de la Torre. En 1912 se edificó el mercado Juárez, sin embargó, la Revolución Mexicana trajo un estancamiento de los mercados, así tuvieron que pasar 22 años para que en 1934 se inaugurara el Abelardo. Durante la gestión del presidente Adolfo López Mateos (1958-1964) llegó a su clímax la construcción de mercados, pues sólo en la ciudad de México se inauguraron 88.
Una de las características prehispánicas todavía presente en los mercados es la especialización en ciertos productos. Por ejemplo en dulces, como el de la Candelaria; en carnes, el de San Juan; o el de plantas, en Xochimilco. En la época prehispánica existía el mercado donde se comerciaba principalmente la sal, en el barrio de Atenantitlan; el de perros para comer, en Acolman; y los de esclavos, en Azcapotzalco y en Iztocan, por mencionar algunos. Otra de las características que todavía sobrevive en los mercados es el altar con una imagen religiosa sea de una virgen o un santo. En la época prehispánica, los espacios de comercio también contaban con un altar para sus dioses. No obstante la proliferación de supermercados, los mercados y tianguis no van a desaparecer porque junto con los productos, en estos espacios comerciales convergen un sin fin de aspectos culturales.
Fuente visitada.
http://inah.gob.mx/index.php/especiales/34-mercados-mexicanos-sintesis-y-germen-de-cultura
miércoles, 14 de agosto de 2013
ORIGENES DEL EL SARAPE
El sarape es considerado uno de los elementos más representativos del México independiente. Su historia es la de una prenda de uso masculino que, de sus orígenes inciertos, pasó a convertirse en un verdadero emblema nacional, similar al rebozo femenino. Sin embargo, el surgimiento, entre 1750-1860 de los llamados “sarapes de Saltillo clásicos”, cuya finura en el hilado y el tejido rivaliza con los textiles más refinados del mundo, constituye hasta nuestros días una gran incógnita, pues se desconocen los lugares, fechas y circunstancias precisos en los cuales fueron por primera vez tejidos. Su huella fue tan amplia, que encontramos sarapes y tejidos que reflejan la influencia de los “saltillo” desde Totonicapán, Guatemala, hasta la región Río Grande de los hispanoamericanos de Nuevo México y los indios navajo de la misma región.
¿Qué es un sarape de Saltillo clásico?
Se trata de un textil de forma rectangular tejido generalmente en dos lienzos unidos por el centro y que comparte varias características: sus medidas son de aproximadamente 1.20 m de ancho por 2.40 m de largo; puede tener o no una bocamanga o apertura, para ser usado como poncho o colocado sobre los hombros, con el diseño central a la espalda. Tiene un patrón de diseño tripartita que consta de un elemento central dominante -un diamante o un medallón- que abarca el área entre la espalda y el pecho, un marco de 5 a 10 cm alrededor del tejido en colores y diseños afines al motivo central y un fondo contrastante con pequeños diseños repetidos.
Existe un gran enigma en torno al origen geográfico del sarape, no es seguro que haya sido propiamente en Saltillo, hoy capital del estado norteño de Coahuila, donde se hayan tejido los primeros. Los censos económicos de los siglos XVII y XVIII mencionan sólo unos cuantos telares y tejedores de Saltillo. Lo que sí se sabe es que cada mes de septiembre a partir del siglo XVII, se realizaba una gran feria anual para honrar a San Mateo, y que mucha gente acudía a Saltillo a comprar sarapes finos. Así creció su fama y le quedó el nombre de “saltillo” al sarape. Durante el período colonial los más importantes centros productores de textiles de lana y de lana con algodón fueron Puebla, Texcoco, Querétaro, San Miguel de Allende y Tlaxcala.
La huella. Orgullo y trofeo
Nuestro rastreo histórico nos lleva al siglo XIX, cuando en los albores de la lucha por la independencia de México, algunos hacendados se unen al movimiento financiando parte de la campaña militar, a la vez que muchos vaqueros y pequeños propietarios hacen lo propio pero como combatientes; son los llamados “chinacos”, famosospor su indumentaria de chaqueta corta y sarape y por su valentía en el campo de batalla. Luego, durante las invasiones americana (1847-1848) y francesa (1863-1867) a México, se habrían de borrar las diferencias de clase entre hacendado y vaquero, y fue precisamente el sarape el símbolo que unificó su orgullo e identidad en la lucha por la soberanía mexicana. Y si de trofeos hablamos, se dice que Antonio López de Santa Anna, presidente de México, regaló un sarape a Sam Houston, comandante del ejército texano y primer presidente de la República de Texas, cuando firmaron el Tratado de Guadalupe Hidalgo; que los emperadores Maximiliano y Carlota enviaron un sarape como obsequio a Napoleón III, que el mismo Maximiliano utilizaba sarapes con frecuencia y que fue fusilado vestido con traje charro de gran gala.
Al consumarse la Independencia en 1821 y abrirse la nación al mundo (los españoles habían mantenido un férreo control sobre la presencia extranjera), un numeroso y sucesivo grupo de litógrafos extranjeros viajaron por diversas regiones de nuestro territorio, registrando el uso de los bellos sarapes multicolores que hoy conocemos como “sarapes de Saltillo”. El italiano Claudio Linati, quién en 1826 introdujo la litografía a México, publicó en Bruselas, dos años después, la obra Trajes civiles, militares y religiosos de México. A su vez el alemán Carlos Nebel publicó en 1836, Viaje pintoresco y arqueológico sobre la parte más interesante de la República mexicana, entre los años de 1829 a 1836, reflejando con gran belleza el colorido y sentido social del sarape. En la década siguiente Julio Michaud, en su exitoso Álbum pintoresco de la República mexicana, se dedicó a copiar paisajes y personajes de Nebel y fusionarlos con paisajes de Pedro Gualdi, en los cuales también retrata el uso del sarape. Por sus páginas desfilan tanto caballerangos y caporales a caballo como apuestos jóvenes del pueblo cortejando o acompañando a mujeres, ataviados con el sarape, una prenda de sorprendente versatilidad pues servía de impermeable, cobija y lujo.
Óleos y acuarelas fueron también legados por Juan Mauricio Rugendas, Thomas Egerton y Edouard Pingret. Hacia las últimas décadas del siglo XIX, si bien existían diferencias notables entre hacendados y vaqueros, los primeros, ya sin sus latifundios pero conservando sus títulos nobiliarios, habrían de crear la figura del charro y el deporte de la charrería, una forma elegante para rememorar los viejos tiempos de las épocas del marcaje del ganado, las artes del jaripeo y el “paseo” con el traje de gala. Para entonces el sarape había también recibido influencia francesa, evidente en la utilización de hilos metálicos y de hilos de colorombré, es decir matizados. El sarape, ahora más pequeño, se colocaba doblado sobre el hombro. Surgieron entonces los sarapes con rayas multicolores matizados y también aquellos con figuras y retratos nacionalistas.
En su larga historia el sarape llamó poderosamente la atención de propios y extraños y se convirtió en un objeto codiciado por los visitantes y en excelso obsequio de los gobernantes mexicanos. La armonía de los “sarapes de Saltillo”, la sensibilidad y la maestría en el hilado, tejido, diseño y color que les dieron vida, se convirtieron en legado y testimonio duradero de los tejedores anónimos de nuestro país, cuyo secreto esperamos algún día poder descubrir.
Fuente visitada. mexicodesconocido.com
¿Qué es un sarape de Saltillo clásico?
Se trata de un textil de forma rectangular tejido generalmente en dos lienzos unidos por el centro y que comparte varias características: sus medidas son de aproximadamente 1.20 m de ancho por 2.40 m de largo; puede tener o no una bocamanga o apertura, para ser usado como poncho o colocado sobre los hombros, con el diseño central a la espalda. Tiene un patrón de diseño tripartita que consta de un elemento central dominante -un diamante o un medallón- que abarca el área entre la espalda y el pecho, un marco de 5 a 10 cm alrededor del tejido en colores y diseños afines al motivo central y un fondo contrastante con pequeños diseños repetidos.
Existe un gran enigma en torno al origen geográfico del sarape, no es seguro que haya sido propiamente en Saltillo, hoy capital del estado norteño de Coahuila, donde se hayan tejido los primeros. Los censos económicos de los siglos XVII y XVIII mencionan sólo unos cuantos telares y tejedores de Saltillo. Lo que sí se sabe es que cada mes de septiembre a partir del siglo XVII, se realizaba una gran feria anual para honrar a San Mateo, y que mucha gente acudía a Saltillo a comprar sarapes finos. Así creció su fama y le quedó el nombre de “saltillo” al sarape. Durante el período colonial los más importantes centros productores de textiles de lana y de lana con algodón fueron Puebla, Texcoco, Querétaro, San Miguel de Allende y Tlaxcala.
La huella. Orgullo y trofeo
Nuestro rastreo histórico nos lleva al siglo XIX, cuando en los albores de la lucha por la independencia de México, algunos hacendados se unen al movimiento financiando parte de la campaña militar, a la vez que muchos vaqueros y pequeños propietarios hacen lo propio pero como combatientes; son los llamados “chinacos”, famosospor su indumentaria de chaqueta corta y sarape y por su valentía en el campo de batalla. Luego, durante las invasiones americana (1847-1848) y francesa (1863-1867) a México, se habrían de borrar las diferencias de clase entre hacendado y vaquero, y fue precisamente el sarape el símbolo que unificó su orgullo e identidad en la lucha por la soberanía mexicana. Y si de trofeos hablamos, se dice que Antonio López de Santa Anna, presidente de México, regaló un sarape a Sam Houston, comandante del ejército texano y primer presidente de la República de Texas, cuando firmaron el Tratado de Guadalupe Hidalgo; que los emperadores Maximiliano y Carlota enviaron un sarape como obsequio a Napoleón III, que el mismo Maximiliano utilizaba sarapes con frecuencia y que fue fusilado vestido con traje charro de gran gala.
Al consumarse la Independencia en 1821 y abrirse la nación al mundo (los españoles habían mantenido un férreo control sobre la presencia extranjera), un numeroso y sucesivo grupo de litógrafos extranjeros viajaron por diversas regiones de nuestro territorio, registrando el uso de los bellos sarapes multicolores que hoy conocemos como “sarapes de Saltillo”. El italiano Claudio Linati, quién en 1826 introdujo la litografía a México, publicó en Bruselas, dos años después, la obra Trajes civiles, militares y religiosos de México. A su vez el alemán Carlos Nebel publicó en 1836, Viaje pintoresco y arqueológico sobre la parte más interesante de la República mexicana, entre los años de 1829 a 1836, reflejando con gran belleza el colorido y sentido social del sarape. En la década siguiente Julio Michaud, en su exitoso Álbum pintoresco de la República mexicana, se dedicó a copiar paisajes y personajes de Nebel y fusionarlos con paisajes de Pedro Gualdi, en los cuales también retrata el uso del sarape. Por sus páginas desfilan tanto caballerangos y caporales a caballo como apuestos jóvenes del pueblo cortejando o acompañando a mujeres, ataviados con el sarape, una prenda de sorprendente versatilidad pues servía de impermeable, cobija y lujo.
Óleos y acuarelas fueron también legados por Juan Mauricio Rugendas, Thomas Egerton y Edouard Pingret. Hacia las últimas décadas del siglo XIX, si bien existían diferencias notables entre hacendados y vaqueros, los primeros, ya sin sus latifundios pero conservando sus títulos nobiliarios, habrían de crear la figura del charro y el deporte de la charrería, una forma elegante para rememorar los viejos tiempos de las épocas del marcaje del ganado, las artes del jaripeo y el “paseo” con el traje de gala. Para entonces el sarape había también recibido influencia francesa, evidente en la utilización de hilos metálicos y de hilos de colorombré, es decir matizados. El sarape, ahora más pequeño, se colocaba doblado sobre el hombro. Surgieron entonces los sarapes con rayas multicolores matizados y también aquellos con figuras y retratos nacionalistas.
En su larga historia el sarape llamó poderosamente la atención de propios y extraños y se convirtió en un objeto codiciado por los visitantes y en excelso obsequio de los gobernantes mexicanos. La armonía de los “sarapes de Saltillo”, la sensibilidad y la maestría en el hilado, tejido, diseño y color que les dieron vida, se convirtieron en legado y testimonio duradero de los tejedores anónimos de nuestro país, cuyo secreto esperamos algún día poder descubrir.
Fuente visitada. mexicodesconocido.com
domingo, 4 de agosto de 2013
LA CANCIÓN RANCHERA
La canción ranchera es un género musical popular de la música mexicana, ampliamente ligada a los mariachis.
Sus orígenes datan del siglo XIX, pero fue desarrollado en el teatro nacionalista del período post-revolucionario de 1910 y se convirtió en el icono de la expresión popular de México, un símbolo del país, que fue difundido con gran éxito por varios países latinoamericanos especialmente gracias al cine mexicano de las décadas de 1940, 1950, 1960 y 1970, causando profundo arraigo entre los sectores populares y medios.
Los cantantes profesionales de este género desarrollaron un estilo extremadamente emocional, una de cuyas características consiste en sostener largamente una nota al final de una estrofa o línea, culminando en una "terminación fundida".
Lola Beltrán es considerada la "Reina de la Canción Ranchera" y María de Lourdes es "La Embajadora de la Canción Ranchera" ambas cantantes mexicanas se destacaron por llevar la música ranchera por países donde no se habla español, es el caso de Indonesia, Rusia, Países Bajos y Francia, entre otros.
En cuanto a las letras, predominaron en un comienzo las historias populares relacionadas con la Revolución mexicana, la vida campesina, los caballos, la familia, los bares y cantinas y las tragedias amorosas. Posteriormente las temáticas se han centrado especialmente en el amor de pareja y como sucede con todo ritmo que se "internacionaliza", su capacidad para contar historias populares se ha debilitado por cuenta de la presión de los productores musicales.
Las rancheras han llegado a ser uno de los géneros más representativos de la música mexicana (que tiene diversos estilos regionales), evolucionando desde el escenario local y campesino hasta la conquista internacional.
fuente wikipedia.
sábado, 27 de julio de 2013
EL BARRIO MÁGICO DE IZTACALCO
Más antigua que la misma Tenochtitlan, la población de Iztacalco, fundada en 1309, fue un importante puerto de tránsito para las canoas y trajineras que surcaban el Canal de la Viga para proveer de alimentos a la ciudad de México. Su conformación urbana original, a base de chinampas y canales de agua, se traduce hoy en día en sus calles y estrechos callejones de trazo irregular. Iztacalco significa “casa u horno donde se procesa la sal”, lo que hace referencia a las aguas salinas del lago de Texcoco que rodeaban al islote. Durante su largo peregrinaje por la cuenca de México, los mexicas establecieron su penúltima residencia en el islote de Iztacalco, antes de fundar Tenochtitlan.
Después de la conquista en 1521, Iztacalco perteneció políticamente a la parcialidad de San Juan de Dios de la nueva ciudad de México. En la época virreinal los franciscanos evangelizaron este lugar, en el cual fundaron el Templo y Convento de San Matías hacia 1564, manejados sólo por dos frailes, pues la población tenía alrededor de 300 indígenas. A fines de dicho periodo, y por su condición de pueblo chinampero, sus habitantes eran sobre todo agricultores, floricultores y productores de plantas de forraje. Aquí se daban chícharos, amapolas, claveles, azucenas, margaritas y rosas de Castilla. En el siglo XIX, Iztacalco dependió del Distrito de Tlalpan en el Estado de México. Para 1900, ya como municipio, formó parte de la prefectura de Guadalupe Hidalgo, una de las seis en que se dividió el Distrito Federal; y a partir de 1929 se convirtió en delegación política.
Su relación con el Canal de la Viga fue de gran importancia, pues lo convirtió en un lugar muy visitado. Esta vía principal de 1,560 metros de longitud y 30 de anchura, abastecía de alimentos a la capital, transportándolos desde Chalco, Xochimilco y Tláhuac hasta la calle de Roldán, por el rumbo de La Merced. Además, servía de escenario natural para la celebración de una de las fiestas más concurridas del siglo XIX: el Viernes de Dolores, también conocido como la Fiesta de las Flores. Para 1915, y por cuestiones de salud pública, el canal fue clausurado, convirtiéndose en una vía urbana hacia los años treinta.
En Iztacalco las leyendas son parte del patrimonio intangible. Doña Clara Hernández nos habló de la mítica Llorona: “Dice mi esposo que le salía una muchacha muy bonita vestida de blanco, que iba caminando por el centro en la noche. Todos los trasnochadores la veían y ella los invitaba a seguirla. Entonces varias personas se perdieron. Esa joven se metía de pronto a una casucha en un rancho llamado Siete Árboles, y allá iban los muchachos, y pudieron verla sin ropa, desnuda, pero después se convertía en una calavera con el pelo largo. Muchos murieron del susto, los que sobrevivieron pudieron contar este hecho”.
La fiesta religiosa más importante de Iztacalco es la Procesión del Corpus. Por lo general comienza a la una de la tarde con el lanzamiento de cohetones y campanas al vuelo. Durante el Santo Jubileo, el 22 de agosto, se juntan todos los habitantes y ponen portadas florales en sus templos. Ésta es una de las tradiciones más sólidas de Iztacalco, heredada de generación en generación. La creatividad se manifiesta en los armazones de madera, la combinación de colores, el diseño de la portada y el hábil manejo de las flores, semillas, frutas, dulces y hasta juguetes que la conforman. Un sitio de gran tradición en el Pueblo de Ixtacalco es la pulquería Los hombres sin miedo, ubicada en calzada De la Viga 765, en el Barrio de San Francisco Xicaltongo.
Fuente visitada mexicodesconocido.com.
martes, 23 de julio de 2013
LA RUTA DE LA PLATA
La Ruta de la Plata, forma parte del Camino Real que durante el virreinato de la Nueva España tuvo como función comunicar la Real de Minas de Nuestra Señora de los Zacatecos (Zacatecas) con la ciudad de México.
Su nombre se refiere a que por este camino pasaban las recuas de mulas con la plata que le correspondía al Rey de España. En particular la expresión Quinto del Rey o Quinto Real suele hacer referencia a un impuesto del 20% establecido en 1504 por la Corona de Castilla sobre la extracción de metales preciosos, principalmente el oro y la plata, y otros artículos dentro de los territorios de lo que fue la América española.
Las caravanas, en un principio mensuales, solían estar acompañadas por soldados debido a las amenazas que por mucho tiempo presentaron las tribus nómadas del Norte de México. Las caravanas llevaban a la Ciudad de México la plata extraída tanto en Zacatecas, como en los ahora Estados de Chihuahua y Durango .
El camino comenzaba, en el actual barrio de San Ángel, Distrito Federal. La ruta seguía hacia el Norte hasta Querétaro. De ahí, seguía por dos ramales que evitaban pasar por territorio Otomí. El ramal sur pasaba por Guanajuato , Aguascalientes y de ahí a Zacatecas. El ramal norte, más árido y peligroso, pasaba por la región del “Gran Tunal’’ San Luis Potosí y Zacatecas. La actuales carreteras federales 43, 44 45 y 49 tienen su origen en esta ruta.
Fue trazada por Beato Sebastián de Aparicio en 1542, el mismo que mandó a hacer la Ruta México- Acapulco en 1540 y el Correo Real, la ruta que comunicaba del puerto de Veracruz a Orizaba, Puebla y la Ciudad de México.
Fuente visitada.
Wikipedia.
viernes, 19 de julio de 2013
EL TEPONAZTLI DE XICOTEPEC
El Teponaztli de Xicotepec, legado de nuestros antepasados indígenas, es un instrumento musical de dos lengüetas que no tiene semejante en ninguna otra parte del mundo prehispánico; es un cilindro de madera de ébano, ahuecado y abierto en la parte inferior, cuya longitud es de 40 cm. por 13 cm. de altura, aproximadamente.
Es una figura zoomorfa hermosísima pieza tallada y realizada en madera preciosa de ébano, probablemente hecha por artistas locales dirigidos por toltecas, totonacos o acolhuas que aquí se asentaron, algunos peritos del Instituto Nacional de Antropología e Historia le atribuyen una antigüedad de 600 años; esta pieza representa un mono saraguato descansando, ornamentado con orejeras y gargantilla sacerdotales, tenía ojos de jade, la parte superior tiene dos aberturas (lengüetas) longitudinales a la mitad del instrumento, las que al tocarse con una baqueta producen dos notas agudas de sonido distinto que se escuchan a considerable distancia. En el costado derecho presenta un grabado hecho en el siglo XVI con la imagen del águila Tenochca atravesada por un dardo, simboliza la toma de Tenochtitlan por los conquistadores españoles. Descansa sobre una madera ornamentada con relieves que tienen relación con los ritos ceremoniales, registros calendáricos y astronómicos.
Nuestros antepasados lo usaron para acompañar los funerales de sacerdotes y adivinos, para alertar a los pobladores en los casos de peligro, como tambor de guerra, para ritos, ceremonias y fiestas; en los bailes era acompañado de flautines, sonajas, tambores cubiertos con cuero de venado, caracolas marinas y caparazones de tortuga que tocaban con astas de venado, ejecutaban música propia de esta región. Este instrumento ritual de percusión se usa para acompañar al sacerdote durante las ceremonias religiosas que se realizaban en la cúspide de La Xochipila. Actualmente, cada año, el 24 de junio a las doce horas, resulta muy emocionante escuchar el toque del Teponaztli que en su lamento nos dice “Todos los indios ya estamos aquí”. Esta reliquia sólo es tocada por el mayordomo quién, según la tradición, fue enseñado por los espíritus.
Fuente visitada. visitaxicotepec.com
domingo, 7 de julio de 2013
COYOACÁN (Lugar donde nació mi padre)
Se sabe que la población de Coyoacán fue fundada por los colhuas de Culhuacán quienes, en el siglo VII (hacia el 670 d.C.), la tenían como tributaria. Aunque poco después recobró su independencia, más adelante fue subordinada de los tepanecas de Azcapotzalco y terminó sometida por el imperio mexica. Los bellos paisajes que ofrecía Coyoacán, “lugar de quienes tienen coyotes”, con sus abundantes manantiales, huertos, sembradíos y flores multicolores sedujeron a Hernán Cortés, quien estableció aquí el primer Ayuntamiento, que regiría brevemente la capital de la Nueva España tras la conquista de Tenochtitlan. Franciscanos y dominicos se encargaron de evangelizar el lugar: pequeñas capillas y hermosos templos fueron levantados junto a grandes mansiones barrocas que aún están en pie.
Entre los acontecimientos importantes que tuvieron lugar en esta zona en el siglo XIX, está la Batalla de Churubusco contra Estados Unidos. Sin embargo, en los años treinta del siglo XX Coyoacán seguía siendo un pueblo pintoresco, compuesto por sus haciendas, ranchos y zonas ejidales; esto lo llevó a ser reconocido como Zona Típica y Pintoresca el 5 de octubre de 1934. La vocación cultural de Coyoacán se forjó a lo largo del siglo pasado cuando una serie de artistas, escritores, historiadores y científicos hicieron de este sitio su punto de reunión y algunos, incluso, se mudaron a vivir aquí.
Anécdotas del lugar-
Por su ambiente mágico, su vegetación abundante, su tranquilidad y sus características provincianas, llegaron a residir en la antigua villa de Coyoacán numerosas personalidades de la talla de los escritores José Juan Tablada y Rubén M. Campos, el pionero investigador del arte mexicano Manuel Toussaint, el maestro y gran cronista Salvador Novo, el destacado pintor José Chávez Morado, los renombrados artistas Dolores del Río, Emilio “Indio” Fernández, Frida Kahlo, Manuel Álvarez Bravo, Diego Rivera, y el exiliado político León Trotsky, entre muchos otros.
Tómalo en cuenta-
Algunos comercios de Coyoacán son tan conocidos y tradicionales que, por sí solos, representan un motivo para ir a su encuentro. La famosa cantina-restaurante La Guadalupana data de 1932; el bar-cervecería La Puerta del Sol recibe a los parroquianos desde 1918; y los Helados Siberia, los más famosos de Coyoacán, deleitan a los visitantes desde 1930 con sabores tradicionales y exóticos. Se suman a este grupo el café El Jarocho y sus sucursales, el Bazar Artesanal Mexicano -con una variada muestra de productos- y el Mercado de Antojitos, donde las quesadillas, sopes, tacos, pambazos, pozole y demás suculencias mexicanas están a la orden.
SITIOS DE INTERÉS-
1. En la esquina que conforman la calle principal, conocida como Francisco Sosa (y llamada tiempo atrás Calle Real), con la avenida Universidad se encuentra la pequeña Capilla de Panzacola, construida a fines del siglo XVIII, y cuya fachada preside la figura de San Sebastián; su ábside semicircular llama la atención porque recuerda a los torreones medievales de los castillos europeos.
2. A un costado de la Panzacola, se conserva un antiguo puente fechado en 1763, y que aún, libra en el lugar, el paso de las aguas del río Magdalena. La Capilla y el puente conforman un conjunto que ¡no puedes dejar de conocer!
3. A lo largo de la misma calle (Francisco Sosa), podrás conocer algunas residencias de personajes famosos, como la de Miguel Ángel de Quevedo , en la esquina con Panzacola...
4. ...así como la Casa del Sol, donde se dice que Venustiano Carranza redactó parte de la Constitución Política de 1917.
5. La Casa Alvarado es uno de los íconos de Coyoacán; fue una quinta colonial durante el siglo XVIII y su fachada destaca por la serie de ajaracas –elementos ornamentales de estilo mudéjar– que la revisten. En 1713 perteneció a un comerciante de apellido Alvarado, por eso lleva su nombre y no el del conquistador como suele creerse; el gran poeta Octavio Paz vivió los últimos días de su vida en ella y actualmente es sede de la Fonoteca Nacional.
6. Por la misma calle Francisco Sosa, circulaba -durante la primera mitad del siglo XX- el tranvía, cuya estación, es hoy una elegante tienda de vinos y carnes frías. ¡No dejes de visitarla!
7. Para tomarte un breve descanso, el lugar ideal es la acogedora y arbolada Plaza de Santa Catarina.
8. En uno de los costados de la Plaza de Santa Catarina se encuentra la Capilla de Santa Catarina de Siena, que data del siglo XVII.
9. Frente a la Plaza de Santa Catarina, una finca de grandes proporciones aloja la Casa de la Cultura Jesús Reyes Heroles, de 1780, cuando se estableció aquí una fábrica de papel; sus jardines se ven poblados de fresnos, álamos y jacarandas, típicos de los jardines de Coyoacán. ¡Te encantará!
10, 11 y 12. Tres inmuebles más figuran en el último tramo de la antigua Calle Real, de enormes árboles de grandes raíces y frondas: el del Instituto Italiano de Cultura (10), erigido entre los siglos XVII y XVIII; la Casa de Francisco Sosa (11), el “virrey de Coyoacán”, construida en el siglo XIX; y la Casa de Diego de Ordaz (12), considerada, para muchos coyoacanenses, la más bonita de la calle. Fue construida en el siglo VXIII, y bajo los desagües de piedra en forma de cañón destaca una serie de dibujos hechos por manos indígenas.
13 y 14. Al llegar al centro de Coyoacán nos reciben dos arcos de piedra sostenidos por un par de pilastras adosadas a un muro y hermosamente talladas por manos indígenas en el siglo XVI; se trata de uno de los accesos que tenía el antiguo atrio de la Parroquia de Coyoacán, convertido en el Jardín Centenario, cuya fuente al centro reafirma el nombre de este lugar con las figuras de un par de coyotes.
15. Cruzando la calle de Centenario estarás frente a la Parroquia de San Juan Bautista, una de las más antiguas de la Ciudad de México, cuya portada fue terminada en 1582. Construida por los dominicos, tenía tres naves o corredores interiores, hasta que en 1933 fueron reducidas a una sola nave techada con una enorme bóveda donde el artista Juan Fabregat pintó escenas de la vida de Jesús en llamativos medallones.
16, 17, 18 y 19. Tras un proceso de restauración, el Jardín Hidalgo, corazón de Coyoacán, vuelve a recibir a miles de visitantes cada fin de semana; sobresalen en él el famoso quiosco, construido en Francia a fines del siglo XIX; la escultura de Miguel Hidalgo hecha por el escultor Luis Arias; la obra titulada La familia de Josué Morales; y un retoño del árbol del Tule, de Oaxaca, sembrado en el costado norte. Frente al quiosco se ubica la Casa de Cortés, hoy Delegación Coyoacán, erigida hacia 1755; destaca su pequeño pórtico que lleva la campana utilizada los días 15 de septiembre para dar el Grito de Independencia. En su interior, la Capilla del Registro Civil luce una portada con un atractivo arco mixtilíneo barroco y alberga dos frescos del pintor Diego Rosales: La Conquista y El tormento a Cuauhtémoc.
20. Ahora toma la Calle de la Higuera, que debe su nombre al árbol que sembró en su predio el comerciante español Ginés Segovia; llamó tanto la atención de los vecinos, que muchos de ellos sembraron una especie igual en los jardines de sus casas. Al final de esta vía apreciarás la Casa Roja o de la Malinche, otro inmueble del siglo XVIII, cuya fachada muestra las ajaracas como ornamentación. La leyenda dice que en este predio Cortés asesinó en 1522 a su primera esposa, Catalina Juárez, tras su llegada a la Nueva España.
21. Frente a la casa Roja tenemos la Plaza de la Conchita, uno de los rincones más acogedores de Coyoacán; los historiadores afirman que aquí estuvo el centro ceremonial prehispánico de Coyohuacan y, por lo tanto, el asentamiento original de los españoles.
22. Cortés mandó construir en esta plaza una capilla provisional, donde se celebró la misa en la que doña Marina -la Malinche- hizo sus primeras oraciones. El templo actual data del siglo XVIII y fue dedicado a la Purísima Concepción; su atractiva fachada luce una serie de motivos florales.
23. Varios museos complementan este paseo por calles y jardines de Coyoacán, como el Museo Frida Kahlo o Casa Azul, donde se exhibe lo más importante y representativo de la obra pictórica de esta gran artista, así como su colección de 2,000 retablos y ex votos, vestimentas, utensilios de uso común y mobiliario.
24. Para los amantes de la acuarela, nada mejor que el Museo Nacional de la Acuarela instalado en una casa con hermosos jardines; éste ofrece al visitante un gran acervo de acuarelas mexicanas que van desde la época prehispánica hasta la actualidad.
25. En el Museo Nacional de las Culturas Populares, tienen cabida las diversas expresiones artísticas del pueblo mexicano a partir de 1982. ¡No te lo puedes perder!
Fuente visitada. mexicodesconocido.com.
viernes, 28 de junio de 2013
LA GUELAGETZA 2013
Origenes y descripciones de algunos bailes de la Guelaguetza.
1. Presentación de la Diosa Centéotl Durante la época prehispánica se le ofrecían homenajes a la representante de la Diosa del Maíz para obtener buenas cosechas en temporadas de lluvias, en 1969 se realizo un certamen de belleza indígena con las integrantes de las delegaciones participantes en la Guelaguetza, la ganadora representaba a la Diosa del Maíz y precedía las Fiestas del Lunes del Cerro.
En la actualidad las fiestas del Lunes del Cerro comienzan con la elección de la Diosa Centéotl y es presentada al inicio de la Guelaguetza.
2. Convite de chirimías de Valles Centrales La chirimía es una corneta pentafónica de madera con una lengüetilla en su interior, fue traída a Oaxaca por los españoles. Actualmente los Oaxaqueños conocemos a la Chirimía a un conjunto musical que además de la corneta tiene trompetas y flautas de carrizo.
Durante los dos Lunes del Cerro La Chirimía recorre la ciudad interpretando las mañanitas oaxaqueñas, el recorrido inicia en la Catedral de Oaxaca y finaliza en el Auditorio Guelaguetza. Bailes Presentados en La Guelaguetza
1. Chinas Oaxaqueñas: El Jarabe del Valle. Son las mujeres de los barrios de la ciudad de Oaxaca “En la nariz de la huajes” que portando canastas enfloradas con motivos cristianos, protagonizan una de las tradiciones mas arraigadas del pueblo oaxaqueño: las “CALENDAS”, conformadas por una banda de música, marmotas, monos de calenda y gente del pueblo portando faroles, al llegar al escenario bailan con alegría el Jarabe del Valle y con ellas se comienza a ofrendar la Guelaguetza.
2. San Jerónimo Tecoátl: Compadrazgo Tecoalteco. Llega la presentación se San Jerónimo Tecoátl y con ellos la representación de la ceremonia del bautizo y principalmente la responsabilidad y hermandad que nace del compadrazgo.
3. San Andrés Solaga: Boda Solagueña. Esta delegación nos ofrece la representación de la boda al estilo antiguo, donde el casamiento se concertaba con el acuerdo de los papas de los novios.
Esto sucedía cuando ellos decidían buscarle pareja a su hijo o se le preguntaba si alguna chica le gustaba, se acudía a ver los papas de la joven y si estos aceptaban se cerraba el trato con una botella de mezcal y cigarros.
Entonces los papas del novio se comprometían a realizar la boda con los preparativos: fecha, padrinos (comúnmente del bautizo), lista de familiares invitados, entre otros preparativos.
Alrededor de tres días antes de la boda la comunidad y los familiares acuden a la casa de los novios para iniciar con los preparativos: las mujeres preparan el nixtamal, tamales, caldo de res, champurrado etc. Los hombres decoran al altar en donde estarán los novios con hojas de maple y helechos, se preparaba el patio con sarcina, además lo cubrían con manta protegida con cera para que no pasara la lluvia y el sol, se colocaban imágenes religiosas en el altar y tendían tapetes en el suelo para que los invitados se sentaran.
Todo este preparativo se puede apreciar en la Guelaguetza.
4. San Juan Bautista Valle Nacional: Fiesta Tabacalera. Baile presentado como tercer número, su significado es la alegría de los habitantes chinantecos de Valle Nacional por la buena cosecha de tabaco, principal producto agrícola de este lugar, su gran resplandor ocurrió durante los años 1870 a 1986.
5. Miahuatlan de Porfirio Díaz: Sones Miahuatecos. “Lugar de Espigas de Maíz”, la música de esta población reúne la característica de ser antigua, popular y anónima transmitida de generación en generación en forma oral; la versión que se presenta en la Guelaguetza fue realizada por el maestro Ranulfo Vera Ruiz y contiene famosos sones: El Palomo, El Guajolote y el Zaranananay, el cual es el mas conocido de esta delegación.
6. San Pablo Villa de Mitla: Fandango Mitleño. Las bodas e Mitla se realizan los sábados y domingos, estas las inician los ahuehuetes al llegar los invitados con su Guelaguetza (apoyo económico o en especie a los señores de la casa) recibiendo a cambio cigarros, mas tarde se realiza el ritual con la “Entrega de la novia” llevando como marco costumbrista la hierba de fandango, la música y el canto.
7. Santo Domingo Tehuantepec (Cerro del Tigre) Estos sones se interpretan en las fiestas tradicionales, especialmente en las conocidas como Velas. Su origen es antiquísimo, alude a la celebración de las conmemoraciones solemnes, cuando se realizaba la entrega de las velas elaboradas con gran anticipación para iluminar los templos. Uno de los más importantes sones istmeños es La Sandunga, al parecer es de origen español, fue presentada por primera vez en la Ciudad de México en 1850 en el Teatro Principal, años después Máximo Rámon le compuso letra y la llevo a Tehuantepec.
8. Huajuapan de León: Jarabe Mixteco. Bailes que se presentaron en lo que se considera la primera Guelaguetza, fue en 1932 en el homenaje racial donde esta delegación llego representando a la Mixteca, el baile consta de siete sones y danzas regionales:
*Jarabe Inicial
*Zapateando
*Chandee
*Palomo Mixteco
*Guajacando
*Toro
*Jarabe Final.
Algunos de estos sones datan de la época del virreinato, la recopilación de la música la realizo el profesor Antonio Martínez Corro y la recopilación de pasos coreográficos el señor Cipriano Villa Hernández
9. San Vicente Coatlán: Jarabe Chenteño. .Este jarabe se interpreta en la población y se presenta tal cual en la Guelaguetza, consta de:
*Jarabe Inicial (se realiza la introducción al baile)
*El Palomo (Baile en el que se busca darle un beso a la pareja)
*La Culebra (Baile donde se lanzan versos picarescos.)
10. San Bartolo Coyotepec, Villa de Zaachila y Cuilapan de Guerrero, San Martín Tilcajete, San Jerónimo Tlacochahuaya: Danza de la Pluma. La Danza de la Pluma es una de las muchas danzas de la conquista que se bailan en México, esta compuesta por marchas, himnos, pasos dobles y sones, en ella se representa la conquista de los aztecas por parte de los españoles.
En la Guelaguetza se presenta únicamente el bando de los aztecas, los cuales van encabezados por Moctezuma. El origen de la música y coreografía es producto tanto de los indígenas oaxaqueños como de los misioneros dominicos españoles.
11. San Juan Bautista Tuxtepec: Flor de Piña. Sin duda el baile favorito del publico, fue en 1958 cuando el Gobernador del Estado envió a Tuxtepec una la partitura Flor de Piña para que se le creara una coreografía, fue la profesora Paulina Solís Ocampo quien tubo la tarea de crear esta danza con varias mujeres Tuxtepecanas..
Huipiles de Ojitlan, Jalapa de Díaz, Valle Nacional, Ixcatlan, Soyaltepec y Usila, llevando en el hombro una piña de Loma Bonita, de esta manera es como se presento por primera vez Flor de Piña en la Guelaguetza de 1958.
12. San Pedro Pochutla: Sones de Pochutla. En esta población de la Costa no se acostumbras las chilenas, su música preferida son los sones, cuyo origen se desconocen. Aunque se puede presumir que surgen de la importancia de algunos animales característicos de la zona. Los sones Pochutecos basan su ritmo en la batería, la interpretación del violín le da su característica particular.
13. Santiago Jamiltepec: Sones y Chilenas. La costa oaxaqueña, es trópico ardiente y lujurioso, en el que la atracción sensual se manifiesta en una serie de movimientos y zapateados donde los hombres tratan de lucirse ante sus parejas para recibir el coqueteo clásico de la mujer costeña.
Este baile es uno de los mas aplaudidos en la Guelaguetza y arranca mas de una gran sonrisa a los visitantes con sus ardientes versos
Fuente visitada. www.viveoaxaca.org
lunes, 24 de junio de 2013
LA DANZA EN MÉXICO
La danza de los pueblos de México tiene un conocimiento sagrado hacia los fenómenos naturales, deidades, seres vivos y la cotidianidad de la vida. La música o el sonido de algún objeto acompañan el movimiento corporal del ser humano para expresar su sentir por el movimiento de su cuerpo. La Danza del Venado es una danza ritual celebrada por los indios yaquis y mayos de los estados mexicanos de Sinaloa y Sonora. Esta danza es una dramatización de la cacería del venado, héroe cultural de estos pueblos, por parte de los paskolas (cazadores).
Durante la colonia los hacendados españoles y criollos realizaban magníficas fiestas para el Carnaval; a estas fiestas les estaba negado el acceso a los mestizos e indígenas. Durante las fiestas los más ricos hacían un alarde de riqueza utilizando ropas recargadas de adornos y telas. A manera de sátira las castas segregadas comenzaron a realizar disfraces y celebraciones para parodiar a los blancos; para ello utilizaron máscaras rosadas con un mentón muy prominente (para no ser reconocidos), trajes a imitación de los suntuosos utilizados por los blancos con una exagerada ornamentación de espejos, cuentas y chaquiras así como sombreros cónicos. Entre las danzas más destacadas están la de los chinelos en Morelos, los parachicos en Chiapas y los carnavales de Tlaxcala.
Durante la colonia el jarabe se fue propagado por buena parte del occidente, centro y sureste de México. La razón de que se haya impuesto este nombre tanto al baile como a la danza que lo acompaña es incierta. Se ha propuesto, por ejemplo, que se trate de una palabra de origen árabe con la que se designa felicidad o fiesta. También se ha planteado la posibilidad de que el nombre del género provenga de su carácter de mezcla de varios aires musicales en una sola pieza. Los carnavales son otra herencia cultural europea con una sincretismo de hispanidad e indigenismo muy marcado, los carnavales fue la expresión popular de comparsas y música pagana para manifestar el sentimiento del pueblo antes de comenzar las celebraciones de la Semana Santa; así, se muestran las raíces prehispánicas en el Carnaval de Tenosique en Tabasco, la imagen del rostro español se muestra en las danzas coloniales y comparsas carnavalescas de chinelos en Morelos, huehues en Tlaxcala y de parachicos en Chiapas. Desde el año de 1849 se celebra el Carnaval de Chimalhuacan uno de los más antiguos del país. Otros carnavales mexicanos de gran importancia son: el Carnaval de Tlaxcala que destaca por sus elementos hispánicos e indígenas.
De todos los jarabes mexicanos, el más conocido a nivel internacional quizá sea el jarabe tapatío, originario de Jalisco, y ejecutado por el conjunto denominado mariachi. Existen otros jarabes mexicanos como el jarabe michoacano, el jarabe guerrerense, el jarabe mixteco o el jarabe mazahua. En el porfiriato llegan ritmos provenientes de Europa como las polkas y mazurcas bailadas en Polonia y la antigua Checoslovaquia que se adaptan al baile popular de los norteños de México, en la península de Baja California se bailan los chaveranes que provienen de Arkansas en los Estados Unidos. El vals que llegó de Austria y se propagó entre la sociedad mexicana de la época adquiriendo una identidad propia en este país. El danzón, el son cubano y el pasodoble se incorporaron rápidamente al baile popular de los mexicanos, las orquestas y bandas de vientos acompañan el paso de estos bailes.
Fuente visitada. Wikipedia.
jueves, 20 de junio de 2013
LAS GUITARRAS DE PARACHO
¿Por qué su fama a trascendido fronteras? Te preguntarás... al igual que yo. Al llegar me dispuse a encontrar la respuesta. ¿Cómo es que podría convencer a alguien de comprar una guitarra de aquí y no una hecha en China que cuesta mucho menos? Encontré, después de mucho preguntar, que las importadas de China −incluso varias de Paracho− no pueden ser usadas para aprender, porque no se pueden afinar correctamente. La más económica de las guitarras finas que se fabrica en Paracho es la de caobilla, con tapa de pinabete y brazo de granadillo (1,000 pesos según el fabricante). Una de las tantas diferencias entre éstas y las chinas, por ejemplo, son precisamente las maderas con las que se arman.
Hay dos tipos de guitarras finas de Paracho: la de cedro y la de paloescrito, ambas con tapa de pinabete. La de cedro da un tono agudo y la de paloescrito, el grave y permite una mayor claridad, sobre todo en los bajos de la música de concierto.
El cedro mexicano es único en el mundo y en cualquier parte se distingue cuando un mariachi está usando una guitarra de cedro fabricada en Paracho.
En el caso de la música clásica, la mejor opción es la guitarra de paloescrito, reforzada, con doble filete, es decir con doble refuerzo en los bordes, y de preferencia con maquinaria dorada (2,000 a 3,500 pesos). Me gustó mucho que me dieran el siguiente consejo: “Una guitarra fina, con tapa de pinabete, jamás se pinta, solo se barniza”.
Con todo esta información sobre la materia prima y sus secretos, quise saber quién las hace. En la actualidad y con todo el rigor de la palabra, existen en Paracho diez grandes maestros y cerca de 150 constructores: 46 de guitarras de concierto, 57 de estudio y 30 de popular.
Aquí también se come rico-
Las tradiciones culinarias en este pueblo de artesanos ofrecen al turismo cultural grandes sorpresas, degustar el atapakua es una experiencia a los sentidos que no se debe perder ningún mortal. Es un guisado de origen prehispánico que pasó a nuestros días favorablemente; con tomatillo se hace un caldo, la flor de calabaza y la carne de cerdo frita hacen el resto. Las famosas corundas no se quedan atrás, rellenas de rajas o flor de calabaza. Lugar de fomento y continuidad cultural.
Para tener una idea de cómo se vive en Paracho artísticamente, quedan de muestra las convocatorias anuales: Concurso Estatal del Juguete Popular Mexicano, este se hace a través de la Casa de las Artesanías del Estado en coordinación con el Ayuntamiento de Paracho y el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías; el Concurso Nacional de Constructores de Guitarra, bajo los mismos coordinadores. El Concurso Tradicional de Danzas Regionales y el Concurso Tradicional de Bandas, dentro de la Feria Internacional de la Guitarra que los auspicia. Estos eventos se celebran en la primera quincena de agosto.
Por: Alcibíades Zaldívar
Fuente visitada. mexicodesconocido.com.
miércoles, 12 de junio de 2013
LA CUEVA DE LA OLLA
Es un sitio arqueológico ubicado en el interior de un abrigo natural que forma parte de un conjunto de sitios semejantes, dentro del Valle de las Cuevas. La Cueva de la Olla recibió este nombre porque cuenta con una estructura redondeada que se encuentra al frente de las demás construcciones. Se trata de un granero de grandes dimensiones, cuya forma recuerda a la de una gran vasija. Cabe señalar que graneros semejantes fueron localizados en sitios dispersos en cuevas de la Sierra Madre Occidental. Una de las particularidades del Valle de las Cuevas es la presencia de un sitio donde se ha detectado una secuencia de ocupación muy larga. Ahí habitaron grupos humanos que utilizaban un ancestro del maíz que se remonta aproximadamente a 5500 a.C.
Mucho más tarde algunos grupos humanos que vivían fundamentalmente de la recolección de plantas silvestres entraron a la región desde el norte, siguiendo la Sierra Madre Occidental; utilizaron los vegetales, aprovecharon las especies animales menores, como los guajolotes; ocuparon la sierra y gradualmente se dispersaron a lo largo de los ríos, dando lugar a la llamada cultura de Paquimé o de Casas Grandes, cuyos primeros pobladores fueron recolectores en proceso de sedentarización. La Cueva de la Olla corresponde a una fase de ocupación anterior llamada Perros Bravos (950 a 1060 d.C.). En el área se han encontrado vestigios de la cultura mogollín, restos de cerámica de tipo sencillo y otros materiales de tipo suntuario, más escasos, propios de la cultura de Paquimé. Los constructores del sitio debieron ser aldeanos que además de aprovechar intensamente el medio ambiente, como puede verse en los vestigios localizados en los recintos, cultivaron el maíz, calabaza y frijol, para ello establecieron un sistema de aprovechamiento comunal. Debido a la necesidad de almacenar alimentos para la época de invierno edificaron el enorme granero que todavía puede verse en pie, aunque muy deteriorado.
El grupo que habitó en la Cueva de la Olla debió estar formado al menos por 30 individuos que se organizaron para trabajar en las áreas más planas de la región, propias para el cultivo; dispusieron de agua corriente todo el año gracias al arroyo cercano y acumulando su producción en el granero, para proveerse durante por lo menos 170 días. Además consumieron productos silvestres como bellotas y palmas.
Fuente visitada.
visitingmexico.com.
WIKIPEDIA.
Mucho más tarde algunos grupos humanos que vivían fundamentalmente de la recolección de plantas silvestres entraron a la región desde el norte, siguiendo la Sierra Madre Occidental; utilizaron los vegetales, aprovecharon las especies animales menores, como los guajolotes; ocuparon la sierra y gradualmente se dispersaron a lo largo de los ríos, dando lugar a la llamada cultura de Paquimé o de Casas Grandes, cuyos primeros pobladores fueron recolectores en proceso de sedentarización. La Cueva de la Olla corresponde a una fase de ocupación anterior llamada Perros Bravos (950 a 1060 d.C.). En el área se han encontrado vestigios de la cultura mogollín, restos de cerámica de tipo sencillo y otros materiales de tipo suntuario, más escasos, propios de la cultura de Paquimé. Los constructores del sitio debieron ser aldeanos que además de aprovechar intensamente el medio ambiente, como puede verse en los vestigios localizados en los recintos, cultivaron el maíz, calabaza y frijol, para ello establecieron un sistema de aprovechamiento comunal. Debido a la necesidad de almacenar alimentos para la época de invierno edificaron el enorme granero que todavía puede verse en pie, aunque muy deteriorado.
El grupo que habitó en la Cueva de la Olla debió estar formado al menos por 30 individuos que se organizaron para trabajar en las áreas más planas de la región, propias para el cultivo; dispusieron de agua corriente todo el año gracias al arroyo cercano y acumulando su producción en el granero, para proveerse durante por lo menos 170 días. Además consumieron productos silvestres como bellotas y palmas.
Fuente visitada.
visitingmexico.com.
WIKIPEDIA.
viernes, 31 de mayo de 2013
SE DESPIERTA "DON GOYO" - (POPOCATÉPETL)
Popocatépetl es un estratovolcán, y los estudios paleomagnéticos que se han hecho de él indican que tiene una edad aproximada de 730 000 años. Su altura es de 5500 msnm, es de forma cónica, tiene un diámetro de 25 km en su base y la cima es el corte elíptico de un cono y tiene una orientación noreste-suroeste. La distancia entre las paredes de su cráter varía entre los 660 y los 840 m.
El Popocatépetl ha estado desde siempre en actividad, a pesar de haber estado en reposo durante buena parte de la segunda mitad del siglo XX. En 1991 se inició un incremento en su actividad y a partir de 1993 las fumarolas eran ya claramente visibles desde distancias de alrededor de 50 kilómetros.
Además, existe una gran cantidad de registros desde la antigüedad sobre los periodos de actividad del volcán, e incluso está registrada una erupción en 1927, que fue artificialmente provocada por la dinamitación del cráter para extraer azufre del mismo. La última erupción violenta del volcán se registró del 18 al 19 diciembre de 2000. El 25 de diciembre de 2005 se produjo en el cráter del volcán una nueva explosión, que provocó una columna de humo y cenizas de 3 kilómetros de altura y la expulsión de lava.
En vista de que la lava puede salir por cualquier fisura que se produzca en sus laderas y no sólo por su cráter, es difícil conocer por adelantado cuáles serían las zonas afectadas en caso de erupción. Lo más que se puede decir es que si la lava saliera del lado norte o noreste, o este y sureste, el estado de Puebla se vería afectado. Si saliera del lado sur se vería afectado el estado de México y posiblemente el estado de Morelos, y si saliera del lado oeste y suroeste se vería afectada la región en donde se encuentra la población de Amecameca. El área de la superficie afectada dependerá de la viscosidad de la lava. Como última posibilidad teórica, si se llenara el cráter con lava (hecho poco probable), ésta se desparramaría por el lado noreste, dirección en que se encuentra el borde más bajo del mismo.
Las zonas que serían afectadas por las cenizas y los gases del Popocatépetl dependerían de la dirección de los vientos, principalmente a la altura del cráter. A grandes rasgos, se puede decir que si las emisiones ocurrieran de noviembre a abril, el valle de Puebla sería el afectado. Si la erupción ocurriera de junio a septiembre, la región sur del estado de México y el estado de Morelos serían las regiones de mayor riesgo, aunque también podría sufrir daño el extremo sur del Distrito Federal (México)
El primer ascenso registrado a este volcán fue hecho mucho antes de la época del Imperio Mexica en 1289, por los Tecuanipas ; el segundo ascenso hecho por los españoles fue dirigido por Diego de Ordás en 1519, para conseguir azufre para su pólvora. El Popocatépetl ha sido uno de los volcanes más activos de México.
Fuente visitada. Wikipedia.
jueves, 30 de mayo de 2013
CHIAPA DEL CORZO (LOS PARACHICOS)
Cada año, del 8 al 23 de Enero la Ciudad de Chiapa de Corzo celebra su Fiesta Grande de Enero y este año 2011, lo hace con mayor orgullo ya que su personaje principal el Parachico integró el 16 de Noviembre de 2010 la codiciada Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO.
Esta alegre celebración que rinde honor a tres patronos: El Señor de Esquipulas, San Antonio Abad y San Sebastián Mártir, tiene su origen en la época Colonial y está estrechamente relacionada con una adinerada señora llamada doña María de Angulo.
Se cuenta que doña María de Angulo llegó desde Guatemala al Pueblo de la Real Corona de Chiapa de Indios, actual Chiapa de Corzo, en busca de una cura para su hijo que padecía de una extraña enfermedad. Después de examinar el niño, un hierbero de Cerro Brujo le sugirió llevarlo a los baños del Cumbujuyu (lugar de jabalí) para que durante nueve días se bañara en sus aguas. La señora dio su consentimiento y al cabo de nueve días su hijo se curó. Posteriormente, durante los años 1767 y 1768, el pueblo sufrió una terrible plaga que acarreó una fuerte hambruna seguida por una devastadora epidemia. Al enterarse de la triste noticia, doña María de Angulo regresó a la localidad para distribuir maíz, frijol, frutas, verduras y dinero ayudada por sus criados.
Personajes de la Gran Fiesta de Enero: Los Parachicos o Parachico son danzantes tradicionales que con su máscara finamente tallada en madera de rostro europeo de ojos claros, azules o verdes, con barba de candado, y su sombrero una montera de fibra de ixtle a manera de peluca que asemeja un cabello rubio y de la cual cuelgan listones, representan a los españoles de la época de la conquista. Su atuendo está compuesto por una camisa y pantalón negros, un sarape multicolor y sonajas llamadas chinchines que dan ritmo a sus bailes. Durante 6 días (15,17,18,20,22 y 23 de Enero), los Parachicos recorren bailando, cantando y rezando con alegría las calles de Chiapa de Corzo; Las Chuntáes (chuntá, palabra de origen chiapaneca que significa criada) son personas del sexo masculino que se disfrazan de mujer para imitar a las antiguas sirvientas de doña María de Angulo.
Si bien la Fiesta Grande de Enero se celebra todos los días durante dos semanas, sus días más representativos son los siguientes: 08 de Enero: Anuncio de las Chuntáes; 15 de Enero: Primer día de Parachicos y Día del Señor de Esquipulas ; 17 de Enero: Día de San Antonio Abad; 18 de Enero: Visita de los Parachicos a los Patrones Difuntos; 20 de Enero: Día de San Sebastián Mártir; 21 de Enero: Combate Naval: Se trata de un espectáculo acompañado de juegos artificiales que se lleva a cabo en las aguas del Río Grande de Chiapa (El Grijalva); 22 de Enero: Desfile de Carros Alegóricos; 23 de Enero: Misa de despedida de los Parachicos en el Templo de Santo Domingo de Guzmán, conocido como la Iglesia Grande, y cambio de Prioste.
Fuente visitada travelbymexico.com
domingo, 19 de mayo de 2013
CUETZALAN: ENCANTO BAJO LA NIEBLA
Cuetzalan está asentado entre las estribaciones de la Sierra Madre Oriental, a poco más de 1,000 metros de altitud, por lo que goza de un clima cálido húmedo. Son 174 los kilómetros que lo separan de la ciudad de Puebla en un recorrido pintoresco, abundante de hermosos panoramas. Uno de los principales atractivos es su posición geográfica entre grandes y profundas barrancas siempre muy verdes, por las que corren ríos como el Apulco, Cuichati y Zoquiate, afluentes del río veracruzano Tecolutla. Sus habitantes producen uno de los cafés más aromáticos y reconocidos del país. En cada rincón de sus calles se asoma un hermoso paisaje que invita a recorrerlas y a descubrir su entorno.
Lo típico.
Cuetzalan se distingue por las prendas de algodón blanco, de hilo de artisela y de lana, también por las elaboradas en telar de cintura como sarapes, chales, jorongos, cambayas, cortinas y rebozos. Trabajan la madera para crear muebles, cruces de cedro, tambores, teponaxtles, sonajas, flautas, violines y máscaras. El domingo se exhiben en el tianguis diversidad de objetos, desde sombreros y cestos hasta piezas de cerámica y miniaturas de madera y trapo.
Conoce más.
La zona de Cuetzalan estuvo en un pasado poblada por aves de maravillosos colores, llamadas “quetzales” y ese es precisamente uno de los orígenes del nombre de esta población: “lugar abundante de quetzales”, cuyas plumas eran entregadas al pueblo azteca como tributo desde los tiempos del emperador Axayácatl, en 1475. Feria del Huipil 4 de octubre: Se celebra a San Francisco de Asís con música tradicional y danzas autóctonas como la de los Voladores, la de los Quetzales, la de los Santiagos y los Toreadores. Todas relacionadas con la cosmología indígena.
GASTRONOMÍA- La tradición culinaria de esta zona de la sierra combina elementos indígenas y españoles, de ahí resultan diversos platillos como la cecina ahumada acompañada de caldo de nahuatlaca, hongos y tlacoyos. En el tianguis de los domingos se encuentran los tamales pulacles rellenos de verdura y envueltos en hoja santa o en hoja de aguacate. Es común también el pan de rodeo y el café, derivado de los abubdantes cultivos de la región. En cuanto a bebidas está el vino local obtenido de las frutas maracuyá yolixpan.
Fuente visitada. mexicodesconocido.com.
jueves, 9 de mayo de 2013
EL NOPAL Y LA TUNA
Producción en México-
México es el mayor productor mundial de tuna, con 72.500 ha dedicadas a las tunas y 10.500 a los nopales. Existen más de 300 especies de tunas, pero para consumo sólo se utilizan 12. Opuntia ficus-indica es la única que se cultiva para consumo humano y animal.
Su cultivo se realiza en tierras de poca calidad y con escasez de agua. Diversidad de la planta en México Cada cultura prehispánica de México, en su respectivo idioma, llamaba y sigue llamando de forma diferente al nopal: Existe una gran diversidad de tunas, con una amplia gama de sabores y colores, que ofrecen una rica serie de posibilidades para la cocina.
Esas tunas se conocen en México con los nombres de: tuna cardona-, tuna camuesa-, tuna mansa-, tuna leonera-, tuna amarilla-, tuna teca-, tuna ranchera-, tuna tapona-, tuna palmita-, tuna pachona-, tuna chavena-, tuna duraznilla-, tuna pintadera-, xoconostle.
El fruto en sí es una excelente golosina refrescante, y el número de maneras de prepararlo tanto en guisos dulces como salados es tan diverso como la variedad de tunas. Se elaboran recetas, como la miel de tuna o melcocha, el queso de tuna, la mermelada, el colonche (pulque de tuna), el néctar o las tunas cristalizadas.
En México: la planta se llama nopal y el fruto, tuna (si es dulce) o xoconostle (si es agrio).
Fuente. Wikipedia
sábado, 4 de mayo de 2013
EL CRISTO ROTO DE LA ISLA
El Cristo Roto de la Isla es una escultura localizada en el municipio de San José de Gracia, Aguascalientes, en México. Mide 25 metros y está montada en una base de 3 metros de concreto premezclado y acero reforzado dando un total de 28 metros de altura, edificado en el corazón de la Presa Presidente Calles, en honor al antiguo pueblo Viejo.
Historia del Cristo Roto-
Sus orígenes se remontan al tiempo de la congregación de indígenas Chichimecas que provenían de inmediaciones de Tepatitlán, Jalisco. En aquel tiempo huían de las invasiones al reino de Michoacán realizadas por los españoles. Se establecieron en las faldas de la Sierra Fría, en un lugar que al paso del tiempo se llamaría de Martha, entre los años 1673 y 1675. En 1928, con motivo de la construcción de la Presa Presidente Calles, quedó suprimida la cabecera municipal, siendo decretada nuevamente en 1934 y confirmado como municipio en 1953.
La pequeña comunidad era conformada por dieciséis familias y subsistía de la caza, la pesca, corte y labrado de madera. Era encabezada por el indio Juan Domínguez. Ésta estaba conformada por hombres, mujeres y niños y su manera de vestir era Nahua de manta, cabello largo, usaban como arma de defensa el arco y la flecha, sus viviendas eran de piedra, barro y zacate. Fueron conformando su pequeña sociedad que comúnmente se les llamaba Jacales.
Dentro de los vestigios históricos más sobresalientes de la historia regional, se encuentran memorias del nombramiento al antiguo pueblo como San Joseph en honor del hijo del rey Fernando VII (Joseph Villaseñor) en 1862.
En la época de Independencia, el Cura Miguel Hidalgo y Costilla llegó a esta tierra dejando una huella imborrable en este pueblo dentro de la Ruta de la Libertad después de haber sido derrotado en el Puente de Calderón, el 19 de enero de 1811. Se refugia en los brazos de este acogedor nicho social por cinco días y posteriormente parte hacia la Hacienda de Pabellón de Hidalgo en dónde se le quita el mando como líder del movimiento Insurgente.
En la vida del pueblo sucedió un acontecimiento que cambió la forma de pensar de los habitantes y que sin duda alguna acrecentó la devoción religiosa en la cristiandad: la llegada del Señor Original, la imagen más querida y adorada por aquellos fieles moradores. Cuenta la leyenda que este Cristo llegó dentro de una caja de madera en una mula. Dicho animal después de vagar algunos días por las calles se dirigió hacia la puerta principal del templo. Ningún arriero era su dueño. Unos hombres al ver al animal afuera de la iglesia metieron la caja al lugar. Al destaparla se sorprendieron al ver lo que contenía: una hermosa imagen de Cristo Redentor Crucificado. Repicaron las campanas para reunir al pueblo, lo llevaron en peregrinación, lo aclamaron con cantos, rezos y oraciones, pedían por sus cosechas y la bendición para sus familias.
En 1926 iglesia y gobierno viven una abierta confrontación, la Guerra Cristera. Fuertes embates de Generales contra religiosos sucedieron en la serranía y en las calles de San José, todo esto por la lucha de un reparto justo de sus tierras. Dentro de este mismo año el gobierno del Presidente Plutarco Elías Calles decide construir la primera obra hidráulica del país, utilizando para ello los terrenos comunales y ejidales. La construcción duró aproximadamente un año, iniciando el 30 de mayo de 1927 y concluyéndose el 30 de junio de 1928. Esta gran cortina de concreto conformaría el Primer Distrito de Riego de Almacenamiento de Agua para la irrigación agrícola del bajío del Valle de Aguascalientes.
Pero el cauce de la Presa sería tan grande que aquel pueblo tan pequeño en donde la torre del templo se distinguía a lo lejos, sería arrasado por los niveles, llegando a una desaparición absoluta.
Para 1930 El Pueblo Viejo de San José había sido abandonado. Sin embargo, gracias a la decisión de personajes como Antonio Ventura Medina, Rafael González Guerra y Juan García, entre otros, de fundar un nuevo poblado y con la ayuda de ejidatarios que se disputaron la tierra para encontrar un lugar seguro para vivir, el pueblo resurgió como San José de Gracia.
Fuente visitada. Wikipedia.
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