Un verdadero oasis de paz y tranquilidad en la capital de México es el barrio de Santa Catarina, enCoyoacán.
Al sur de la ciudad de México se encontraba un antiguo asentamiento prehispánico llamado “Omac”, que significa “entre dos aguas”, aquí se levanta ahora la plaza de Santa Catarina, a un lado de la calle que tenia por nombre Camino Real, hoy Francisco Sosa.
Rodeada de hermosos árboles en la plaza se respira un ambiente de tranquilidad que refleja lo pintoresco de la zona. Posee un muro que data del siglo XVII y el busto del cronista Francisco Sosa (cronista e historiador de Coyoacán) que habito en esta zona en la casa con el número 38 de la calle Camino Real hasta su muerte, en 1923.
La capilla se remonta al siglo XVI y esta dedicada a Santa Catarina de Siena; era una capilla abierta o de indios, donde los naturales de la zona recibían servicios de evangelización que aquí brindaba la orden de frailes franciscanos.Para 1650 fueron tapiados los huecos de su fachada adquiriendo una fisonomía estilo barroco.
Un grupo de religiosos establecieron una cofradía bajo la advocación de Santa Catarina Virgen y Mártir, por lo que pensaron construir una casa que sirviera de hospital con su respectiva iglesia. Todo esto pasaba en 1536.
El 12 de enero de 1537, las autoridades les otorgaron un solar cerca del monasterio de Santo Domingo; el estreno de lo que en principio era una pequeña capilla fue al año siguiente para que 30 años después, se convirtiera en parroquia en virtud de lo populoso del barrio.
Ubicada en lo que son hoy las calles de Nicaragua y Brasil, en pleno Centro Histórico del Distrito Federal, esta parroquia se deterioró severamente con un inundación ocurrida en 1629.
Por lo anterior, fue necesario reedificarla. Doña Isabel de la Barrera, mujer de Don Simón de Haro fue determinante en el proyecto gracias a sus aportaciones económicas. Se abrió al culto público en enero de 1662.
Empero, a los pocos años fue derrumbada: circularon dos argumentos para dicha acción: uno en el sentido de que no era lo suficientemente amplia para los feligreses, y la otra que carecía de la solidez necesaria en sus cimientos, por lo que era peligrosa y podría caer de un momento a otro.
Lo cierto es que se erigió un nuevo inmueble que se abrió a los feligreses en febrero de 1740.
Fue en febrero de 1931 cuando se le declaró a este inmueble como Monumento Artístico.
Sin embargo no todo es color de rosa en la historia de esta parroquia; en 1933 fueron detectadas dos inclinaciones: una de sur a norte y otra de poniente a oriente, además de un hundimiento en el muro norte por el gran peso de la cúpula.
Debido a lo anterior, se han realizado obras de conservación casi permanentemente, ya que en 1949 aparte de que se encontraba en pésimo estado, se estaba hundiendo. Por si fuera poco, en 1974 hubo un incendio cerca del inmueble que afortunadamente no dañó la estructura del templo.
Indudablemente, la parroquia de Santa Catarina Virgen y Mártir tiene un significado muy especial en el Centro Histórico.
Al sur de la ciudad de México se encontraba un antiguo asentamiento prehispánico llamado “Omac”, que significa “entre dos aguas”, aquí se levanta ahora la plaza de Santa Catarina, a un lado de la calle que tenia por nombre Camino Real, hoy Francisco Sosa.
Rodeada de hermosos árboles en la plaza se respira un ambiente de tranquilidad que refleja lo pintoresco de la zona. Posee un muro que data del siglo XVII y el busto del cronista Francisco Sosa (cronista e historiador de Coyoacán) que habito en esta zona en la casa con el número 38 de la calle Camino Real hasta su muerte, en 1923.
La capilla se remonta al siglo XVI y esta dedicada a Santa Catarina de Siena; era una capilla abierta o de indios, donde los naturales de la zona recibían servicios de evangelización que aquí brindaba la orden de frailes franciscanos.Para 1650 fueron tapiados los huecos de su fachada adquiriendo una fisonomía estilo barroco.
Un grupo de religiosos establecieron una cofradía bajo la advocación de Santa Catarina Virgen y Mártir, por lo que pensaron construir una casa que sirviera de hospital con su respectiva iglesia. Todo esto pasaba en 1536.
El 12 de enero de 1537, las autoridades les otorgaron un solar cerca del monasterio de Santo Domingo; el estreno de lo que en principio era una pequeña capilla fue al año siguiente para que 30 años después, se convirtiera en parroquia en virtud de lo populoso del barrio.
Ubicada en lo que son hoy las calles de Nicaragua y Brasil, en pleno Centro Histórico del Distrito Federal, esta parroquia se deterioró severamente con un inundación ocurrida en 1629.
Por lo anterior, fue necesario reedificarla. Doña Isabel de la Barrera, mujer de Don Simón de Haro fue determinante en el proyecto gracias a sus aportaciones económicas. Se abrió al culto público en enero de 1662.
Empero, a los pocos años fue derrumbada: circularon dos argumentos para dicha acción: uno en el sentido de que no era lo suficientemente amplia para los feligreses, y la otra que carecía de la solidez necesaria en sus cimientos, por lo que era peligrosa y podría caer de un momento a otro.
Lo cierto es que se erigió un nuevo inmueble que se abrió a los feligreses en febrero de 1740.
Fue en febrero de 1931 cuando se le declaró a este inmueble como Monumento Artístico.
Sin embargo no todo es color de rosa en la historia de esta parroquia; en 1933 fueron detectadas dos inclinaciones: una de sur a norte y otra de poniente a oriente, además de un hundimiento en el muro norte por el gran peso de la cúpula.
Debido a lo anterior, se han realizado obras de conservación casi permanentemente, ya que en 1949 aparte de que se encontraba en pésimo estado, se estaba hundiendo. Por si fuera poco, en 1974 hubo un incendio cerca del inmueble que afortunadamente no dañó la estructura del templo.
Indudablemente, la parroquia de Santa Catarina Virgen y Mártir tiene un significado muy especial en el Centro Histórico.
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