martes, 24 de agosto de 2010

BOSQUE DE CHAPULTEPEC


Historia: En una monografía de Rubén M. Campos, publicada en el año de 1922 y cuyo título es “Chapultepec”, aparecen datos y noticias referentes al legendario bosque de ese mismo nombre, que pueden dar idea bastante clara de su historia desde los tiempos precortesianos.

Parece ser que el Bosque de Chapultepec fue, desde tiempos inmemoriales, lugar de esparcimiento y de recreo, debido esto sin duda, a las naturales bellezas del paraje. Dícede, que Netzahualcoyotl, el Rey Poeta, fue el primero que ideó construir al pie del cerro en el cual se levanta actualmente el Castillo, un palacio en el que moró algunos años. También otros reyes aztecas posteriores tuvieron su morada allá, habiendo encontrado los conquistadores no solo los edificios de los reales aposentos, sino también un adoratorio indígena en la cumbre del cerro, en el cual se celebraban los ritos sangrientos peculiares de la raza conquistada.

Consumada la conquista, el Bosque de Chapultepec fue asignado al conquistador don Hernando Cortés por merced del Emperador Carlos V.; pero el 25 de Junio de 1530, el Rey Felipe II mandó, por Real Cédula, que de las posesiones que Carlos V concediera al conquistador, fuese segregado el sitio de Chapultepec y entregado a perpetuidad a la ciudad de México, para que nadie impidiera en tiempo alguno, el libre uso de aquel lugar de privilegiada belleza ni de sus fuentes y albercas; orden esta que fue debidamente cumplida por la Audiencia de la Colonia. Entonces los Virreyes, siguiendo el ejemplo de los antiguos Monarcas Aztecas, designaron el ameno sitio como lugar de recreo y de descanso para ellos mismos y construyeron en el mismo lugar que antaño ocupó el Palacio del Rey Netzahualcoyotl, la residencia veraniega Virreynal, en tanto que los Frailes Franciscanos edificaban en el lugar en que se levantó antes el adoratorio azteca, una Ermita dedicada a San Francisco Javier.

En 1785, el Virrey don Bernardo Gálvez mandó demoler la vieja Ermita que se alzaba en la cumbre del cerro y en su lugar, mandó construir el histórico Alcázar, que fue terminado algunos años más tarde, después de no pocas dificultades de carácter económico.

Desde entonces aquel fue el lugar veraniego de los Virreyes Coloniales y, después de consumada la Independencia y anexada la finca al Gobierno Federal, en virtud de la Ley de 4 de Agosto de 1824, sirvió de albergue a distintos mandatarios que tuvo la Nación, algunos de los cuales se preocuparon por embellecer y mejorar tanto el Castillo como el Bosque hasta llegar a ser ambos lugares, como lo son en la actualidad, algo de lo mas hermoso que existe en la República.

No siempre fue el Bosque de Chapultepec de la misma extensión que actualmente tiene; en diversas ocasiones se le anexaron diferentes terrenos a fin de ampliarlo convenientemente.

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