domingo, 24 de julio de 2011

LA VAINILLA


Vainilla planifolia es una orquídea colgante, originaria de los bosques lluviosos de América Central. El primer productor de vainilla en México es el estado de Veracruz, especialmente los municipios de Misantla, Martínez de la Torre, Tecolutla, Gutiérrez Zamora, Cazones, Papantla, Coyutla, Chumatlán y Coxquihui, en donde se cultiva el 80%; mientras que el restante 20% proviene de los estados de Oaxaca, Puebla y Chiapas
LA LEYENDA:

Teniztli, el tercer rey totonaco, consagró a su bella hija Tzacopontziza (Lucero del Alba) al servicio de Tonacayohua, la diosa de la siembra; aunque ella había hecho votos de castidad, conoció al príncipe Zkotan-Oxga (Joven Venado), y se enamoraron. Joven Venado raptó a Lucero del Alba pero los sacerdotes se dedicaron a buscarlos y cuando los apresaron, los degollaron y le ofrecieron sus corazones a la diosa Tonacaohua. En el lugar del sacrificio brotó un arbusto y a su lado creció una orquídea que una mañana se cubrió de flores de exquisito aroma. Así fue como la sangre de los príncipes se transformó en arbusto y orquídea. De la sangre de una princesa nació la vainilla, que en Totonaco es llamada Caxi-Xanath, lo que significa Flor Recóndita.

HISTORIA DE LA VAINILLA

La vainilla, llamada en náhuatl tlilxóchitl, era uno de los tributos que exigían los aztecas a los pueblos conquistados en los territorios del Este. Más adelante, con la llegada de los europeos, la vainilla comenzó un largo peregrinar: las vainas iban a España donde las utilizaban en la confección de perfumes y también para aromatizar el chocolate como hacían los indígenas mexicanos; la planta salió rumbo a Inglaterra por el año 1800, para continuar más tarde hacia los jardines botánicos franceses. La migración no se detuvo aquí y la vainilla siguió su viaje hacia las islas del Océano Indico y a mediados del siglo XIX llegó a Madagascar. La actual República Malgache llegó a convertirse, mucho tiempo después, en el mayor productor mundial de la famosa vaina.

CULTIVO, APROVECHAMIENTO Y CUIDADO

El cultivo de la vainilla requiere de muchos cuidados y sabiduría. Los campesinos del totonacapan lo saben y le advierten a la gente que es celosa y le disgusta que pasen deconocidos por su tierra. Es tan celosa, dicen, que hay que polinizarla a mano. Cada mañana abren una o dos orquídeas destinadas a morir esa misma tarde, para dar lugar a las del día siguiente. Los campesinos sin embargo eligen de cada planta cinco o seis flores para obtener tres o cuatro frutos. Saben que abusar de su capacidad reproductiva puede desgastarla y debilitarla ante las enfermedades. El procesamiento de la vainilla da inicio con el curado de las vainas recién cosechadas.

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