domingo, 24 de abril de 2011

RÍO DE SAN FRANCISCO-PUEBLA


El Río San Francisco nace en las faldas de la montaña Malintzi, siendo el río una división natural segmentó a la ciudad de Puebla en dos partes, la zona poniente y sur, conocida como progresista y con un posible desarrollo, y por otra parte la zona norte y oriente. En los primeros años de la ciudad, la división de clases la marcaba el Río de San Francisco, en un lado vivían los españoles, las indígenas casadas con españoles y aquellos que servían en estas casas. Estos grupos sociales eran los que vivían en la “ciudad”; el resto de la población indígena vivía en el otro lado del río dónde se produjo la creación de diferentes Barrios Para finales del siglo XIX en el lado oriente del río de San Francisco, se construyeron molinos, se realizaron obras y curtidurías, se fundaron las primeras industrias manufactureras en su mayoría textiles. Aprovechando los bellos paisajes, a finales del siglo XIX y principios del siglo XX se consolidó la Colonia Industrial y el Tivoli del Estanque de los Pescaditos, que se convirtió en unos de los centros recreativos más importantes de la ciudad.

La instalación de la industria textil moderna siguiendo a Gamboa, Estrada y García,- se debe a dos importantes factores: el primero son aquellas fábricas que se edificaron a orillas de una corriente acuífera en la cual se movían las máquinas, y por otro lado todas aquellas fábricas cuya localización no obedeció a esa necesidad, sino a otros factores como la cercanía con el medio de transporte y el uso del suelo. Las primeras fueron de la era de la energía hidráulica y las segundas a era de la electricidad.

Las primeras fábricas textiles poblanas surgieron no sólo en los bordes de los ríos sino con frecuencia eran montadas en molinos de trigo. En 1543 Juan López de la Rosa hizo construir un molino al poniente de la ciudad en las riberas del río Atoyac. Este molino fue fundamental en el arranque de la industria textil poblana.
A inicios del siglo XIX llegó a la ciudad de Puebla el Sr. Esteban de Antuñano, hilado en un obraje y posteriormente en una fábrica “a vapor” llamada “La Educación de los Niños”.
Posteriormente estableció una gran fábrica, para ello adquirió el molino de Santo Domingo y la hacienda donde se ubicaba. En 1835 inició operaciones la fábrica que por nombre puso la “Constancia Mexicana”, nombre que sintetizó una cadena de grandes esfuerzos. En los años siguientes se erigieron otras fábricas como San Juan Bautista Amatlán, El Patriotismo y La Economía. Paralelamente otras hilanderías se fueron estableciendo a orillas de ríos de menos afluencia como el San Francisco, donde se erigieron las de La Teja, El Carmen, Real del Alto, La Concepción Cabecitas, La Guía, La Esperanza y San Juan Amandi.

Como Gamboa menciona, siendo la energía hidráulica la fuente principal, la Electricidad llegó a la industria por medio las plantas generadoras que a orillas de los ríos instaló la Compañía Anónima de Alumbrado de Puebla y la Compañía de Tranvías Luz y Fuerza Motriz de Puebla. La aparición de esta última fue un parteaguas, ya que marcó un cambio en la ubicación en las fábricas textiles debido a que dejaron de depender de la cercanía de una corriente de agua para su funcionamiento. Se sabe que después de 1903 se dieron casos de nuevas fábricas localizadas a orillas de un río tales como: La Violeta, San Juan Amandi y La Oriental; esto no se debió a necesidades de generar energía hidráulica. Podría tenerse la teoría que a consecuencias de ese cambio ocurrió un fenómeno de dispersión geográfica, pero no fue así, ya que los dueños de las fábricas eligieron un perímetro de la ciudad y dentro de él ciertos puntos para instalar las fábricas. Tal fue el caso del viejo corredor del río San Francisco y su anexo Estanque de los Pescaditos, donde ya para 1915 se formalizó la existencia de la llamada Colonia Industrial, formada por fábricas viejas y nuevas, que empleaban el agua más que como fuerza motriz, como forma de mejorar la producción por su naturaleza de aguas blandas. En esta Colonia Industrial se ubicaron cinco fábricas que tuvieron gran importancia en su tiempo y las cuales ayudaron al desarrollo económico e industrial en la Puebla a inicios del siglo XX.

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