jueves, 4 de noviembre de 2010

LA PIÑATA


Su origen se señala en Asia, particularmente a China, como su punto real de origen. Se supone que el famoso viajero Marco Polo, en su visita a esa nación, vio cómo los chinos creaban coloridas figuras de animales cubiertas con papel, las cuales se colgaban con arreos, y se usaban en las celebraciones del Año Nuevo. Polo llevó a Europa la idea de esas primeras piñatas.

Por su parte, los europeos vincularon la piñata con las celebraciones de la Cuaresma. El primer domingo de ese período litúrgico se transformó en el "Domingo de la Piñata", derivado del término italiano pignatta, cuyo significado en español es "olla frágil". La costumbre se propagó a regiones cercanas como España, donde la Cuaresma adquirió el carácter de fiesta, celebrando "El Baile de la Piñata", en el cual se utilizaba una vasija de barro conocida como "la olla" que desempeñaba la función de piñata.

Los rumores de tal tradición cruzaron el océano y llegaron a América. Los misioneros españoles destacados en Norteamérica llevaron consigo sus piñatas, cubriéndolas con papel de colores, que les otorgaba una apariencia terrorífica, con el objetivo de atraer feligreses a sus ceremonias religiosas. Eventualmente, la piñata adquirió significación religiosa, ya que, al decorarla, se intentaba representar con ella a Satanás, a quien se atribuía el uso de máscaras atractivas para inducir a la gente a convertirse en pecadores.

La piñata adoptó una forma de satélite: una esfera con siete conos sobresalientes, cada uno con una banderola en su extremo. Dichos conos representaban los siete pecados capitales: avaricia, gula, pereza, odio, envidia, vanidad y lujuria. Además, las frutas y caramelos en su interior eran símbolos de las tentaciones que implicaban la riqueza y los placeres terrenales.
Los participantes, vendados, recibían la orden de golpear la piñata, en un esfuerzo por combatir las fuerzas demoníacas. El garrote para destrozar la piñata, por su parte, simbolizaba la virtud. Una vez rota la piñata, el contenido de la misma era la representación del premio a los participantes por ser fieles a su fe.

Lentamente, la piñata fue perdiendo su asociación religiosa, y en la actualidad, se considera un símbolo de diversión y entretenimiento aunque conserva en diversas regiones su significación religiosa. Puede usarse en la temporada navideña o en fiestas de cumpleaños, y ya no se reserva a la cultura latina, pues personas de todas las nacionalidades y procedencias se turnan para golpear la piñata.

En México, la piñata adoptó la forma colorida con que la conocemos hoy en día. Para hacer una piñata se necesita una olla de barro que se unta con una capa de engrudo (harina de trigo cocida) para que la cubra por completo; luego, se le pegan trozos de papel periódico. Después, la imaginación y la destreza determinan las formas y los colores: estrellas, flores, barcos, loros, pavos reales, patos, borregos, burros, toros, elefantes, pescados, frutas y vegetales. También podemos encontrar negritas, reyes, aeroplanos y payasos. Hay frutas especiales para rellenar la piñata: tejocotes, naranjas, limas, jícamas, cañas y cacahuates, sin olvidar los dulces.

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